El hombre de paja de los Estados Unidos en Venezuela, Juan Guaidó, autoproclamado presidente el 23 de enero del año pasado, sufrió un duro revés ayer en la Asamblea Legislativa, que eligió como titular del cuerpo a otro opositor, Luis Parra. Su respuesta fue armar su propia “Asamblea” en la sede del diario El Nacional.

Este domingo 5 de enero, la Asamblea Nacional de Venezuela proclamó como presidente de este ámbito legislativo al diputado opositor Luis Parra. Con esta nominación quedó sin ser reelegido su antecesor en el cargo Juan Guaidó quien además desde el 23 de enero del año pasado, se autoproclamó presidente encargado de la nación bolivariana desconociendo plenamente el mandato de Nicolás Maduro.

A la asamblea realizada para nombrar a Parra no pudieron asistir varios legisladores opositores ya que habían sido desplazados de sus cargos por hechos de corrupción y a su vez tampoco pudo ingresar Guaidó quien fue imposibilitado por las fuerzas de seguridad. Según la oposición se trató de una maniobra del gobierno de Maduro para desplazar a Guaidó realizando una sesión legislativa en la que no alcanzaba según ellos ni siquiera el quórum.

El hasta ayer presidente de la Asamblea junto a la mayoría de los legisladores afines se reunieron en paralelo en la sede del diario El Nacional para proclamarlo a Guaidó nuevamente en su cargo desconociendo las atribuciones de Luis Parra. A su vez todo el coro de naciones alineadas a los EEUU a través del Grupo de Lima salió al unísono a repudiar una vez más a la “Dictadura” de Maduro.

Paradójicamente cuando el 12 de noviembre del año pasado la actual presidenta interina de Bolivia Jeanine Añez se autoproclamó en ese cargo, en una sesión legislativa cargada de irregularidades -en cierta forma similares a lo acontecido en Venezuela- nadie de los corifeos salió a repudiar ese hecho. Ante la renuncia de Evo Morales forzada por las fuerzas armadas y también del vicepresidente Álvaro García Linera la sucesión del cargo le correspondía a Adriana Salvatierra, primera legisladora en la línea sucesoria.

Según denunció en ese momento la misma Salvatierra ella fue detenida en las inmediaciones del Palacio Legislativo no permitiéndose su ingreso al igual que el de la mayoría de los asambleístas del MAS- Ipsp. En una sesión en la que no hubo quórum Añez ubicada dos lugares abajo de Salvatierra en la sucesión, se autoproclamó presidenta interina de Bolivia, desatando una feroz represión y cacería de militantes obligando a que muchos tuvieran que pedir asilo en otras naciones o esconderse. Si se quiere en Venezuela esto no sucede de la misma forma a pesar del rótulo de “Dictadura”.  Es más, hace pocos meses Juan Guaidó quien no tiene permitido salir de su país, fue trasladado por un grupo de paramilitares colombianos hasta el Palacio de Nariño para reunirse con el mandatario colombiano Iván Duque. A través de las redes sociales se filtraron fotos de Guaidó con conocidos paramilitares en las cercanías de la frontera.

La derecha regional con el estilo de la chusma que sale a cazar brujas repite al unísono: “el dictador, el dictador” intentando imponer a la fuerza sus caprichos de clase. No es casual que en nuestro país la oposición haya salido a pedirle al gobierno de Alberto Fernández que se pronuncie al respecto a pesar de que el inefable Miguel Ángel Pichetto le haya pedido al presidente que “No compre conflictos bolivarianos”, en referencia a los acontecimientos en Bolivia. La cancillería argentina a través de su titular Felipe Solá fue bastante prudente al respecto. Pidió diálogo, hizo una crítica al gobierno de Venezuela de no promover conflictos que aíslen aún más a la nación bolivariana pero sin caer en las burdas acusaciones de la derecha continental.

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