En una época, los sobres de azúcar venían con frases al estilo “al amigo no lo busques perfecto, búscalo amigo”. Hoy, son unos cilindros flacos sin espacio para decirte nada.
Habían puesto unas servilletas de papel que decían Sos lo que desayunás. “Soy un capuchino con un alfajorcito de maicena”, pensé. En la vidriera del café, un calco ordenaba: Llegó el momento de ser feliz. Pero demasiado temprano; dejé la felicidad para otro rato y salí a caminar.
A media cuadra me encontré con un local de esos donde te venden cositas para decorar el cuarto. Veladores floreados, colgantes y esas cosas. Muchos cuadritos, y muñecos, y bolsos de Frida Kahlo (alguna vez vamos a hablar de ese tema: en estos días hay más merchandising de Frida que del ratón Mickey). Pero lo que más me llamó la atención fueron unos almohadones estampados con frases “inspiradoras.” Pienso feliz, me siento feliz, vivo feliz decía uno. Otro me sugería Hoy es un buen día para sonreír. Un almohadón que da consejos más que un almohadón es un amigo.
Y había diez más en ese estilo. Lo peor es que esos almohadones sabios nunca saben explicar por qué tenemos que hacerles caso. ¿Tengo que ser feliz cuando a vos se te ocurre? Me imagino que en la parte de atrás de esos almohadones tienen estampado un Porque yo lo digo, la frase preferida de nuestras madres y nuestros jefes. Conmigo eso no funciona. Confieso que tengo un problema: cuando me hablan así yo me enchincho y me bloqueo. Termino haciendo todo lo contrario. Si un almohadón ordena: ¡Se feliz! Sólo tenés que salir a la calle y hacerlo, seguro que ese día salgo y me arruino la vida, a propósito.
Es una cuestión de gustos. A la hora de un consejo, yo preferiría pedírselo a una almohada. Una almohada lisa, sin frases iluminadoras ni nada; son de hablar menos. Son como esos psicólogos que te escuchan pero no te dicen nada, y vos salís del consultorio diciendo “¡qué bien que estuve cuando dije eso!” Seguro que mi almohada también quiere que yo sea feliz. Pero es más comprensiva, menos demandante, y menos manipuladora.