Cabecita negra
Releído hoy este cuento célebre tiene su inevitable rasgo de noble panfleto social pero eso no quita su vigencia: una Buenos Aires de tranvía, neblina y movilidad social; la presencia inquietante de la morochada y, en el retrato del protagonista, hasta su alerta libertaria: “Había tenido que aplastar muchas cabezas para sobrevivir porque si no, hubieran hecho lo mismo con él”.
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