Al desastre sanitario, se sumaron las protestas en todo el país por el asesinato de un afroamericano a manos de la policía. Y, mientras tanto, desde el poder se incentiva la violencia racial y se ignora la pandemia. Una experta en temas de segregación analiza las causas y los rumbos posibles de un país en las peores manos.
Donald Trump, enfureció a sus críticos al plantear la posibilidad del uso de armas contra una revuelta en Minneapolis por la muerte de un afroestadounidense detenido por la policía.
“Cuando comienzan los saqueos, comienzan los disparos”, tuiteó Trump en la madrugada de este viernes, en respuesta a las protestas que incluyeron el incendio de una comisaría de policía en Minneapolis. Luego terminaría aconsejando mano dura a los gobernadores Aunque más tarde aseguró que no sabía que la frase provenía de un policía blanco encargado de reprimir las protestas de los afroestadounidenses en su lucha por los derechos civiles en los años 60.
“No sé de dónde salió, pero es muy precisa en el sentido de que cuando hay saqueos hay gente a la que le disparan y muere”, afirmó horas más tarde.
En su tuit, que fue ocultado por Twitter por “glorificar la violencia”, también llamó “delincuentes” a los manifestantes. Las protestas se desataron tras la muerte de George Floyd, un afroestadounidense que murió en Minneapolis cuando estaba siendo arrestado por la policía, y se extendieron a otras ciudades de EE.UU.
El ex policía que aparece en un video colocando su rodilla sobre el cuello de Floyd para inmovilizarlo en el piso fue detenido y acusado de homicidio este viernes.
El precandidato presidencial demócrata, Joe Biden, sostuvo que Trump estaba “llamando a la violencia contra ciudadanos estadounidenses durante un momento de dolor”.
Pero, ¿qué buscó el presidente con esa advertencia?
Jennifer Hochschild, profesora de gobierno y de estudios afroestradounidenses en la Universidad de Harvard, cree que Trump “está haciendo todo lo posible para empeorar las cosas”.
“Aprovechará todas las ventajas que pueda de estos disturbios, de los saqueos y cualquier violencia que siga ocurriendo”, dice Hochschild, expresidenta de la Asociación Americana de Ciencia Política, en una entrevista con BBC Mundo.
Lo que sigue es una síntesis del diálogo telefónico con esta experta, cuyo último libro se titula ¿Importan los hechos? Información y desinformación en la política estadounidense:
-¿Cómo observa lo que sucedió en Minneapolis en los últimos días?
-En primer lugar, el factor desencadenante es simplemente una tragedia intolerable. Por lo que veo en el breve video, que es todo lo que sé, no puedo entender ninguna justificación para que el oficial de policía se comporte como lo hizo. La gente le rogaba que se levantara, el sospechoso no se movía, (el arresto) fue por un billete falso de 20 dólares… Había otros tres policías parados allí sin hacer absolutamente nada. Entonces, el factor desencadenante me parece claro e indignante. No me sorprende que la gente esté furiosa, que hayan surgido protestas en todo el país. La escalada de violencia creo que es muy mala, no debería suceder. Espero que se detenga. Tampoco creo que sea terriblemente sorprendente, en parte porque ha habido una acumulación de furia en torno al trato policial hacia los afroestadounidenses. En los últimos años no hubo necesariamente un número creciente de casos. Pero sí una mayor visibilidad en varios sentidos de lo que al menos parece ser un tratamiento policial indignante e inaceptable de los afroestadounidenses. En algún momento era probable que explotase.
El otro contexto es la crisis covid-19 que, en EE.UU., como en otros países, golpeó desproporcionadamente a comunidades relativamente pobres, densamente pobladas y minoritarias dentro de las ciudades. Entonces tienes una población enojada, asustada, afligida, que se siente un poco desesperada, que se siente abandonada por las autoridades. Muchas personas perdieron sus trabajos o perdieron familiares. Y luego está este comportamiento policial…Históricamente nada está destinado a suceder. Pero en cierto sentido no es para nada sorprendente.
-¿Usted encuentra una conexión entre lo que ocurrió en Minneapolis y el hecho de que la pandemia haya afectado de forma desproporcionada a los afroestadounidenses?
No he visto evidencia alguna, ni he escuchado a otras personas hacer esa conexión. En cierto sentido, es una inferencia de mi parte sobre el momento. Pero tiene sentido para mí. Sabemos que la población afroestadounidense y muchas otras personas están muy angustiadas por lo que sucedió con la pandemia. Y esto es algo más más encima de eso. Me parece una explicación para la explosión en torno a este caso, en lugar de varios casos anteriores que fueron igual de indignantes. Es por eso que estoy haciendo la conexión. No es que crea que haya gente que piense concretamente, “oh Dios mío, nos estamos muriendo de covid y la policía nos está matando”. Pero es el contexto…
-Antes de estas recientes protestas, algunos se preguntaban qué había sucedido con el movimiento Black Lives Matter, si había perdido intensidad durante la presidencia de Trump. ¿Se revitalizará ahora después de la muerte de George Floyd, el asesinato de un corredor negro en Georgia por hombres blancos en febrero o el tiroteo fatal de una trabajadora de salud negra por agentes de policía en Louisville en marzo?
