Se vienen reuniendo hace años y sostienen que la estigmatización racial es parte del patriarcado. Por eso para ellas el feminismo tiene que ser antirracista, al tiempo que pelean contra los estereotipos y contra un estado de cosas en la que ser negrx puede ser una condena.

Son argentinas, cubanas, colombianas, uruguayas. Profesionales. Viven en Buenos Aires.” Las une su condición de mujeres afrodescendientes, y, tal como ellas mismas lo subrayan, su definición como antiimperialistas, antipatriarcales y anticolonialistas. Y con esa convicción, armaron la Asociación Simple “Tertulia de Mujeres Afrolatinoamericanas”.

“Tertulia es una asociación simple, que lleva tres años de funcionamiento. Hay estatutos, distribución de cargos y cumplimiento de todas las formalidades”, cuenta Susana Villarrueta, psicóloga de profesión y actual presidenta.

“Trabajamos en la horizontalidad -agrega la cubana Lisset González Batista. Si alguna tiene un proyecto lo debatimos en grupo. No hay ordenamiento jerárquico, el funcionamiento es circular. Tiene que ver precisamente con las tertulias, cuando estas tertuliando estás trabajando, distendida, pero produciendo conocimiento.”

En la actualidad Tertulia está integrado por ocho mujeres, de las cuales seis son sus fundadoras. Cada una de las integrantes tiene un recorrido en los distintos ámbitos de influencia, lo que enriquece el intercambio y el debate.

“La narrativa de Tertulia tiene que ver con analizar la situación de las mujeres afro en Argentina, -explica Villarrueta, especialista en Derechos Humanos. Desde los años 80 había muchas organizaciones que defendían los derechos de los afrodescendientes, peleando por su visibilidad. Sin embargo, en la mayoría de esas organizaciones que estaban lideradas por mujeres, y que consiguieron mucho, no se hablaba de la problemática de las mujeres.”

-¿Lideraban las mujeres, pero no se hablaba de las mujeres?

– Exacto. Hemos logrado empezar a investigar, a interrogarnos, a estudiar a las referentes del feminismo negro estadounidense y llegamos a la conclusión que las mujeres afrodescendientes estábamos sometidas a un silencio social muy importante.  La narrativa parte también de nuestras historias personales, e indagando al interior de nuestras familias coincidimos en que en nuestras vidas las mujeres tenían una presencia muy fuerte, pero no se hablaba de eso. Comenzamos así a sentir la necesidad de crear un espacio para hablar sobre ello que confluyó en un ciclo que fue el de las Conversadoras Negras donde rescatamos ese lugar ancestral, el de la reunión.

Tertulia ha participado con exposiciones y ponencias en Congresos como el de “Feminismo pos- colonial” en la Universidad de San Martín o en la facultad de Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires donde mostraron los procesos organizativos en los colectivos negros. En tanto, otra de las integrantes de la organización,  Any Ocoró Loango, fue la compiladora del trabajo Negritudes y africanidades.

El día 8 de noviembre fue instituido como el “Día Nacional de los Afroargentinos y de la cultura afro” gracias a una Ley sancionada el 24 de abril del 2013.   La fecha no es arbitraria, corresponde a la muerte de María Remedios del Valle, conocida como “Madre Patria” entre las huestes revolucionarias y a quien  Manuel Belgrano le confirió el grado de Capitana por su valentía en el campo de batalla.

Susana Villarrueta

-En 2013 se sancionó una ley que lxs reconoce en su origen y cultura, hoy se reprime a senegaleses que venden en las calles. ¿Sintieron algún cambio en el trato desde que asumió el macrismo?

SV:  Sí, evidentemente hay una diferencia porque durante el kirchnerismo, encuadrado en la política de Derechos Humanos hubo muchos avances. De hecho, la Ley 8 de noviembre se sancionó en el año 2013. Había un acompañamiento de la política pública de Derechos Humanos al trabajo de las organizaciones. Era nacional y popular, ahora estamos en otro contexto.

LGB: Desde la asunción de Mauricio Macri arreció la connotación negativa hacia los inmigrantes a quienes se los coloca como variable de culpabilidad de la situación económica que vive el país. Por supuesto, la migración que no es europea, que es de los países limítrofes o africanos como Senegal. En este sentido, se montó toda una campaña mediática contra las personas empobrecidas negras, la mayoría afrodescendientes. Los migrantes pasaron a ser los que no aportan, los que roban los recursos del Estado u ocupan las plazas, entonces el Gobierno ejerció represalia contra este sector.  El tema, sin embargo, es más profundo, pasa por el racismo. La sociedad argentina es una sociedad racista, y con él vienen otras variantes como la xenofobia. El problema del racismo no es de izquierda ni de derecha, es un tema de concepción que se viene dando por la esclavitud y el colonialismo y todos esos rezagos permanecen en el presente. La sociedad argentina es negadora de su población afrodescendiente y eso da una pauta de cuál es su visión hacia la otredad negra. “Los negros no son de nosotros” como dijo el presidente, “es un problema de Brasil” y eso va sedimentando en el discurso social de lo negro, se reproduce y marca el tema de la diferenciación. La connotación racista está presente cuando se habla, incluso sin percibirlo. Lo que está último en la escala social es lo negro. Como lo atrasado, lo incivilizado.

