Una mirada sobre la relación del tango con las clases populares y sobre su apropiación artificiosa por parte de las clases dominantes, en un recorrido que no se queda en Buenos Aires sino que se retrotrae, incluso, hasta la Comuna de Paris.
-Camarada Ho Chi Minh, ¿qué piensa de lo sucedido en la revolución Francesa de 1789?
-No puedo opinar, ha pasado muy poco tiempo.
Es probable que todos mis contactos de Facebook sepan que tengo un amigo desde hace años, un gran bailarín de tango, que se llama Jorge Dispari. Compartimos gustos musicales: Troilo, Pugliese, Di Sarli y rechazamos otros, y vemos la danza del tango con similar perspectiva. Solemos hablar de orquestas, cantores (mi bocho, mi memoria no andan muy bien últimamente y mi oído menos), pero esos temas marcan los encuentros.
Últimamente he insistido en hablar de las “nuevas” orquestas que han aparecido, las que imitan hasta el mínimo detalle a las viejas orquestas de los 30/40 o alguna que otra que muestra innovaciones en la música popular. ¿Por qué? Porque detrás de toda esa discusión acerca de lo que es popular, lo que es elitista, lo que llega o lo que no, hay una situación política, una postura ideológica, algo que no es nuevo, algo que ya ha pasado en el país y el mundo. Pero todos nosotros, metidos en la vorágine diaria, en la discusión rápida, solemos no mirar en profundidad ni analizamos los tiempos históricos.
Pensemos en el tango, sus años de surgimiento y crecimiento, las características de sus primeras músicas, sus letras, sus temas, su baile, sus poetas, la aparición de las primeras orquestas y las historias que narraba. Y pensemos cuándo eso fue cambiando.
Y no se trató ni se trata de algo que pasa a nivel local, regional, es algo que tiene que ver con el sistema dominante, lo que genera, lo que acepta, o rechaza y cómo participan los sectores populares, o los explotadores en eso. Y en este caso del tango debemos tratar de entender lo que pasaba en cierta parte del mundo que nos dominaba, es decir, países del capitalismo europeo con sus luchas y evolución.
¿En qué años aparecen los primeros tangos, al menos los que oficialmente se reconocen? Alrededor de 1870, por ejemplo “El Queco” es de 1874, pero seguramente existían previos y podemos ver que luego, los que le siguieron servían para cantar y contar o narrar cosas que pasaban en la sociedad tal como lo hicieron “Señora casera”, “Tierrita”, etc., o describían trabajos y juegos campestres y, como en los tangos andaluces y cuplés, describían personajes.
¿De dónde salían esas costumbres? ¿Qué tipo de poesía imperaba en Europa? ¿Qué autores eran reconocidos? ¿Qué tipo de novela, de poemas, de canciones, llegaban a los sectores populares?
Pero fundamentalmente… ¿Qué pasaba en la sociedad?
En Diciembre de 1848 en Francia, el sobrino de Napoleón gana las elecciones y en mayo de 1850 elimina el sufragio universal masculino y a partir de entonces prohíbe el voto de obreros y artesanos y da un golpe de Estado, nombrándose Emperador. Existían disputas territoriales, comerciales, fronterizas y desde octubre de 1870 se producen violentas manifestaciones en Paris y se crea la Guardia Nacional, esto es: 200.000 ciudadanos dedicados a custodiar el orden público. Se pegan carteles ordenando a la población no salir a las calles, pero a la vez se suspenden las moratorias por los pagos de alquileres y deudas, cosa que origina despidos de 300.000 obreros, manda a la quiebra a las pequeñas empresas, suprime el salario a guardias civiles, se elimina prensa opositora y se condena a muerte a algunos manifestantes. El 18 de marzo de 1871 el pueblo estalla, las mujeres son las primeras en llamar a la movilización. Cuando el general Lecompte intenta reprimir y disparar al pueblo, es apresado por sus propios soldados y de inmediato fusilado junto al general Clement Thomas.
