Como para dejar más en descubierto que se trata de una fantochada, hubo espacio para una supuesta amenaza a una comisaria, asesorada por abogados vinculados al gobierno de Morales, por el robo de ropa interior. La dirigente de Tupac respondió con una carta denunciando su condición de presa política y que aquí se reproduce completa.

Aseguran que amenazó con poner una bomba, cuando en realidad fue algo como “guárdese las bombachas”. Pero hay que decirlo: no hay registro de aquella comunicación. Como se dice en el barrio, es la palabra de una contra la palabra de otra. Claro que “una” es una comisaria de la policía de la provincia de Jujuy, quien hizo la denuncia en 2014 con el asesoramiento legal de Gastón Morales, el hijo del actual gobernador, mientras que la “otra” es Milagro Sala, dirigente social, fundadora de la Tupac Amaru, presa política desde el 16 de enero de 2016, hace 686 días, 1,88 años. Así es como la “otra” está siendo juzgada por el supuesto delito de amenazas en un proceso al que ella y sus abogados califican de “farsa” y aseguran que tendrá una sentencia condenatoria.

¿Será que Milagro Sala, quien en 2014 era diputada provincial, llamó por teléfono desde Buenos Aires a una comisaría de Alto Comedero para amenazar con volarla, en el marco de alguna acción política? No, llamó porque a una amiga no le querían devolver unas bombachas.

Las cosas como son. Natalia Vargas es la hija de María Molina, quien a su vez es amiga y estrecha colaboradora de Sala en la Tupac Amaru. El 13 de octubre de 2014, Natalia fue a pasear a una feria y encontró que en un puesto se ofrecían a la venta unas prendas que le habían robado a su madre de su casa. Así es que llamó a la policía, que apareció dos horas después, y en el operativo detuvieron tanto a la vendedora como a Natalia. Primero liberaron a la vendedora. Después a Natalia.

María Molina estaba junto a Milagro Sala en el momento en que realizó el llamado a la jefa de la Comisaría 56 de Alto Comedero. Y este viernes María se sentó frente al Tribunal y contó aquella conversación. Dijo que efectivamente Milagro estaba enojada porque el policía le exigía, para retirar las prendas, que presentaran las facturas y tickets de compra. “Milagro se enojó y le dijo que se podía quedar con la ropa y las bombachas para su mujer y para todos, y cortó”, contó María.

La única querellante en la causa es la comisaria Ángela Silvina Cabrero, la jefa de la Seccional 56. Cuando presentó la denuncia, lo hizo patrocinada por los abogados Gastón Morales y Luciano Rivas, que eran socios en un estudio jurídico.

Gastón es hijo de Gerardo, el gobernador; Luciano Rivas es actualmente el segundo en el Ministerio de Gobierno y Justicia. En febrero de 2016, ya asumido el gobierno, ambos abogados dejaron la representación de la comisaria Cabrero y en su lugar fue designado Eduardo Vergara, quien había sido el abogado de Gerardo Morales en la causa de los “huevazos”, en la que Sala recibió una condena de tres años de prisión en suspenso por un escrache contra el entonces senador nacional.

En la primera audiencia de este juicio, la defensa de Milagro Sala le preguntó a la comisaria cómo conoció a Gastón Morales, y ella respondió: “Estaba buscando un abogado y me lo presentaron”.

Según denunció la mujer, la dirigente social la llamó a su celular aquel día para amenazar al personal policial de la seccional por haber mantenido detenida a Natalia, quien había sido la víctima del robo de las prendas, mientras la persona que había sido encontrada con esa ropa había sido liberada inmediatamente.

“Cuando ponga una bomba y vuele todo, me van a conocer”, dice la comisaria que le dijo Milagro Sala. La defensa de Milagro le preguntó si había tomado alguna medida ante la supuesta amenaza, y respondió que al día siguiente fue a trabajar como siempre.

El inicio de la primera audiencia se demoró porque apenas entró a la sala, Milagro quiso renunciar a la defensa porque, aseguró, “este juicio va directo a una condena”. Así que le pidió al tribunal: “Ahórrense las molestias, ahorrénselas a todos, y dicten nomás una condena. Porque esto es una farsa”.

Pero nada de eso pasó. Los abogados pidieron un cuarto intermedio y al rato volvieron todos a la sala para iniciar la audiencia con normalidad.

Aunque “normalidad” no sea quizás la palabra más adecuada.

“Apenas volvimos a la sala, pudimos darnos cuenta de que Milagro tenía razón”, relató Paula Álvarez Carreras. “Este Tribunal está dispuesto a violar la ley para condenar a Milagro Sala”, sumó Gómez Alcorta.

Se referían a la intención de la fiscalía de incorporar una prueba de manera ilegal, según lo que manda el Código de Procedimientos. Resulta que una mujer de apellido Clemente, que tiene problemas de salud y dificultades para hablar, derivados de un ACV que sufrió hace 14 años, le dijo al tribunal que no recuerda haber declarado, que tiene un problema de memoria. Entonces la fiscalía pidió citar a los policías que en su momento le tomaron declaración a Clemente.

El tribunal había dispuesto que el juicio se realizara en dos audiencias: jueves 30 y viernes 1°. Pero el trámite se demoró y al final de la segunda anunció que se pasaba a un cuarto intermedio hasta el jueves 7, cuando se escucharán los alegatos y la sentencia.

