El mapa político nacional está alterado y en esto de negociar a varias puntas y en múltiples direcciones, el senador rionegrino es insuperable. Le ofrece a Macri una muñeca política de la que carece al tiempo que despliega giros a lo Bolsonaro a los que busca capitalizar en términos electorales.

No descubrimos nada nuevo si decimos que todo modelo comunicacional que pretenda manipular al ciudadano debe ocultar la verdad de la realidad. Ahora bien, cuando la información que se oculta es la vida y obra de mucho más de la mitad de la geografía de un país y sus habitantes, ya no estamos hablando de una política editorial de coyuntura, sino de un problema estructural.

El caso paradigmático se produjo en el año 2008 con las retenciones móviles al agro. Por desconocimiento en las formas de producción y actores económicos involucrados  en el campo, el kirchnerismo descubrió que el manejo que la estructura mediática centralista desplegó por esos meses podía arrojarlo al fondo de la grieta, hábilmente trazada. Y aunque trató de resolverlo con la Ley de Medios promulgada en 2009, su falta de conocimiento (otra vez) de los intereses y actores involucrados lo llevó a errar en la aplicación de la norma.

En este 2019 la información de las provincias volvió a romper la lógica prevista por el centralismo mediático. El escalonamiento electoral planteado por los gobernadores llevó a que entre febrero y junio se realizaran elecciones en 16 provincias. Votaron casi el 40 por ciento de los argentinos, definiendo un nuevo mapa de poder territorial en la Argentina.

Pero Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner, lejos de seguir la agenda mediática centralizada, tomando debida cuenta de que las elecciones perfilaban un nuevo mapa político en la Argentina, actuaron en consecuencia.  Cada uno a su manera y observando que los gobernadores no se ataban a las propuestas nacionales y que los votantes (de todas maneras) hacían oír su descontento con el proyecto de la Casa Rosada buscaron resolver las múltiples encerronas deconstruyendo la lógica de candidaturas que los círculos de Poder (incluidos los Medios) tenían previstas.

Miguel Angel Pichetto, desde su cargo en el Senado desde diciembre de 2015 le posibilitó a Mauricio Macri la promulgación de muchas leyes conflictivas, pero también fue quien ayudó a preservar las “cajas” de los líderes provinciales de la mayoría de los territorios. Los principales perjudicados fueron los jubilados, pero de esa historia pocos se acuerdan.

Alberto Fernández  fue lanzado a la presidencia por Cristina Fernández de Kirchner bajo la consigna de unir lo que ella desunía. Los resultados no se hicieron esperar: la nominación de AF hizo estallar  la denominada Alternativa Federal pergeñada por muchos gobernadores entre los que (y a modo de ejemplo) estaba Juan Manzur quien cerró su campaña provincial en la clínica capitalina donde Alberto estaba internado.

Son muchos los interrogantes que abre la designación de Miguel Ángel  Pichetto. El kirchnerismo apeló a las esperables y pueriles acusaciones de traidor, los más avispados comenzaron a  justipreciar la jugada macrista. Felipe Solá, por ejemplo, no adhirió al uso del mote propuesto.

Pichetto es un cuadro político probado. De hecho, desde Carlos Menem a Cristina pasando por Duhalde y Néstor Kirchner lo confirmaron en su puesto de representante privilegiado en el senado de la Nación. Ya con el gobierno de Mauricio fueron los gobiernos provinciales quienes lo asumieron como su representante ante el Poder Ejecutivo.

La CGT también lo consideró un interlocutor privilegiado. Pichetto en su momento confesó públicamente que no votaría las leyes antiderechos laborales mientras no hubiera acuerdo con los jefes sindicales. Y cumplió.

¿Qué rol desempeñará Pichetto en el nuevo esquema de poder?  Resulta mucho más fácil comprender su rol en un hipotético gobierno macrista, bastoneando desde la presidencia del senado lo que por obvias razones no pudo sostener Gabriela Michetti que acertar en la tarea que desempeñará en la campaña electoral un hombre que no tiene votos propios.

Lo que aparece en los primeros movimientos del frustrado candidato a gobernador de Río Negro, es meter palabra en el inacabado discurso de unitario entre peronistas y kirchneristas.

Su discurso violentamente xenófobo que supera en calidad al de Patricia Bulrich, es feroz. A Pichetto no le temblará el pulso ni tartamudeará a la hora de recuperar el  macartismo necesario para espantar peronistas de la Alianza FF, esos  que alguna vez inflaron sus pechos al son de “Ni Yanquis ni marxistas,” aunque ya estén un poco viejos.

A pesar de que Macri tuvo un resultado muy pobre en las elecciones provinciales, intentará superar esa debilidad apelando al juego de su alianza con el Poder Judicial, los Grandes Medios  y el manejo de los algoritmos que tiene en Marcos Peña su principal ejecutor con el discurso trepidante de Pichetto.

