Los trabajadores de la agencia oficial no se rinden. Siguen ocupando las dos sedes mientras pelean por la reincorporación. Editores y escritores les hicieron saber que no están solos.
Más de dos mil personas se acercaron ayer a las puertas del edificio de la Agencia Nacional de Noticias Télam, ubicado en Avenida Belgrano 347, para participar de una feria literaria, una suelta de libros y una asamblea abierta que reflejaron la situación actual del conjunto de trabajadores que permanecen cuidando las instalaciones hace 26 días, luego del brutal recorte del 40 por ciento de la planta que dejó a 357 periodistas y administrativos en la calle.
El Librazo, como se llamó a esta experiencia colectiva integrada por diversos trabajadores y trabajadoras de la cultura, empezó a gestarse unas semanas atrás cuando un grupo de escritores, editores, periodistas y figuras del campo literario se reunieron en la Mutual Sentimiento para pensar la gravedad de los despidos y su resonancia en la cultura: precarización laboral, censura, vaciamiento, persecución ideológica y silenciamiento.
Promovido por Juan Mattio, Pedro Perucca, Diego Ardiles, Débora Mundani, Julián López y Selva Almada, entre muchos otros autores, el colectivo comenzó a pensar ideas para visibilizar el peligroso estado actual de la cultura en una sociedad violentada por medidas de ajuste, represión y concentración mediática, y logró rápidamente elaborar un documento con más de 400 firmas, que incluye a Horacio González, María Moreno, Martín Kohan, Mariana Enríquez, Guillermo Saccomanno, Gabriela Cabezón Cámara y Jorge Consiglio.
El documento fue leído por Julián López en la planta baja de la agencia ante trabajadores de Télam, del Inti, del Hospital Posadas, de la Red de Mujeres de Moreno, de los Jóvenes Científicos Precarizados, entre muchos otros actores sociales golpeados por las medidas del gobierno nacional, y dio comienzo a una asamblea abierta donde participaron Ezequiel Adamovsky, Raúl Cerdeiras, Bruno Napoli, y Gabriel D´iorio, entre otros intelectuales.
Afuera, frente a Télam, en el Pasaje 5 de julio, se desarrolló una feria de editoriales independientes, organizada por Leandro Selén, que incluyó la participación de diversos sellos como Eloísa Cartonera, Milena Caserola, Alto Pogo, Malisia, 27 pulqui, Tinta Limón, Club Hem, entre muchos otros. En medio de la feria se realizó una suelta de libros donados por grandes y medianas editoriales, así como por particulares que acercaron ejemplares para solidarizarse con los 357 trabajadores injustamente despedidos el pasado 26 de junio.
Los trabajadores y trabajadoras de la agencia -los que fueron despedidos y los que recibieron un mail de bienvenida a la Nueva Agencia Télam-, se encuentran organizados en defensa de su espacio laboral y a la espera de alguna señal de diálogo por parte de las autoridades y el directorio, que no volvieron a aparecer por la redacción desde antes del conflicto. Los ¨profesionales¨ que vinieron a modernizar la agencia son quienes la vaciaron.
Estamos ante un contexto de ajuste programado: los despidos en Télam son el primer recorte en la administración pública luego del acuerdo firmado por el gobierno con el Fondo Monetario Internacional, y de concentración planeada: el vaciamiento se produce luego de la fusión entre Telecom y Cablevisión. En este clima de fragilidad democrática, donde cada día se callan voces disidentes, la respuesta sigue siendo agruparse como fuerza colectiva y no permitir que una élite desesperada por mantenerse en el poder dinamite el tejido social.