-La renovación de Black Lives Matter como movimiento político es lo mejor que podría suceder. En cierta manera es un movimiento radical. Pero es un esfuerzo por hacer algo, crear movilización política, cambios políticos, generar una redistribución de recursos y poder. No estoy segura de concordar con todos sus argumentos, pero lo que me preocupa es el tipo de furia o desesperación nihilista, desorganizada, sin dirección. Entonces, ver la revitalización de Black Lives Matter u otros tipos de movimientos políticos sería lo más positivo que pueda salir de este desastre.No tengo una predicción sobre si eso va a ocurrir.
–En medio de la crisis en Minneapolis, el presidente Trump advirtió a través de Twitter que “cuando comienzan los saqueos, comienzan los disparos”. ¿Cuál fue su reacción?
-Cada vez que dice algo me quedo estupefacta. Ese es un comentario que se hizo a fines de la década de 1960, durante una era de disturbios mucho más grandes, más violentos en ciudades estadounidenses. Y tal vez estamos comenzando una nueva versión de los disturbios de 1968, pero aún no hemos llegado a eso. O él lo sabe y está tratando deliberadamente de recrear el nivel de hostilidad racial increíble de 1966, 1967, 1968, o simplemente es irresponsable. Escribí un comentario en el sentido de que está apelando al segmento de la población estadounidense que son básicamente matones racistas, que es parte de su base electoral. También creo, para darle todo el crédito que puedo, que hay un sector de la población estadounidense que teme profundamente a los jóvenes negros enojados que como mínimo protestan y, como máximo, se sublevan. Por lo tanto, hay un tipo genuino de ansiedad por ley y orden en la población estadounidense, en su mayoría blanca, de mediana edad, no urbana. Y eso también es una parte de la base electoral de Trump. Aparte de eso, creo que está haciendo todo lo posible para empeorar las cosas.
-¿Usted cree que Trump está tratando de empeorar las cosas con un propósito electoral?
-Sí. Bueno, no se cuán intencional, racional e instrumental es el presidente Trump. Si es intencional, racional e instrumental, entonces esto es para un propósito electoral. Una parte de él claramente está jugando a su base electoral. Tiene alrededor del 30% al 40% de la población que parece dispuesta a seguirlo a cualquier parte. Algunos de ellos probablemente odian esa forma de hablar suya y lo apoyan por razones económicas, políticas, de aborto o lo que sea. Pero a algunos les encanta esa forma de hablar. Y él tiene que aferrarse a ese 40% si quiere tener alguna esperanza de reelección. También creo que hay un elemento de él que simplemente no puede evitarlo: tiene que empeorar las cosas.
-Y supongo que hay una tercera posibilidad: que lo que hace, al menos en las últimas elecciones, es electoralmente efectivo.
-No sé cómo responder esta pregunta. Creo que es en parte una estrategia electoral. Pero no estoy segura de que sea sólo eso.
-¿No pueden los partidarios de Trump interpretar que el presidente sólo estaba defendiendo el estado de derecho, ya que el saqueo es un delito?
-Sí, es posible. Como dije, hay un segmento de la población que tiene miedo, que quiere el reino de la ley, para el cual ver gente incendiando departamentos de policía es realmente aterrador y moralmente incorrecto. Pero el lenguaje de los “delincuentes” y de “saqueos y disparos” no es para mí lo que indica preocupación por la ley y el orden, o por la seguridad pública. Es un lenguaje deliberadamente provocativo y ofensivo. Si miras al gobernador, al alcalde o a los miembros del Congreso, están apelando a la ley y al orden, diciendo “por favor no a la violencia, por favor no a los saqueos, esto no ayuda, entendemos cuán furioso estás y vamos a tratar de arreglar las cosas”. Ese es el lenguaje de la ley y el orden, no el otro.
-El año pasado, usted advirtió que con las elecciones de 2020 acercándose, “Trump puede duplicar el lenguaje divisivo racial”. Entonces, ¿espera más tensiones raciales en EE.UU. en los próximos meses?
-Sí, va a empeorar, no hay duda. Él está haciendo todo lo que puede en materia de inmigración. Ya no hay muchos inmigrantes para expulsar, no hay más refugiados, ya ha puesto a los niños en jaulas. Ya no tiene acceso a la ansiedad por demasiados inmigrantes como lo hizo en 2016, porque prácticamente ha cortado la inmigración. Y así, en cierto sentido, suponiendo de nuevo que hay cierta racionalidad aquí, de la que no estoy 100% segura, la alternativa es recurrir a la raza. El lenguaje racial ha sido bastante alto y creo que va a empeorar mucho. Creo que aprovechará todas las ventajas que pueda de estos disturbios, de los saqueos y cualquier violencia que siga ocurriendo. Creo que habrá una reacción negativa blanca. Y él va a alentar eso. No veo ningún freno, no veo qué lo llevará a detenerse. Entonces creo que es muy aterrador. No quiero ser apocalíptica. No creo que EE.UU. vaya a entrar en una guerra racial dentro de seis meses. Creo que hay suficientes personas que tienen un sentido político de la responsabilidad y no estamos tan al nivel de la violencia racial. Pero no creo que el presidente vaya a hacer nada para inhibir lo que sea que haya ahí afuera.
Fuente BBC Mundo