SV: Hay un racismo institucional que se manifiesta en las distintas estructuras del Estado que tiene causas históricas, pero hay que reconocer que durante la época del kirchnerismo, bajo el paraguas de los Derechos Humanos se realizaron acciones como en el Censo del 2010 que, por primera vez, incluyó una pregunta sobre autoidentificación en relación a la afrodescendencia y eso fue producto del trabajo de las organizaciones, pero también porque de parte del Estado hubo una habilitación para esto. Yo trabajé en la secretaría de DDHH y fui coautora de una publicación que se llama Descendencia de afrodescendencia y Derechos Humanos. En ese período se declaró una Ley de Migraciones, aún vigente, que dice que la migración es un derecho humano. Hoy, la represión que sufren fundamentalmente los compañeros senegaleses con el tema de la venta ambulante, recrudeció, antes no era así. Entonces, no es lo mismo.

-La represión recrudeció ahora con Macri como presidente, no así cuando era Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

SV: Sí, cuando era Jefe de Gobierno había un techo ahí. Ahora la represión está habilitada.

“Las mujeres negras, igual que las mujeres indígenas, agrega Villarrueta,  partimos de una concepción teórica que es el término de interseccionalidad acuñado por una académica afro, Kimberle Crenshaw que significa que hay varias opresiones. Las mujeres padecemos varias por el sólo hecho de ser mujer, pero las mujeres indígenas y afro tenemos otro componente vinculado a lo étnico, a lo racial. Angela Davis  decía que en un principio no estaba de acuerdo con el feminismo porque las mujeres negras tienen otra historia que viene de la esclavitud. La mujer negra siempre trabajó, siempre estuvo en el espacio público, entonces cómo me identifico con una lucha que está pidiendo lo que siempre sucedió, aunque de la peor manera.

Lisset González Batista

LGB: El tema del feminismo también tiene que ver con que fue escrito por mujeres de clase media blanca como Simone de Beauvoir y nosotras no éramos consideradas, por ser negras, ni seres humanos. Hubo una deshumanización de las personas negras, y en lo específico de la mujer negra se le sumó el tema de la hipersexualización y la objetivación de su cuerpo el que podía ser abordado sin permiso. Nosotras tuvimos que empezar una lucha desde el reconocimiento de nuestra propia humanidad cuando ya en Europa se estaba hablando de la posición de la mujer en la escala social. Entonces, la mujer negra primero tuvo que pelear por el reconocimiento como ser humano porque el colonialismo nos despojó de esa condición, y después reconocerse como mujer. La dinámica se va conformando desde otro lugar, de allí que mucha mujer negra no adhiera al feminismo porque no llega a representar sus necesidades, sumado a que también hay discriminación racial dentro de los movimientos feministas donde se reproduce la misma matriz de opresión que hay en la sociedad. La pregunta es ¿hasta qué punto el movimiento es sororo y me representa?

SV: Por eso las nuevas generaciones, tal como lo planteó Ángela Davis en España, sostienen que el feminismo tiene que ser antirracista, o no lo es. Los Encuentros Nacional de Mujeres recién aceptaron hace 3 años tener una comisión de mujeres afrodescendientes.

-Aquí y en otras partes del mundo han realizado talleres para que la mujer afro acepte su cabello mota. ¿También esto forma parte de la lucha contra la colonización?

SV: Tal cual. Por eso nos presentamos como anticolonial. Nosotras hablamos en nuestros talleres sobre el cabello mota y fue conmovedor. Te lo cuento desde la experiencia personal. Cuando eras niña te obligaban a llevar el cabello atado para que no se viera desprolijo. Yo odio las trenzas porque mi mamá me las hacía porque, además de la prolijidad, era posible poder entrar en esa sociedad mayoritaria de otra forma. Pero eso es una anulación de la cuestión identitaria. Las mujeres afro en particular y los afro, en general nos vemos obligadxs a reconstruir la identidad para poder valorarla. Nuestro logo tiene rulitos, significa el cabello mota, pero también reunión, encuentro. El rulo es el círculo.

Muchas mujeres que trabajaban como esclavas en los campos se hacían peinados especiales que marcaban caminos para salir de la esclavitud y llegar a un quilombo que era un lugar de resistencia.

LGB: El cabello es un símbolo de resistencia para nosotrxs como lo es el uso de turbante que tiene que ver más con un posicionamiento visual en los espacios cotidianos de la sociedad, de atributos que siempre fueron apreciados de manera negativa. El cabello suelto también es una forma de liberalización y de resistencia pues también fue prohibido a la mujer esclava ya que se consideraba que era un factor de erotismo al hombre blanco, con todo esto de que la mujer negra siempre está dispuesta a tener relación sexual.

Cuando una se viste va comunicando. Por eso nosotras enfatizamos en que cada persona lleve el cabello como prefiera, que si lo quiere llevar alisado sea por una elección, no porque esté mal el mota. Amar el cabello que siempre fue un motivo de discriminación.

SV: Que cada una pueda sentirse orgullosa de lo que es. La mirada del otro ha condicionado la vida y la identidad de muchos y muchas afrodescendientes.

Deconstrucción, resistencia, empoderamiento, identidad, fortaleza definen a lxs integrantes de la cultura afro. Una lucha contra los estereotipos y un elemento central el Ighya, el turbante que da color, pero que, sobre todo, es símbolo de liberación de las mentalidades colonizadas. Como esas reuniones de cabellos motas y negritud orgullosa, que entre tertulia y tertulia siguen en su lucha contra el racismo y la exclusión.

 

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