La ciudad queda en manos del pueblo, se llama a elecciones de autoridades y se elige un consejo ciudadano de edad promedio de 38 años. Los electos eran delegados con poder revocable y funcionaron bien manteniendo todos los servicios públicos y sanitarios, estableciendo que los funcionarios tendrían un sueldo similar al de un obrero, se prohibió el trabajo nocturno, se suministraron herramientas a los obreros en forma gratuita, y se entregaron las fábricas abandonadas por sus dueños a Comisiones de Autogestión, la educación pasó a ser laica y gratuita, se priorizó la educación de la mujer y se crearon escuelas de enseñanza de oficios laborales.
En marzo el London Times escribe espantado: “predominio del proletariado sobre las clases pudientes, del artesano sobre el oficial, del Trabajo sobre el Capital”. El contraataque patronal fue feroz y murieron más de 50.000 obreros parisinos.
¿Y qué pasaba entonces con las artes, las letras, la música, los medios periodísticos y la pintura?
Aquí está el tema, eso que vemos en los cambios de la estructura social, se reflejaba en su superestructura, y eso se evidenciaba por lo menos desde 1830, en cualquier manifestación del arte. Y, si hacen memoria, fue cuando aparecieron Víctor Hugo, Balzac, Stendhal, Tolstoi, Dostoievsky, y luego se continuó con Paul Geraldy, Dumas, Musset, Berlioz, Chenier, Gautier, Flaubert, Delacroix, es decir, lo que fue el romanticismo francés partidario del accionar rebelde y la libertad, y relator de los hechos objetivos, materiales y su influencia sobre el individuo. Y a poco que repasen mentalmente letras de tangos posteriores a 1900, muchos de estos nombres y también muchas de sus ideas y posturas, las verán reflejadas en las letras tangueras.
Sintetizando, la profundización del capitalismo, las posturas de la burguesía y el rechazo popular, el enfrentamiento, produjo en todos los aspectos de la sociedad y el arte, las letras, las músicas, la pintura, e incluso en los medios que surgen, o las novelas por entregas, una forma de expresión material, objetiva, contundente y muchas veces antipatronal. Esas tendencias llegaron a nuestro país, a nuestro arte, baile, radio y poetas.
Griseta, Claudinette, Manón, Ivette, Ninón, Palais de Glace, Chantecler, Armenonville, Commeilfaut, Sans Souci, Pernó, son palabras, nombres que se convierten en normales en nuestra sociedad, y a los hogares llegan las novelas por entregas, Víctor Hugo, Dumas, y a las radios las novelas de El león de Francia, El hombre de la Máscara de Hierro, y años más adelante Cadícamo lleva a Los Mareados una frase maravillosa de Geraldy: “Ainsi, déjà, tu vas entrer dans mon passé”.
¿Qué se imponía? El romanticismo, la descripción objetiva de la sociedad, lo material, el sufrimiento, el dolor personal, la explotación, la costurerita de Carriego, el que emborracha a Lulú en Acquaforte, todo lo que mostraban las luchas populares anticapitalistas en Europa y lo que traían los inmigrantes socialistas, anarquistas, portaban sobre todo después que pasados los 70 años de la Comuna de Paris, sus ideas proletarias se habían impuesto en Rusia y espantado a las patronales y monopolios.. Es que no sólo Francia transmitía los sucesos sociales que desde allí sacudían América. Inglaterra con Dickens, Carlyle, y fundamentalmente Rusia con Dostoievsky y Tolstoi llegaban hasta los hogares, pensiones, conventillos porteños.
Los hogares porteños escuchan los ecos de novelas como Crimen y Castigo, El Jugador, Los hermanos Karamázov, El Idiota y otras de Dostoievsky, o La Guerra y la paz, Ana Karenina, La muerte de IvanIlich, de Tolstoi, pero también los versos de Matufias, de Villoldo, criticando la sociedad burguesa, y en nuestro lunfardo aparecen:papirusa, dolina, balalaica, y tantas palabras de origen rumano, polaco, o del Este de Europa.
