Las elecciones confirmaron las sensaciones que habían dejado las PASO: Cambiemos es, en la actualidad, la fuerza con mayor volumen electoral en la provincia de Córdoba. ¿Cuáles son las razones de este triunfo? ¿Por qué perdió Unión por Córdoba? La buena elección del kirchnerismo y el escenario de cara a 2019.
La primera razón de la derrota de Unión por Córdoba y de la victoria de Cambiemos fue la ausencia de los referentes del oficialismo provincial en las listas. Algunos analistas, por ejemplo Jorge Asís, argumentaban, luego del resultado de las PASO, que la razón de la derrota radicaba principalmente en la ausencia en las listas (y en la campaña) del principal referente del oficialismo provincial: José Manuel De la Sota.
En una llamativa decisión, quien fuera gobernador en tres periodos, decidió dar un paso al costado argumentando que era necesaria una renovación en el partido y que él había decidido tomar “un año sabático en política”. Mientras se desarrollaba la campaña, el gallego presentaba en público su nuevo emprendimiento personal: un negocio de ropa masculina llamado “El Hombre”, en su Río Cuarto natal. La demostración más certera de su momentáneo alejamiento de Unión por Córdoba fue su ausencia en el bunker, donde la cara la puso el otro referente del partido, el gobernador Schiaretti.
El lugar de De la Sota en la lista fue ocupado por el vicegobernador Martin Llaryora. Esta elección no fue una casualidad: Llaryora representaría la necesaria renovación de Unión por Córdoba. Este dirigente, quien fuera electo dos veces intendente de San Francisco, presenta una amplia carrera en la labor pública a pesar de solo tener 45 años. Sin embargo, este joven dirigente, poco carismático y más asociado a la gestión, tuvo que enfrentar a un candidato totalmente diferente a su perfil: Héctor Baldassi. El carisma del ex árbitro sumado a la muy buena imagen de Mauricio Macri en la provincia fue un escollo muy difícil de superar para el candidato de Unión por Córdoba.
Por lo tanto, esto deja al descubierto una de las características principales de Unión por Córdoba: el carácter fuertemente personalista del partido. Esto quiere decir que, al igual que los llamados movimientos nacional/popular de Latinoamérica, el partido que gobierna la provincia desde 1999 tiene serios problemas para encontrar un sucesor de sus dos principales figuras: De la Sota y Schiaretti. Es decir, la capacidad del oficialismo de realizar buenas elecciones radica en la presencia de sus dos referentes.
La estrategia exitosa que se volvió en contra
La segunda razón de la victoria de Cambiemos, y la más importante desde el punto de vista de quien escribe estas líneas, consiste en la imposibilidad de Unión por Córdoba de amoldar su discurso antes las nuevas circunstancias que lo rodean. Este es el resultado principal de la efectiva estrategia de nacionalización de las elecciones llevadas a cabo por el gobierno nacional encabezado por Mauricio Macri. Sin embargo, esta imposibilidad se construye a partir de la estrategia que llevó a cabo Unión por Córdoba hasta el año 2015.
Desde la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia en 2003 hasta el año 2011, Unión por Córdoba y el poder ejecutivo nacional tuvieron una buena relación. Un ejemplo de este fraternal vínculo es el actual primer candidato a diputado de Unión por Córdoba. Martin Llaryora en el año 2007 fue candidato a intendente de San Francisco bajo el sello Frente para la Victoria-PJ.
Sin embargo, a partir de 2011 la historia cambió. Quien fuera electo gobernador de la Provincia en 2011, José Manuel De la Sota, entabló una batalla discursiva frente al gobierno nacional encabezado por Cristina Fernández de Kirchner. En esa batalla, Unión por Córdoba apelaba a constituirse como una víctima y como el partido que mejor representaba los valores de la provincia frente a los ataques del centralismo porteño. Esta estrategia fue muy efectiva, ya que a partir de entonces, UpC ganó en cuanta elección se presentara. El voto al oficialismo provincial era un voto que se puede caracterizar como de contraataque: Frente a los ataques y la discriminación hacia la provincia por parte de CFK, la respuesta era un voto a Unión por Córdoba.
