En EEUU -más tras la pandemia- millones de trabajadores se niegan a volver a sus tareas de manera presencial. Como otros patrones, Elon Musk, tras comprar Twitter y despedir a cinco mil personas, envió un ultimátum por e-mail exigiendo de sus empleados una cultura de trabajo “extremadamente dura”.  Los especialistas dicen que por falta de personal técnico Twitter podría sufrir “un fallo catastrófico”.

Los empleados de Twitter que se han marchado recientemente de la empresa han admitido a MIT Technology Review estar preocupados porque a la plataforma tan solo le queden algunas semanas de vida. ¿Las razones? Los niveles actuales de su personal, las renuncias masivas de la noche a la mañana y la moral de los pocos empleados que quedan.

Algunas personas dentro de Twitter estimaban que el 75% de los que se quedaron planeaban renunciar después de recibir el correo electrónico de Elon Musk informándoles que “tendrían que ser extremadamente duros” y hacer clic en “Sí” en un formulario de Google para seguir con su empleo, así que resulta probable que la empresa acabe muy escasa de personal clave en los próximos días. El jueves por la noche de la semana pasada, Twitter comunicó a su personal que todas las oficinas estaban cerradas y el acceso suspendido después de que quedase claro que tan solo unos pocos estaban dispuestos a continuar en esas condiciones. En un tuit de esa noche, Musk publicó que “los mejores se quedan, así que no estoy súper preocupado”.

Para aquellos que ya habían escapado antes de esa locura, ya sea a través de los despidos o después de su insubordinación, se trata de un hecho preocupante. “Se ve que a los trabajadores se les puede presionar solo hasta cierto punto antes de que se rebelen. Al final, estas personas tienen otras opciones. Tienen éxito en sus carreras. No quieren pasar por esto”, indica la científica de datos Melissa Ingle que fue despedida por Musk el pasado fin de semana.

A Ingle le preocupa que la protesta a gran escala, desencadenada por el ultimátum “de trabajo duro” de Musk, anticipe el fin de Twitter sin cambios drásticos. “Simplemente ya no hay suficientes expertos técnicos para mantener el sitio funcionando”, asegura e indica que: “Musk tiene miedo de su propia gente. A menos que haya grandes cambios, no veo cómo se mantendrá este mes”.

¿En minutos o semanas?

Ingle no es la única que opina de este modo. Un ex ingeniero de Twitter, que fue despedido por Musk como parte de la ofensiva contra quienes escaparon de los despidos iniciales, pero fueron directos en sus críticas hacia Musk, opina que el final “podría ocurrir en minutos o podría ser en unas semanas”.

“Son los problemas imprevistos los que estropearán las cosas”, afirma el ingeniero, a quien se le concedió el anonimato para poder hablar libremente. “Hay una buena cantidad de resiliencia integrada en la infraestructura, pero los problemas a esta escala nunca son lo que uno podría esperar”, añade.

A este ex empleado no le sorprende que tantos otros hayan dicho basta. “Fue una decisión fácil, dada la forma en la que Musk ha estado tratando a las personas”, considera el ingeniero. Los que se quedan, cree, son probablemente personas que deben permanecer empleados para obtener un visado de inmigración H1-B o por sus seguros privados. Sin embargo, son pocos y aislados entre sí. Solo para garantizar la funcionalidad básica, Ingle cree que “será necesario contratar a muchos más ingenieros”.

MIT Technology Review escribió anteriormente cómo un miembro de Twitter opinaba que los sistemas de la compañía se deteriorarían con el tiempo. La editora de Platformer Zoe Schiffer informó durante la noche del pasado jueves que muchos empleados que mantenían la infraestructura crítica de Twitter también habían renunciado en las últimas 24 horas. El hecho de que las oficinas de Twitter estén cerradas podría significar que sería más difícil para el personal clasificar y solucionar cualquier problema de infraestructura que surja antes de la reapertura de las oficinas prevista para el 21 de noviembre.

Musk no respondió a una solicitud de comentarios. El equipo de comunicación de Twitter se ha reducido de manera significativa tras los últimos despidos.

“Se necesitarán cambios importantes”, destaca Ingle. Ya estamos viendo a Musk retrocediendo en algunas de sus medidas más draconianas. Después de afirmar el 9 de noviembre en un correo electrónico para todo el personal que “el trabajo remoto ya no está permitido, a menos que haya una excepción”, ahora dice que el personal debe tener reuniones en persona con sus compañeros a nivel mensual como mínimo.
“Va a tener que volver a contar con más personas que conozcan este sistema y que puedan acelerar el trabajo de forma rápida. De lo contrario, comenzaremos a ver fallos importantes”, opina Ingle. Eso será un dilema para aquellos que se han ido recientemente, o tienen la intención de irse. Muchos empleados actuales y anteriores de Twitter han admitido a MIT Technology Review que, aunque están profundamente descontentos con la forma en la que se dirige la empresa actualmente, también son conscientes de que Twitter tiene un papel enorme en nuestra sociedad y es un registro histórico vivo de nuestras vidas.

Ese conflicto es algo que Ingle está viendo en sus chats grupales con sus compañeros que, actualmente, permanecen en la empresa. “La gente simplemente intenta agarrarse a un hilo. Existe una sensación de lealtad, pero la moral ya era más baja de lo que yo jamás había visto en mi carrera. La gente no siente respeto. No sienten que se respete su trabajo. Y es difícil mantener a los empleados motivados en ese tipo de ambiente”, asegura.

“Yo soy optimista”, subraya Ingle quien cree que “existe la posibilidad de que Musk dé la vuelta a la situación, pero es muy escasa”. Sin embargo, incluso con ese atisbo de esperanza, Ingle y su colega ingeniero anónimo no confían en que la plataforma dure mucho más tiempo desprovisto de tanto personal. “Todas las señales apuntan a un fallo catastrófico del sistema. Y será muy pronto”, afirma.

FUENTE: www.technologyreview.es / Traducción de por Ana Milutinovic.