Ni histórico, ni justo
El G7 diseñó y el G20 aprobó el impuesto global sobre las ganancias de las grandes multinacionales. El objetivo declamado: “poner punto final a los paraísos fiscales” y construir una arquitectura tributaria global “más estable y más justa”. El acuerdo, sin embargo, no luce “histórico”, es insuficiente y aportará muy poco a los países que adhieran a cambio de renunciar a la potestad tributaria.
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