No está en los medios, no existe. Sin embargo todas las universidades públicas están sin clase desde hace semanas por el bombardeo ajustador, sistemático y empobrecedor del Gobierno contra la educación pública y el sistema de Ciencia y Tecnología.
Preguntas que insisten y persisten.
¿Qué significa, en qué influye, a quiénes afecta este recorte, este ajuste en la Universidad, en la Ciencia y en la Técnica?
¿Cómo se articula este ajuste con todo un entramado, con un escenario de medidas antipopulares que parece no tener fin?
Un dolor de cabeza, un rompecabezas.
¿Cómo se rompe el cerco mediático en un mundo de globos (de atractividades, de cuadernos, de flanes) grises, monocromáticos?
¿Cómo se visibiliza que las y los docentes universitarios nos encontramos con un ajuste de un 25% en nuestros salarios (que amenaza con crecer a un 20% más)?
Que el presupuesto universitario fue recortado en más de 4 mil millones de pesos.
Que el gobierno avanza en políticas que privatizan la educación superior, que devalúan nuestras carreras atacando sus incumbencias, que degradan nuestras obras sociales, que no aplican el Convenio Colectivo de Trabajo, que avanzan en los mecanismos de control y disciplinamiento en nuestros lugares de trabajo.
Que en la Universidad de Córdoba la gestión convoca a la policía para reprimir a las y los estudiantes.
Que hace tres semanas ya que hemos decidido ir al paro y no iniciar el segundo cuatrimestre en 57 universidades nacionales.
Que en Ciencia y Técnica se ajusta y se despide a sus trabajadoras y trabajadores, se desfinancian proyectos, se recortan subsidios; se desguaza el sector público.
Que no hay presupuesto ni para las refacciones más elementales, ni para el gas.
¿Cómo se visibiliza esto cuando al mismo tiempo y por todos lados nos siguen pegando abajo; cuando la agenda de la miseria y de los miserables no da respiro; cuando ocurre que despiden, reprimen y torturan a los trabajadores de Astillero Río Santiago; cuando Santiago Maldonado y Rafael Nahuel ya no están pero duelen un montón; cuando el Congreso del arriba desoye a millones de mujeres y cuerpos gestantes y vota en contra del aborto legal, seguro y gratuito, cuando sueltan a los militares en las calles, cuando nos entregan al FMI?
A la Plaza y a la Marcha
Preguntas que insisten y persisten. Preguntas que conducen a nuevas preguntas.
Podemos ver, por caso, qué respuestas se han dado los colectivos y asambleas de trabajadoras y trabajadores de la educación, de las universidades, de la ciencia, a lo largo y a lo ancho de todo el país. Quizás quienes lean estas reflexiones puedan, sepan, incluso quieran aventurar nuevas propuestas, u originales.
La respuesta de las y los docentes fue esta: no inicio, clases públicas en Plaza de Mayo y gran marcha universitaria nacional el 30 de agosto
Luego de un primer cuatrimestre marcado por un cronograma de asambleas de base, paros escalonados, clases públicas y movilizaciones, las dos CONADU -las dos federaciones de docentes universitarios más grandes y representativas del país- han realizado consultas en sus asociaciones de base, entre todas y todos sus docentes, llegando por amplia mayoría a la misma conclusión: en este contexto, no es posible iniciar las clases en el segundo cuatrimestre. Estas decisiones fueron tomadas democráticamente y luego de pacientes, importantes y fecundos debates en donde cada docente que quiso, pudo expresar su opinión y votar.
Así las cosas, en cada facultad se empezaron a desarrollar asambleas intersectoriales convocadas por diferentes gremios y sectores. Tal fue el caso de la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, en donde los gremios de docentes (AGD), de estudiantes (CECEN), de las trabajadoras y trabajadores de CONICET (ATE-CONICET) y de las becarias y becarios (Jóvenes Científicxs Precarizadxs -JCP) entendieron que para vencer los diferentes ajustes -que no son otra cosa que uno y el mismo ajuste-, es necesario unir fuerzas y realizar medidas conjuntas. Así se organizaron actos, cortes de calle en los accesos a Ciudad Universitaria, pañuelazos y movilizaciones. Del mismo modo, y en otras facultades y universidades se fue generando una escalada, con grandes campañas en las redes sociales, con clases públicas en las calles, con movilizaciones de decenas de miles de personas en Córdoba, en Rosario, en Cuyo. Con unidad obrero-estudiantil en La Plata, entre la Universidad y Astillero Río Santiago. Con la ocupación de al menos cuatro rectorados.