Si recordamos las primeras películas de la jovencita Mirtha Legrand, y el teléfono blanco será fácil reconocer tramas de los guiones en alguna forma tomados de partes de las novelas europeas de época. Ese arte romántico, que aludía a cuestiones materiales de la sociedad, que reflejaba luchas populares y enfrentamiento de sectores sociales, cruzaba toda la cultura abarcando desde el pobrerío hasta la oligarquía.
Y yendo a lo que estamos viendo ¿qué pasó con las artes, la letra, la música, la pintura? ¿Qué hacen los grandes burgueses? ¿Qué proponen, además de reprimir, para ir saliendo del conflicto y buscar otros ejes?
Aquí está lo central de esto que pretende ser una explicación. La situación del intelectual durante la contrarrevolución burguesa, fue de penuria, retroceso, auto represión, y en algunas ocasiones vuelco hacia la reacción.
Desaparece la libertad de expresión, el estado policial y la censura se imponen. Se produce en Europa una situación de temor, retroceso político, sensación de derrotasimilar a la experimentada en Argentina durante la semana trágica y en la dictadura genocida de 1976. El proletariado se reagrupa buscando futuras salidas.
Todo esto se va traduciendo en enfrentamiento entre escritores, incluso a veces renunciando o renegando de sus propias y anteriores posturas, y surgen los defensores del “naturalismo”, los Zola, Coubert, Goucourt, pero también los artistas reaccionarios burgueses que ven al naturalismo como una expresión revolucionaria que hay que rechazar. Al morir Balzac no sólo pone fin a su propio retroceso intelectual sino también indica el fin del romanticismo. De a poco,esto comenzará a trasladarse a Buenos Aires en un proceso que durará décadas e indicará la aparición del naturalismo, reflejos positivistas, objetivos, descriptivos en detalle, utilización de lunfardo o jergas con los escritos de Baudelaire, Zola, Maupassant y la exitosa Madame Bovary,de Flaubert, y los escritos de Eugenio de Cambaceres. Las distintas tendencias literarias y la novedad de que determinadas ciudades se convierten en “capitales culturales” llegan a América,y desde 1900 la pintura, música, letras, arquitectura explotan en Buenos Aires. Y lo hace justo en el momento en que las artes, pese a las posturas represivas, contrarrevolucionarias burguesas, han retomado la ofensiva a favor de las expresiones del arte popular, masivo, de denuncia de la explotación y el hambre. Y ya está Darío y el modernismo “en el Florida matutino que cantara Rubén con verso fino”.
Y es justo aquí, en estos momentos, que 50 años de acumulación de luchas populares del mundo y Argentina, de movilizaciones por reivindicaciones sociales, laborales, humanas y de derechos, estallan y se expresan en letras, músicas, ritmos, pinturas, arte en general. La singularidad del tango como hecho popular se afirma, se basa, en esas décadas anteriores, pero adquiriendo las características de nuestra inmigración, nuestros barrios, la mezcla de troperos, gauchos, marineros, inmigrantes, negros, aborígenes y criollos afincados.
Poco antes de Contursi ya las letras del tango reflejan claramente LO QUE PASA EN LA SOCIEDAD aunque por ejemplo,bien intencionados analistas de hoy, incluyendo profesionales de la UBA influenciados por su apego a las ideas de la conciliación de clases que postularon sus líderes políticos nacionales , creen ver, en las letras de Mi noche triste, o El amuro un “cambio de la mujer en el mundo o al menos de la posición que tenía en el mundo respecto de los hombres” cuando lo que estaba sucediendo era un cambio en el mundo capitalista, de explotación, una extensión de la proletarización en forma independiente del sexo proletarizado y de la edad del explotado. Los poetas, comprometidos e inmersos en esta sociedad cambiante lo ven, lo versifican, sean costureritas o talleristas o ceben cimarrones.