La consecuencia colateral fue la construcción de un electorado profundamente antikirchnerista.
En las elecciones presidenciales de 2015 y especialmente en el ballotage, quien representaba al antikirchnerismo fue el candidato del frente Cambiemos, Mauricio Macri. En el ballotage, fue la provincia de Córdoba quien le dio el triunfo a Cambiemos. En esta provincia Macri se impuso con más del 72% de los votos. Ya no importaban las promesas de campaña, lo fundamental era que se pusiera un freno al kirchnerismo. Allí radicaba el contrato electoral de los votantes de Cambiemos y su candidato y no en promesas como “pobreza cero”.
En las últimas elecciones y, tal como señalaba el gobernador Schiaretti, en un escenario de nacionalización de las elecciones y de profundización de la polarización macrismo-kirchnerismo por parte del poder ejecutivo nacional, quien representaba un freno al kirchnerismo es Cambiemos, un partido nacional, y no Unión por Córdoba, un partido provincial. Independientemente de que, lo que antes se denominaba Frente para la Victoria y ahora Córdoba Ciudadana, representara a un escaso electorado en la provincia, el voto a Cambiemos fue un voto que solo ansiaba un tope al kirchnerismo a nivel nacional y principalmente a la figura de Cristina Fernández de Kirchner. Como señalaba anteriormente, la estrategia de nacionalizar las elecciones fue muy efectiva en la provincia.
Esta premisa se puede justificar si se realiza una comparación con las elecciones a gobernador de 2015, con las elecciones presidenciales generales y con el ballotage de ese mismo año. En las elecciones a gobernador la lista de UpC, encabezada por Juan Schiaretti, se impuso con un 39% de los votos frente a la lista que encabezaba el radical Oscar Aguad, con un 33%. Es decir un 72% del electorado eligió a alguno de ambos candidatos. En las elecciones presidenciales generales, Mauricio Macri se había impuesto con el 53% de los votos, frente a Sergio Massa (aliado de De la Sota) con un 20%, entre los dos candidatos un 73% del electorado. En el ballotage presidencial Macri se impuso con un 72%. En las primarias de este año, el candidato de Cambiemos se impuso con un 44% frente a un 28% del candidato de UpC y en las generales aumentó el porcentaje ya que el candidato de Cambiemos obtuvo el 48% frente a un 30% del candidato de Unión por Córdoba.
En todas las elecciones se repite un similar porcentaje de electores que vota a uno de ambos candidatos, la diferencia radica en que en las elecciones de este año, se invirtió quien ocupa el primer lugar.
¿Qué le pasó a Unión por Córdoba? Terminó cayendo en una grieta que había construido a partir de 2011. Una estrategia que había sido muy eficaz en su momento se transformó en su principal escollo. En una campaña caracterizada por el enfrentamiento discursivo entre kirchnerismo/antikirchnerismo, el oficialismo provincial terminó sufriendo el drama de los terceros partidos en un escenario de confrontación.
Luego de las PASO, Unión por Córdoba comprendió el escenario de polarización que se estaba presentando y la imposibilidad de ubicarse en alguno de los bandos en disputa. Era necesario crear un “otro” con el cual confrontar. Por lo tanto, a través de sus spots de campaña y los discursos de sus candidatos, trató se presentar una confrontación alternativa, pero que a su vez era la base sobre la cual había construido su hegemonía en la provincia. La confrontación planteada era la reactualización de la histórica disputa entre Buenos Aires y Córdoba. A partir de esto se entiende el cambio en el lema de campaña: se pasó de “Córdoba unida por el verdadero cambio” a “Cuidemos a Córdoba para seguir haciendo”.
Pero a pesar de cambiar radicalmente su discurso de campaña desde las P.A.S.O a las generales, su estrategia no generó los efectos esperados.