Hoy la Plaza de Mayo estará poblada durante todo el día por decenas de clases públicas convocadas por AGD-UBA, el gremio más grande y representativo de las y los docentes universitarios y preuniversitarios de la UBA. La mesa ejecutiva del gremio debatirá en la Plaza de Mayo y en la misma Plaza se realizará una conferencia de prensa. Todo esto será la antesala de la gran marcha universitaria que se convoca para el próximo jueves 30 de agosto desde todos los gremios y federaciones docentes y estudiantiles universitarias.
La batalla de la conciencia
En este contexto, es importante remarcar que uno de los objetivos más importantes de la política de Cambiemos y sus aliados en el ajuste es, además del recorte del gasto público y el desguace del sector público, promover el disciplinamiento y la desmovilización de quienes sufren en el cuerpo estas políticas. Mediante el control y el miedo en muchos casos, pero también mediante métodos más sutiles, atomizando los conflictos, promoviendo el individualismo, el sálvese quien pueda y la competencia por los escasos recursos que nos asigna.
Nos quieren sumisas, nos quieren pasivos: que vaya otra, que se movilice otro, vos seguí con lo tuyo así no te despiden a vos, que le recorten al de al lado. Esa batalla de la conciencia no se puede perder. Así lo están entendiendo muchas docentes, muchos estudiantes que buscan lazos de solidaridad para rotarse en las tareas que requieren los actos y movilizaciones, para cubrirse y alternarse en los lugares de trabajo. Cada laburante que se suma a una movilización, cada persona que se organiza, cada gesto de solidaridad entre nosotras y nosotros es una derrota para el macrismo. Luchar sirve: así fue como se derrotaron las políticas privatistas de Menem, el recorte del 13% de De la Rua, y más cerca en el tiempo los intentos de acreditar varias carreras de la UBA a la CONEAU. Así fue también que se lograron los aumentos y la reincorporación de muchas y muchos despedidos.
Yo tuve la suerte, siempre cuento esto, de tener a Manuel como el primer tesista de licenciatura y becario al que dirigí formalmente, entre 2013 y 2014. Manuel defendió su tesis de licenciatura y se recibió de biólogo en la UBA con un 10 (diez). Pero mucho antes de esto le tocó estudiar en condiciones adversas: viviendo, en algunos pasajes de su vida, en situación de calle. La existencia de financiación, de becas públicas -además de su gran inteligencia, dedicación y sensibilidad- le permitió poder terminar la carrera. Actualmente, es docente en el Colegio Nacional de Buenos Aires y ha sido también docente de la carrera de grado de Ciencias Biológicas de la UBA. Hoy, Manuel participa de y se solidariza con las diferentes movilizaciones y clases públicas universitarias y preuniversitarias. Una universidad sin presupuesto, además de deteriorarse las condiciones laborales de sus docentes, además de comprometerse el funcionamiento de los servicios básicos y los contenidos de su materia, además de implicar la interrupción de los proyectos de investigación, significa una universidad cada vez más elitista, más lejana a las necesidades, los sentires y los intereses populares. Una universidad desfinanciada y privatizada significa que no pueda haber otros Manuel, que quienes accedan a la universidad sean solamente quienes puedan cursar sin trabajar, quienes puedan vivir con las becas y salarios miserables porque tienen ingresos de otros lados. Una universidad para los ricos.
Hay una frase bella, y me animaría a decir que muy cierta que dice: “Docente que lucha, también está enseñando”. Tenemos, por caso, el ejemplo de Carlos Fuentealba, que reclamó colectivamente mejores salarios y más presupuesto para la educación y que por respuesta fue -literalmente- fusilado un 4 de abril del 2007 con una granada de gas lanzada por los esbirros de la oscuridad, que sirven obedientes a los poderosos. Fuentealba nos marcó a tantas y tantísimos por su compromiso, por su solidaridad. Maestras, docentes del abajo que enseñan, que se ensañan en seguir enseñando, y la saña con que enseñan es seña y es señal, enseñan el camino a seguir, sueñan con un mundo mejor. Maestras y docentes cuya memoria sentimos que debemos mantener viva, en cada asamblea, en cada clase, en cada movilización. No porque sean maestras o docentes, sino porque enseñan que somos parte de las luchas de toda la clase trabajadora, que cuando ganan las y los docentes, ganamos todas y todos, que cuando ganan otros sectores de trabajadoras y trabajadores, también ganamos nosotras y nosotros; porque señalan que docentes con plenos derechos y salarios dignos son una condición indispensable en la construcción de una educación gratuita, de calidad, pública y popular; porque sueñan que las universidades, la ciencia y la técnica serán de y para las y los laburantes o no serán nada.