La Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia, que nuclea a los poderes judiciales provinciales, se comprometió a adoptar el software GENis para el almacenamiento y comparación de datos genéticos de uso forense. Fue desarrollado por un consorcio público-privado y estuvo a punto de ser descartado tras un acuerdo del Ministerio de Seguridad con el FBI.

Desde hace muchos años se piden muestras genéticas en juicios para contrastar con las muestras encontradas en la escena de un crimen, pero generalmente quedaban aisladas en un expediente y no se contrastaban con las de otros juicios. Actualmente, los datos —marcadores genéticos— que se almacenan en un software de comparación de perfiles de ADN se utilizan para un proceso de identificación que puede permitir correlacionar la presencia de una persona en una evidencia y convertirse en un indicio de prueba.

Con este fin, en la Argentina se desarrolló GENis, producto de un consorcio público-privado entre la Fundación Sadosky, universidades nacionales, empresas privadas y diferentes instituciones relacionadas con el mundo de la genética forense. GENis, de código abierto y auditable, coexiste con CODIS, un software desarrollado por el FBI, de código cerrado y con diversas restricciones de uso, cuyo uso está siendo impulsado por el Ministerio de Seguridad de la Nación, lo que implicó la posibilidad de que GENis fuese descartado pese a la inversión realizada por el Estado en su desarrollo.

GENis es un software de almacenamiento y comparación de perfiles genético: compara muestras de ADN con las contenidas en un registro de perfiles genéticos que se va acumulando en la medida en que la Justicia, dependiendo de la jurisdicción, vaya nutriendo esa base. Al igual que otros sistemas de comparación de perfiles genéticos, no entrega una certeza sino una probabilidad, en algunos casos de 99,9% con veinticinco decimales. El genetista forense es quien tiene que analizar el perfil, pero aún así una pericia genética no determina culpabilidad o inocencia, sino que es un indicio más que se usa en el proceso juicial.

GENis es producto de un consorcio público-privado.

Si bien muchas provincias sancionaron leyes para constituir registros provinciales de datos genéticos para uso forense, tienen características muy diferentes. Por ejemplo, en algunas este registro solo se usa para delitos sexuales mientras que en otras incluye delitos contra las personas, como homicidios y lesiones leves.

Otra de las diferencias a nivel federal es la dependencia orgánica: mientras que en algunos casos los registros dependen de la corte suprema de cada provincia, en otros casos lo hacen de las procuraciones, es decir, de los ministerios públicos en donde investigan los fiscales. En el ámbito nacional, depende del Poder eEjecutivo a través del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

En diálogo con TSS, Gustavo Sibilla, coordinador del proyecto, explicó: “GENis surgió porque el Consejo de Procuradores y Fiscales de la República Argentina, es decir, la agrupación gremial que nuclea a todos los investigadores del país, nos pidió esta herramienta. El problema fue que en muy pocas provincias las leyes locales designaban a los fiscales como los responsables de poner en marcha los registros y la mayoría lo ponía en cabeza de los poderes judiciales. Cuando empezamos a querer instalarlo en las provincias nos decían que lo que el procurador había firmado no servía porque quien decide es la Corte Suprema provincial y muchas veces la relación entre fiscales y jueces es tensa, por diseño institucional”.

Por esto fue que, sin una ley nacional, se debió negociar de manera individual con cada uno de los órganos judiciales provinciales para convencerlos de la conveniencia de instalar GENis. Por esta vía se logró instalar en 19 provincias y este nuevo convenio firmado entre la Fundación Sadosky y la Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia (organismo que nuclea a todos los poderes judiciales provinciales) confirma el compromiso de las cortes provinciales con respecto a usar este software. “Esto quiere decir que convencimos a los jueces, que eran la pata que nos faltaba y la más importante que nos estaba trabando el despliegue”, afirmó Sibilla.

Gráfico: Fundación Sadosky.

“Solo nos falta una, que es la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Si firmamos con ellos y todas la cortes provinciales, el Codis del FBI va a quedar encapsulada en dos provincias: Córdoba, que lo adoptó en el año 2007 pero nadie lo sabe porque las condiciones en las que el FBI lo presta son leoninas y muy estrictas, y Mendoza, provincia en la que lo instalamos GENis de manera remota por pedido de su procurador pero no sabemos si lo usan”, agregó el funcionario de la Fundación Sadosky. CODIS también está instalado en Gendarmería, en la Policía Federal y en el Registro Nacional de Datos Genéticos Vinculados a Delitos Contra la Integridad Sexual.

“El acuerdo con la Junta Federal de Cortes implica que se podría llegar a unificar un registro nacional y que los registros que hayan sido tomados en una provincia puedan compararse con los de otras para resolver casos hasta ahora sin culpables conocidos. La mera carga del sistema puede resolver casos que no se sabía que estaban vinculados. En algunas provincias sucedió que, mientras se implementaba el sistema, fueron surgiendo coincidencias que permitieron identificar a sospechosos”, dijo Sibilla.

En noviembre de 2015 se había realizado la primera instalación de GENis en el servidor del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Entre Ríos. “GENis todavía no dialoga entre las diferentes provincias, pero no porque el software no lo permita, sino por legislaciones locales. Todavía falta la coordinación entre provincias para que se empiece a pensar en compartir perfiles genéticos, especialmente entre provincias limítrofes”, explicó Sibilla. Un año después, GENis fue designado entre los 12 Proyectos Estratégicos del ex MINCYT, lo que le garantizó financiamiento para continuar con el desarrollo y la implementación en diversas provincias.

“GENis todavía no dialoga entre las diferentes provincias”, dice Sibilla.

Entre las restricciones de CODIS, el sistema del FBI solamente permite usar kits de amplificación de ADN de empresas estadounidenses, se ofrece solo en calidad de préstamo, no es auditable (por lo que no se puede conocer el algoritmo que realiza los cálculos para identificar a una persona) y es necesario contar con licencias de Microsoft para su uso.

“Yo aliento a todas las provincias de manera explícita a que si pueden tengan los dos sistemas, sobre todo si tienen el dinero para hacerlo y soportan las restricciones que te imponen. Pero cuando en CODIS hacen actualizaciones a una nueva versión no hay ninguna manera técnica de corroborar qué están haciendo, y hasta podrían estar tomando todos los perfiles cargados. Por eso hay varios países, sobre todo de Europa, que decidieron no usar CODIS y desarrollaron su propia herramienta”, sostuvo Sibilla.

Actualmente, muchos países de América Latina usan CODIS, tanto por razones geopolíticas como por falta de interés o capacidades para desarrollar su propio sistema. “Nuestra idea es publicar el código de GENis para que otros equipos científicos de la región lo mejoren, lo conviertan en un software regional y tengamos control de su evolución. Nosotros tenemos conversaciones con diversos equipos de trabajo pero las conversaciones formales corresponden a otros ámbitos”, aseguró Sibilla.

Agencia TSS – Unsam

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