Reloj no marques las horas
El tiempo está roto. Mientras el mundo laboral se debate entre una virtualidad que condena a la alienación y la presencialidad de los cuerpos que parece perder brillo, el ocio y la posibilidad de vivir un amor a contramano de la nueva temporalidad también se ven amenazados por la lógica productiva y opacados por el velo de la ansiedad. Un trastorno individual como una forma de estar en el mundo (Ilustración: Blasberg).
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