El analista de Mauricio decidió contarlo todo, o casi. Lo que aparece en su libro -próximo a editarse- es que no hay dos Macri:  sobre el diván dice lo mismo que afuera. El inconsciente te lo debo, nada dice el terapeuta de los honorarios. Aquí solo una parte de esos sesiones.

Estoy editando un libro que sale en breve. Hoy el autor me entregó la última página. Creo que no habrá problemas de derechos. Se publicará post mortem.

Le voy a hablar desde el corazón, con la verdad, como siempre lo hice.

-Nadie lo conoce mejor que yo, señor Presidente. Vamos al grano. Volvió a llegar tarde a terapia…

Después de dos años y unos meses, la situación cambió. Y, en buena parte, por cuestiones que están fuera de nuestro control.

-Mmm. Ahá. “Situaciones de afuera”, dice. ¿Y usted? ¿Qué situaciones controla usted?

Ahora tenemos un gobierno que enfrenta la realidad sin esconderla, honestamente, con la cabeza abierta para dialogar con todos, pero al mismo tiempo sin tener miedo a pagar los costos que tiene hacerse cargo de esta realidad y cambiarla.

-No sé con quiénes dialoga. Los radicales empiezan a darse cuenta. Va lento, pero va. La gente recibe llamados grabados. Con Mariu, ya vimos lo que le pasó con la vecina de Sítibel. Los timbrazos se los desaconsejé. Su cuerpo lo sabe. El resto de las cosas ¿bien?

La gran mayoría tenemos una voz que nos dice “esto tiene que salir bien” porque este es un momento distinto a todos los que vivimos en el pasado.

-Ahá. Escucha voces, como el pajarito chiquitico de Maduro. Seguramente volvió a escuchar aquello de MMLPQTP.

Durante mucho tiempo los argentinos no pudimos tomar conciencia del desfasaje de nuestras cuentas. Y ahora nos toca reconocerlo, asumirlo, ser la generación que entiende nuestro problema, que se hace cargo.

-Usted habla en plural. ¿No intentará culpar a todos los argentinos, verdad? ¿Qué se supone que viene haciendo desde hace mil días? Digo.

Cuando pensamos que se habían despejado todas las dudas sobre nuestra capacidad de cruzar al otro lado del río, pasaron cosas que volvieron a sembrar dudas.

-Pasaron cosas, claro. Y hay dudas de sobra. Pero el que no pudo cruzar al otro lado del río fue Santiago Maldonado, ¿recuerda? Pero eso a usted mucho no le preocupa.

Por eso he decidido compactar más mi equipo, para así poder dar una respuesta más focalizada en la agenda que se viene.

-Bien, elimina ministerios por problemas de agenda. Y compacta equipo, onda compactadora de residuos. ¿A usted qué le parece?

Para mí no es fácil, quiero que sepa que estos fueron los peores cinco meses de mi vida después de lo de mi secuestro.

-Ahhá. ¡Pero qué pillín, señor Presidente! Creyó que no lo iba a notar ¿verdad? Quiere dar pena. Se victimiza.

El golpe que recibimos en estos cinco meses es duro. El mundo nos volvió a decir que vivíamos arriba de nuestras posibilidades.

-Se lo escuché decir varias veces. Pero en campaña usted repetía: “Podemos vivir mejor”. Y parece olvidar cómo hizo fortuna su papi; de 7 empresas pasó a tener 47 por las licitaciones que le asignó la dictadura. Por no mentar temitas como Panama Papers, Odebrecht, el Correo y Avianca.

Lo que tenemos que enfrentar es un problema de base que es no gastar más de lo que tenemos.

-Recuerdo bien que no me debo entrometer, ¿pero a usted le parece que una jubilada o un desempleado vive por encima de sus posibilidades?

Por eso dije que le iba a explicar por qué cuando parecía que veníamos bien, sentimos que volvemos para atrás.

-Para atrás. Sí. Muy para atrás. Aguante un cachitín que busco algo acá, adentro del cajón.

* El autor queda en deuda con Alejandro Rozitchner, Lilita Carrió, María Pia López y Daniel Mames