El otro beneficiado
Héctor Baldassi y el frente Cambiemos no fueron los únicos beneficiados del clima de confrontación. El otro gran beneficiado es el representante del Frente Córdoba Ciudadana, Pablo Carro. Este candidato, desconocido para la mayoría del electorado hasta hace unos meses, logró obtener una banca en la cámara de diputados.
Carro, de 52 años y nacido en Banfield (Provincia de Buenos Aires) es un emergente del sindicalismo cordobés. En la actualidad ocupa el cargo de secretario general del Gremio de docentes e investigadores universitarios de Córdoba (Adiuc) y también ocupa el cargo de secretario general de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) seccional Córdoba. Si bien tenía una fuerte presencia en el mundo de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), era un desconocido para el gran público.
Luego de discusiones internas dentro de lo que quedaba del Frente para la Victoria, Carro resultó el elegido para ir en búsqueda de esa novena banca que parecía inalcanzable. Con escasos recursos y bajo el lema de “el candidato de Cristina en Córdoba”, Carro pudo aprovechar la polarización y captar los votos del núcleo duro del kirchnerismo, los cuales le permitieron acercarse a la cantidad de electores que históricamente venía obteniendo el Frente para la Victoria.
Esta buena elección de Carro parte de un correcto diagnóstico de la situación. A sabiendas de que más del 70% de los electores elegiría a UpC o a Cambiemos, desarrolló una campaña en la que en constantemente reivindicaba los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Carro entendió que lo que estaba en disputa era ese 28% que en el ballotage no había elegido a Macri. Por lo tanto emprendió una campaña con un fuerte discurso contra las medidas económicas y sociales de Mauricio Macri y con una disputa con la izquierda por ese porcentaje. ¿Por qué es una buena elección si solo obtuvo un 10%? Primero y principal porque ese porcentaje le permitió obtener una banca en la cámara de diputados y segundo, porque en estas elecciones en las cuales solo un 22% no votó por los candidatos de Cambiemos o de Unión por Córdoba, el obtuvo alrededor del 50% de los mismos, los cuales lo convierten en una figura fuerte de cara a lo que viene.
Conclusiones de cara a 2019
Luego de los resultados de las elecciones, rápidamente y con miras a la elección de gobernador de 2019, el Intendente de la Ciudad de Córdoba Ramón Mestre, señaló que “este es un fin de ciclo para Unión por Córdoba”. “Debemos ser capaces de llevar adelante una propuesta que nos permita ser alternativa en 2019”, expresó el hijo del histórico dirigente radical de la provincia. En sus palabras se observa que desde el frente Cambiemos ven muy cercana la posibilidad de que en 2019, el lugar en el Panal sea ocupado por uno de sus representantes. La disputa interna será lo más interesante de cara a 2019. ¿Quién será el Candidato? ¿Un representante del Pro puro como Héctor Baldassi? ¿O será un radical como Ramón Javier Mestre? Los números le permiten ilusionarse al ex árbitro sin embargo, los radicales estarán esperando una señal por parte del Pro de cara a 2019. “Lo peor que podemos hacer es ponernos a pensar en internas” respondió Mestre cuando fue consultado acerca de las elecciones a gobernador.
En el bunker de Unión por Córdoba también comenzó la campaña de cara a 2019. Las declaraciones de Juan Schiaretti permiten suponerlo. Sabiendo el gran apoyo que obtuvo Macri en estas elecciones, lo primero que señaló el gobernador fue que el ciclo que “encarnó Cristina Fernández” quedó atrás. Con esas declaraciones, Schiaretti vuelve a ingresar en la disputa kirchnerismo/antikirchnerismo. Sin embargo, como se señalaba anteriormente, el problema de UpC radica en la sucesión. ¿Quién será el candidato? Es difícil asegurarlo.
Las elecciones de 2017 ya pasaron. Cambiemos es el gran beneficiado, Unión por Córdoba es quien se lleva más preguntas mientras que el kirchnerismo, que había sido dado por muerto, logró sobrevivir. El escenario de cara a 2019 está planteado.