Para entonces, la defensa de Milagro pidió que se autorice a la prensa registrar y difundir en vivo no solo la lectura de la sentencia sino también las palabras de los abogados de ambas partes y la fiscalía, porque en estas dos audiencias los medios solo pudieron grabar el audio o la imagen en los momentos previos y posteriores. “Para nosotros es importantísimo -dijo Gómez Alcorta -. Exigimos, queremos y solicitamos un juicio a puertas abiertas, no a puertas cerradas. El que quiera tener un juicio a puertas cerradas hay algo que no quiere mostrar”.

Fue precisamente en los momentos previos al inicio de cada una de las dos audiencias cuando Milagro Sala se dio el gusto de expresarse. El jueves lo dijo clarito: “Hoy vengo a una sentencia, directamente”.

Rechazó la reforma previsional y laboral; repudió la represión al pueblo mapuche, y les habló a los periodistas: “Tengan independencia, no se dejen llevar por Gerardo Morales, que no toda la vida va a estar gobernando. Peleen por sus derechos. Tengan dignidad. Estamos viviendo en democracia, no se olviden. No entiendo por qué ustedes se dejan apretar tanto por Gerardo Morales”.

“¿Quieren que hablemos de las causas? Yo quiero hablar de todas las causas pero con todos los periodistas enfrente. Hablemos de los funcionarios de Gerardo Morales, por qué no están presos”, continuó. Y mencionó a varios ministros, además del intendente de San Salvador de Jujuy, Raúl “Chuli” Jorge.

Después habló de la denuncia que la puso en este juicio: “Yo nunca amenacé a nadie con unas supuestas bombas, como dicen. Ese no es mi léxico. Todos saben que putear, puteo. Todos saben que cuando me tuve que agarrar a piñas, me agarré a piñas. Pero todos saben que nunca he amenazado con una supuesta bomba, como dicen. Eso es mentira”.

Tras mencionar a los abogados Morales y Rivas, lanzó “¡Qué me vienen a decir que la justicia de Jujuy tiene independencia!”, y en ese momento entraron los jueces que integran el tribunal y ordenaron que se apagaran los grabadores.

En la segunda audiencia volvió a hablar de los funcionarios: “Ahí no se investiga nada. Investigan solo a la negra Milagro, a la india, a la coya, pero a ellos no los investigan”. Y cuando los jueces entraron y le dijeron que se callara, ella respondió: “Disculpe, disculpe, como estábamos hablando y todavía no habíamos comenzado, yo seguí. Doctor, es la única oportunidad que tengo de hablar porque tengo prohibido hablar con la prensa”.

“Este juicio es una farsa y una vergüenza para el Poder Judicial de Jujuy”, definió la abogada Gómez Alcorta al final de la segunda audiencia. Y agregó: “Nosotros ya sabemos que Milagro está condenada”. Un periodista le preguntó si, en caso de que Milagro tuviera una sentencia favorable, seguiría sosteniendo lo mismo. La respuesta fue categórica: “Nosotros sabemos que la condena no va a ser favorable. Es una certeza”.

“Ustedes saben”

Hace dos semanas, Milagro Sala hizo pública una carta dirigida a jueces y fiscales de Jujuy. “Hoy quiero escribir lo que todos ustedes ya saben, pero necesito decirlo”.

Y continúa:

“Ustedes saben que soy una perseguida política. Aunque ustedes digan públicamente lo contrario, saben que soy una perseguida política.

Ustedes saben que mi detención y mi prisión posterior fue decidida por el gobernador Gerardo Morales.

Ustedes saben que las causas judiciales contra mí fueron armadas en la gobernación. Saben, además, que ustedes obedecieron y fueron, y son, instrumentos de esa persecución política.

Ustedes saben que el juez Pullen Llermanos le propuso varias veces a detenidos canjearles la libertad por una declaración contra mi persona. Ustedes lo saben, y saben que Pullen Llermanos, en eso cumple. Al que declara contra Milagro Sala le da la libertad y el sobreseimiento, al que no acepta le espera la prisión indefinida.

Ustedes saben que cada paso judicial que se da en las causas que me armaron es consultado y decidido en la gobernación.

Ustedes, jueces y fiscales, son los que consultan y obedecen, dejando de lado los principios básicos del derecho que estudiaron en la universidad y que juraron defender.

Ustedes saben que la persecución no es solo contra mi persona, sino contra mi familia y contra los compañeros y compañeras de la Tupac que no han traicionado a la verdad ni a sus convicciones.

Ustedes saben que la persecución es también contra mis abogados, a los que han sancionado varias veces.

Ustedes no solo buscan nuestra prisión por muchos años, buscan destruirnos como personas y buscan desterrar toda obra social y popular que hizo la Tupac Amaru.

Ustedes saben, y yo también, que seré condenada, porque esa es la decisión de Morales y ustedes la obedecen.

Sepan también que la historia no se detiene y que algún día deberán responder con todas las garantías legales como corresponde por estas persecuciones.

Sepan, además, que las diferencias políticas no se resuelven con la prisión de los opositores. Quienes así lo hacen terminan siendo mercenarios del poder político autoritario.

Con las convicciones intactas.

Milagro Sala. Presa Política”