Los despidos en Educación cerraron el año y abrieron paso a un conflicto que amenaza con calentar más el verano en el comienzo de un 2017 que asoma tan complejo como 2016.
Somos trabajadores, dejen pasar!”, gritó repetidas veces Rodrigo Recalde, el titular de la comisión interna de ATE en el Ministerio de Educación cuando un grupo de policías le negó el paso al Palacio Pizzurno en la mañana del lunes. Con la imagen de policías armados rodeando la cartera educativa se inició el primer día hábil del año, prometiendo prolongar un conflicto que arrancó en los últimos días de diciembre.
El ministerio que conduce Esteban Bullrich cesanteó a unos 3 mil trabajadores: 350 contratados de distintas modalidades y 2600 tutores virtuales del programa Mi Escuela. Eso puso en movilización a los empleados, en defensa de los puestos de trabajo. En la última semana del año se ocupó una dependencia del ministerio en la avenida Santa Fe 1548, que se levantó el viernes 30 de diciembre, a la espera de una negociación que aun no se dio. Marcos Domínguez, de la Junta Interna de ATE en el ministerio, contó a Socompa que “no registramos antecedentes de algo como lo que pasó, con el ministerio rodeado de policías y agrediendo a un líder sindical”. A Recalde lo tiraron al piso y lo golpearon. Los médicos de la guardia del ministerio lo atendieron y los abogados de ATE se reunieron para evaluar qué medidas tomar.
La idea de Recalde era hacer una asamblea en el Palacio Pizzurno, para evaluar los pasos a seguir tras la ocupación del edificio de la avenida Santa Fe. Los incidentes del lunes precipitaron los acontecimientos: al mediodía se decretó un paro de 24 horas y se llamó a un abrazo del ministerio para este martes a las 11.
“Están vaciando los programas de políticas públicas, dejando a 3 mil familias en las calles”, señaló Domínguez. ¿Cuál es el argumento para justificar los despidos? “Ellos dicen que hay excesos en las licencias. Están llevando el derecho laboral a 1940, no existe esa figura. Atacan a los trabajadores señalando como exceso algo que es un derecho”. A lo que se suma el no dejar entrar a los trabajadores a su lugar de trabajo. “Eso fue lo que generó la represión, no dejaron ingresar a los empleados al lugar que les corresponde”.
Los contratados ingresaron al ministerio bajo diferentes modalidades: planta transitoria, planta permanente y convenios con universidades. Domínguez apuntó que “no había contratos vencidos, primero decían que no había despedidos, luego justificaron los despidos, aseguraron que eran menos que los anunciados, hay un discurso falaz en el que se encierran las autoridades”.
Ahora, se viene el abrazo, al que invitan a toda la comunidad, a la espera de una reunión con las autoridades, de la que aun no hay novedades. “Nosotros esperamos una convocatoria para dialogar, queremos que se reincorpore a todos los trabajadores. Sería bueno que Bullrich, que se definió como gerente de recursos humanos, se asuma como ministro”, consideró Domínguez.
¿Cómo seguirá el conflicto después del paro y el abrazo al Palacio Pizzurno? “Veremos qué medidas podemos tomar. Por ahora reaccionamos con un paro, que es lo que puede hacer un sindicato ante algo como esto. Es un tema que debería ser de agenda para la sociedad argentina: están poniendo a los ministerios en las noticias no por políticas de inclusión, sino por despidos”.
Mientras tanto, el ministro Bullrich sigue gozando de sus vacaciones.