Macri no da por pérdidas provincias como Río Negro, Chubut, Misiones, Córdoba, Santa Fe y tampoco se conforma con un apoyo sindical ceñido a los herederos del Momo Gerónimo Venegas, aspira que la ductilidad de Pichetto le permita robar apoyos o neutralizar a parte de la CGT.

Métodos y subterfugios electorales ya hubo en la política electoral argenta y las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación abren muchos más espacios todavía. La boleta corta y la campaña furtiva de intendentes y gobernadores que dicen una cosa y luego mandan a sus punteros a realizar otra no es patrimonio de los barones del conurbano bonaerense.

Un amplio  parque automotor de ambulancias está a disposición de Miguel Ángel Pichetto para salir a levantar heridos que ya está dejando el ingreso de algunos ex amigos al redil panperonista.

La variopinta troupe de Sergio Massa dejará muchos precandidatos afuera; el sindicalismo y las organizaciones sociales se ven forzadas por la política a reducir las pretensiones ganadas en las luchas callejeras y así quedar afuera del armado, ya que el espacio es finito, el costo de contar con Massa parece muy alto para muchos y en las listas no hay lugar para Todes.

Recetas comunistas para salir de la crisis

Otro aporte interesante de Miguel Ángel Pichetto al macrismo es su posibilidad de renovar el discurso macartista como lo hiciera Jair Bolsonaro en Brasil. Ya lo probó con la acusación de comunista a Axel Kiciloff. La Juventud Comunista tuvo allí una salida inteligente: en lugar de victimizarse o de responderle en espejo acusando al senador de facho (términos de una década en extinción) salieron con un meme que unía las imágenes de Marx, Engels y Lenín con Kicikoff.

Tampoco se trata de caer en las viejas peleas setentistas o de la guerra fría. Si prospera el discurso antimarxista tal vez no estaría mal ideologizar el debate electoral.

Mientras la República Popular China está en el centro de la escena en la guerra económica con el nacionalismo imperial de Donald Trump, el neoliberalismo del macri-pichetismo con un poco de audacia podría ser puesto en offside sin demasiada dificultad. Franco Macri y Néstor Kirchner supieron hacerlo.

La discusión por el Estado está en la raíz del peronismo y es la base de los triunfos electorales en las provincias. Una discusión que lo aleja del globalismo financiero que sostiene el gobierno nacional. Pero claro, habría que enfocarse en dar batalla ideológica y no sólo batalla mediática.

Alcira Argumedo nos aporta algunos elementos a tener en cuenta “En grandes rasgos, el modelo económico chino define un control estatal de las finanzas, el comercio exterior, la energía, el desarrollo científico-técnico, un sistema educativo de calidad en todos sus niveles y la producción en áreas estratégicas como la militar, nuclear y espacial: el 40% del total de las empresas pertenecen al Estado y en el resto de las áreas productivas, se habilita la participación de capitales privados extranjeros o nacionales. A su vez, mientras durante las tres últimas décadas en el sector occidental se ha producido un crecimiento exponencial de la pobreza y el desempleo, junto a la polarización y concentración de la riqueza, en China la población en condiciones de pobreza e indigencia -que hasta hace 20 años afectaba al 66% de los habitantes- se ha  reducido al 1%. Los bajos salarios chinos de las primeras etapas, golpearon duramente a los jóvenes trabajadores rurales que migraban a las ciudades dispuestos a recibir ingresos misérrimos y aceptar duras condiciones laborales; situación que se fue corrigiendo a lo largo del tiempo y en la actualidad el salario mínimo en ese país es más alto que el de Argentina. “

Para enfrentar al anticomunismo tardío sobran argumentos. Es cuestión de trabajar las ideas y no sólo repetir algún eslogan surgido de la reacción antiduranbarbista.

Cerrada la etapa de las roscas, el comienzo de la campaña electoral es una gran oportunidad de debate. Cerramos con Alcira:

“La paradoja es que, al tiempo que los referentes neoliberales lanzan duras diatribas contra el papel del Estado, reivindicando los supuestos beneficios inapreciables de dejar la conducción económica en manos del “mercado” -de corporaciones, bancos y fondos especulativos- incluyendo la educación y la salud, consideradas mercancías y no derechos, el triunfo económico de China como potencia mundial se ha sustentado en un modelo económico muy similar al que consolidara en Argentina la Constitución de l949. China y la Constitución de 1949 aparecen como dos temibles amenazas ante la magnitud de la crisis de la globalización neoliberal en el campo occidental y particularmente en Argentina. Reivindicando  nuestro sistema político democrático y sin caer en una nueva subordinación, ahora ante este poderoso polo de poder, el debate sobre nuestro futuro debiera analizar con rigurosidad las claves del éxito del modelo económico chino, frente al fracaso del neoliberalismo a escala internacional, para no dejarse correr con la vaina de un discurso agresivo y decadente.”

 

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