Y desde esos años hasta los `40 se desarrollan los años brillantes del tango. Coinciden en una amalgama las letras, las versificaciones, los temas que las grandes líneas de la escritura habían desarrollado en la denuncia social, en el compromiso con la humanidad, en su relato de las luchas populares de una música, un baile, una poesía que crecía desde el pie, es decir brotaba en lo más profundo del pueblo, cantaba lo que le pasaba, le animaba en una danza de abrazo, de caminada, en una expresión de absoluta masividad. El tango es popular porque es de muchos, o más bien, es de todos, salvo los Mejía, los Lugones y otros comisarios redactores de partes de allanamientos atacantes del gusto popular.
Celedonio Flores, Delfino, Manzi, Castillo, Contursi, Le Pera, Cadícamo, Expósito escribirán cosas maravillosas, atadas al sentir popular, e incluso en casos como Gallo Ciego, Bardi compone sólo la música de un tema ideal para bailar como pocos, en homenaje sin letra a un juego infantil campestre profundamente arraigado.
Pero mientras esto va pasando, mientras las artes se desarrollan, la burguesía en el mundo y en Argentina, observan con temor el avance de las ideas socialistas, los reclamos obreros, el crecimiento de la clase media que exige participación en las decisiones, las huelgas patagónicas, campesinas, portuarias.
Y en Europa, en Francia en particular, en Paris, centro de la cultura de esa época, la reacción promueve, impulsa, respalda un nuevo movimiento intelectual y artístico en momentos en que el desarrollo industrial y técnico permite una expansión monumental del capitalismo. El fenómeno cultural de Paris no es único, las grandes ciudades reciben a los mejores artistas provenientes de pequeños centros, y desde la cocina hasta la pintura, pasando por las letras o el desarrollo de medios tienen su barrio, su quartier, en las grandes ciudades. Lo que importa ahora (lo que debe importar según la clase dominante) es lo subjetivo, es lo que se ve y es cómo se ve la ciudad, es lo que nos impresiona de la ciudad, es la luz difuminada no es el detalle objetivo, material, ha nacido el IMPRESIONISMO. Serán Piazzolla, Rovira, Di Filippo. Es lo sensorial, lo que excita de la ciudad, importa el momento, ya no lo que se dice pensando en lo duradero y social. Se percibe pero no se ve, importa lo que siente el individuo, no la sociedad, cada uno ve desde su propia personalidad. Es lo que necesita el gran capitalismo: la disolución de los lazos. En los años ´40 la dictadura del golpe del 43 y su continuidad del 45 persiguen, censuran las letras de protesta, el lunfardo, censuran hasta a sus defensores, como a Hugo del Carril en Las aguas bajan turbias, o a Discépolo en Cambalache y obviamente a Pugliese o Yupanqui obligando al exilio a los disidentes. Y es así que comienza la desaparición de lo popular y masivo, la historia de las grandes milongas, las tres pistas de Huracán, los bailables de Atlanta, los corsos en la 9 de Julio, el tango se refugia en los clubes de barrio: Sin Rumbo, La Tierrita, Sunderland, Canning, la Nacional y aparecen orquestas de grandes músicos pero que tocan “los colores de la ciudad” no para que el pueblo baile,y los grandes sellos americanos buscan músicos que toquen colores uniformes latinos, previo abandono de temas, músicas e historias del país. Hay resistencias que algún día cuajarán y volveremos por el camino de lo popular y masivo. Será cuando otra vez la estructura social nos despierte la necesidad de cantar lo que le pasa o pasó al pueblo. Y habrá intentos, búsquedas como los de Amores Tangos que mezclarán el cambio musical sin abandonar el reclamo popular y el ritmo para bailar.