Un resultado que puede inducir a engaño, la película de la política es más certera que la foto triunfalista que trasmiten algunos medios. Entre los nuevos fenómenos que trajeron las internas está el crecimiento de la izquierda que si bien no alcanzó números para ser una alternativa de poder puede hacer más pie dentro del movimiento obrero.
Hay varias formas de analizar las PASO 2017. Una es caer en la trampa del impresionismo mediático, ese que sólo analiza un proceso electoral a partir de los números. No está mal. Es una forma. Un resultado depende de los números. Fríos.
Otra forma sería analizar los discursos de los candidatos, la forma en que se presentaron a la sociedad para, a partir de ahí, inclinarnos por desmenuzar el significado del voto de la mayoría.
Pero la política real es un poco más compleja que el simple resultado. La foto es la que seguramente reflejarán todos los diarios: Macri, Carrió, Vidal, Bullrich y hasta Gerardo Morales en Jujuy festejando el aval de las urnas. Se hará hincapié en el final político de Cristina Fernández y la baja performance de Sergio Massa y Florencio Randazzo.
Ahora bien, como dijimos, eso es una foto. La película, como siempre pasa, es mucho más dinámica y suele tener varias historias metidas en una.
Para Socompa, ésta es la mejor forma de analizar la elección: no detenerse en el impresionismo, mirar más allá de los números, bajar a la conciencia profunda de los ciudadanos que este domingo decidieron darle la mayoría a Cambiemos, independientemente del resultado final en la propia provincia de Buenos Aires.
Un dato que muchos tratan de invisibilizar pero que cada vez es más evidente y notorio. La izquierda se consolida como Frente, le peleó el cuarto lugar a Cumplir en provincia de Buenos Aires y en Capital Federal vuelve a hacer buena elección el fenómeno Luis Zamora.
Para no hablar de otros resultados impactantes, como los conseguidos en Mendoza, Salta, Jujuy y Santa Cruz. Aunque numéricamente sean mucho menores a los millones de votos conseguidos por Cambiemos, Unidad Ciudadana, 1 País y Cumplir, el voto a la izquierda expresa la radicalización de un sector de la sociedad. No es casual que algunos conflictos grandes de las últimas semanas, como el de Pepsico, hayan sido dirigidos por delegados de ese sector político.
No se trata, tampoco, de dar por el pito más de lo que el pito vale. Es decir, la izquierda no es una opción electoral. Pero no se puede decir que no sea una opción de poder y de alternativa de dirección del movimiento obrero. Especialmente si vemos el desprestigio en el que caen los dirigentes de la CGT.
Entonces, vamos a lo importante: no es éste un giro a la derecha del electorado, como seguramente se lo querrá hacer ver. Por qué. Primero, porque la mayoría sigue votando contra el gobierno. Segundo, toda la derecha y la centroderecha votó a Cambiemos, salvo marginales excepciones. El resto votó del peronismo hacia la izquierda.
Del mismo modo que decimos esto podemos decir que un triunfo de Unidad Ciudadana en provincia de Buenos Aires no hubiese significado un corrimiento a la izquierda del electorado. Recordemos que en 2015 ganó María Eugenia Vidal y el candidato del kirchnerismo fue Aníbal Fernández, insospechado de izquierdista.
En definitiva, será cuestión de no dejarse engañar por los cantos de sirena del oficialismo, que aprovechará la confusión para imponer más políticas de ajuste que hará ver como parte del doloroso camino hacia el paraíso.
No se podrá esperar una oposición fuerte del peronismo clásico, encarnado éste en Sergio Massa y Florencio Randazzo. El cristinismo, por su parte, se debatirá en internas pero seguirá siendo, vía Cristina Fernández, un gran factor de poder. Ella sigue siendo líder de un amplio espacio del peronismo, y tiene cualidades que ningún otro político argentino posee.
Quedará para otros analistas de Socompa dilucidar si esto es el principio del fin del peronismo, como sí parece ser el del radicalismo. Da la impresión que sale más debilitado que en 2015, tendrá mayoría otra vez en el Congreso, pero si el papel continúa siendo el que cumplió hasta ahora, facilitando la sanción de leyes antipopulares, bueno, el peronismo está destinado a seguir perdiendo caudal electoral.
A menos que Cristina, claro, una vez más, resurja como el Ave Fénix y ponga todos patas para arriba. No parece ser el caso. Tal vez ese papel esté reservado para algún actor que todavía no conocemos, pero que surgirá a caballo de la resistencia que habrá contra el ajuste de Mauricio Macri y su gobernadora.