El resultado configura una dura derrota para los candidatos identificados con el gobierno de Sebastián Piñera, que solo llegaron al 21 % de los votos, contra el 33 % de la oposición progresista y el 45 % de los candidatos independientes.

La coalición oficialista Vamos por Chile sufrió ayer una dura derrota en la mega elección del país vecino, inclusive en los comicios de constituyentes en los que obtuvo 21% y quedó lejos de la suma de la oposición de izquierda y centroizquierda de 33% y, más aún, de la gran sorpresa de la jornada, el 45% que consiguieron todos los independientes, con más del 76% de las mesas escrutadas.

Con estos resultados oficiales del Servicio Electoral (Servel), de los 155 convencionales constituyentes, 48 serían independientes, mientras que la oposición lograría 52, el oficialismo 38 y los pueblos originarios se dividen los 17 escaños que estaban reservados para ellos.

Esto representa una dura derrota para los candidatos identificados con el Gobierno de Sebastián Piñera, pero también para todos los partidos políticos ya que los independientes son los grandes ganadores del día.

La oposición, sin embargo, obtiene más de un tercio: 53 constituyentes. Pero estará dividida entre los 27 de la izquierda y los 25 de la centro-izquierda, nucleada en la antigua Concertación.

Estos datos confirman el descontento hacia la clase política que se hizo visible con el estallido social de octubre de 2019, el mismo que forzó al Gobierno de Piñera a llamar al plebiscito del año pasado que permitió iniciar el proceso que finalmente terminará con la redacción de una nueva Constitución que reemplace a la de la dictadura de Augusto Pinochet.

El candidato presidencial del oficialista Renovación Nacional -partido del presidente Sebastián Piñera-, Mario Desbordes, hizo un llamado de atención en una conferencia de prensa por el bajo nivel de participación en las elecciones y reconoció: “No hay dudas de que estamos viviendo una derrota, una derrota que nos debe hacer reflexionar”.

Desde la oposición, Gabriel Boric, del Frente Amplio, afirmó a TVN que “se terminó el sistema binominal (…) estamos muy contentos con la diversidad”.

El candidato de la Democracia Cristiana para gobernador de la Región Metropolitana y vocera de la coalición de centroizquierda, Claudio Orrego, dijo que “la derecha ha sido derrotada y el populismo ha sido derrotado” y afirmó que “no basta con tener buenas ideas, hace falta experiencia y saber cómo hacer buenas políticas”, en lo que pareció un mensaje dirigido a los independientes que entrarán a la Convención Constituyente y serán la primera minoría.

Quien sería su rival en lo que parece que será un balotaje a gobernador en la Región Metropolitana, la candidata de izquierda Karina Oliva, celebró anoche con un pañuelo verde a favor de la legalización del aborto: “Hoy ganó el pueblo”.

El número final de convencionales constituyentes deberá esperar hasta que finalice el conteo en cada uno de los 28 distritos ya que la asignación de los escaños dependerá, no solo de los votos, sino de que se cumpla también con la condición de paridad entre mujeres y hombres exigida.

En Chile se utiliza el sistema D’Hondt para los candidatos a constituyentes, que consiste en un método matemático de carácter proporcional, que busca fortalecer la representatividad en los delegados a escoger.

Aunque los chilenos votaron hoy para elegir también una nueva figura electiva -gobernadores- y autoridades municipales, el comicio que se espera defina el futuro político del país es el de los constituyentes.

Estos tendrán la tarea de redactar una nueva Constitución en un lapso máximo de 12 meses y cada norma debatida deberá contar con una aprobación de los dos tercios.

Si se mantienen estas proporciones, la derecha y la centroderecha no tendrán poder de veto en los artículos que contenga la nueva constitución ya que no llegan a ganar un tercio de los convencionales constituyentes.

La oposición de izquierda y centro-izquierda, en cambio, sí llegarían a conseguir poder de veto, pero no los dos tercios necesarios para imponer sus cambios sin una negociación.

Todo indica, entonces, que los 12 meses de debate de la Convención Constituyentes serán de mucha tensión y negociación, un proceso difícil que, además, deberá ser sometido al final a un llamado “plebiscito de salida”, en el que los chilenos votarán nuevamente si aprueba o rechazan la Carta Magna en las urnas.

De ganar la opción ‘Apruebo’, la nueva Carta Magna será aprobada en el Congreso. Si sucede lo contrario, quedará vigente el texto actual, que data de 1980, escrito durante la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet (1973-1990).

Aunque el escrutinio es aún incipiente en las otras elecciones de gobernadores y autoridades municipales, los pronósticos indican que el oficialismo de Piñera también sufrirá una dura derrota, especialmente en el nuevo mapa compuesto por los gobernadores de todo el país.

La elección estuvo marcada por una participación baja, algo que no se esperaba debido a la importancia del evento electoral.

Esto lo refleja, por ejemplo, el 20,4% que participó el primer día, el sábado.

Esta elección es histórica ya que fueron desdobladas a dos días, con dos objetivos principales, el primero, promover la participación electoral de los ciudadanos, y segundo, evitar las aglomeraciones debido a la pandemia de coronavirus.

Fuente: Télam

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