Cada tanto, los Estados Unidos son escenario de tiroteos en los cuales mueren niños y adolescentes. Sin embargo, y no solo a nivel del gobierno, hay gente que defiende que cada uno use sus armas como mejor le parezca. Y ni siquiera se preocupan por justificarlo, mientras caen vidas a su alrededor.
Comenzamos nuestra cena familiar con la misma pregunta. Pero sabía que anoche era un error repetirla: “¿Cómo estuvo tu día hoy?” Y mi esposo, el maestro, mis dos hijos de secundaria, todos respondieron de inmediato: “Al menos no me dispararon”.
Sí, Parkland sucedió ayer, pero los detalles apenas importan. Este año, se encontraron armas más de una vez en la escuela secundaria de mi esposo y en la escuela secundaria de mis hijas; creo que es algo que ocurre en todas las escuelas. Este es el mundo en el que vivimos hoy. No nos preocupamos si, nos preocupamos por cuándo. Pensamos cómo sobreviviremos a la llamada. Y sabemos en lo más profundo de nuestros corazones: “No sobrevivimos a la llamada”. Las personas que han perdido un hijo te dirán: no hay pan como este; la vida nunca vuelve a ser la misma, el sol nunca brillará igual, nunca más experimentarás una felicidad verdadera e inalterada, nunca verás las cosas de la misma manera. Todo te lo recordará y te hablará de lo que podría haber sido. Eres un caparazón hueco, caminando, esperando que llegue tu propia muerte.
¿Y qué tipo de daño psíquico se está haciendo a los millones de nosotros que estamos en los márgenes? ¿Por qué debería ser el pensamiento predominante de mis hijos en un día normal en Estados Unidos: “Al menos no me dispararon”? ¿Cómo reconciliamos esa sensación de no saber si sobreviremos un día con enamorarnos por primera vez, elegir el vestido de graduación, preguntarnos si conseguiremos una buena escuela? Mientras disfruto de la relación con mis hijas, sobrevuela esa idea. Hay una parte de mi sistema nervioso que no descansa hasta que entran por la puerta. Y para que conste, no soy una persona nerviosa. Probablemente no ayuda que mi sobrina estuviera en Virginia Tech en un tiroteo varios muertos atrás.
Existe una tendencia de larga data entre los conservadores -republicanos, evangélicos, defensores de las armas de fuego- en definir de manera negativa y demagógica a sus oponentes. Para intimidar, temer, menospreciar y desviar, en lugar de participar en un debate razonable. Frecuentemente, cuando escribo se me califica o se me denigra como una versión de un corazón sangrante liberal, (para que quede claro, ni siquiera estoy en contra de que alguien posea un arma). Entiendo que estás sufriendo, es lo que a menudo me dicen. Como si estuviera demasiado angustiada para pensar lógicamente; como si mi corazón estuviera dominando mi mente; como si fuera una mujer débil (porque, sí, las mujeres son claramente inferiores para estas personas, incluso sus propias mujeres).
A esta gente, les digo: ¡Váyanse a la mierda! Estar consternado por el asesinato de niños no me hace menos capaz de entender las estadísticas. No hace falta un cirujano cerebral para entender que con más de 1800 muertes por disparos de armas de fuego en los Estados Unidos al año (comparado con Japón, donde3 hubo seis muertes por armas de fuego el último año), el control de armas habría salvado muchas vidas. Que los 30 tiroteos en masa hasta el momento -sólo un día y medio de diferencia, en promedio- sin duda hubieran sido menos severos si no hubiéramos sido tan permisivos con las pistolas semiautomáticas. Que con más de 400 niños heridos o muertos hasta la fecha, le estamos fallando miserablemente a nuestra juventud. Y sí, muchos más niños han recibido disparos desde Parkland ayer, pero no tendremos noticias de ellos porque esos crímenes no fueron lo suficientemente atroces pues no fueron resultado de una matanza masiva.
A qué personas, que dicen que están “orando”, que parlotean acerca de “fondos para enfermedades mentales”, que destacan los crímenes de negros contra negros, les digo: “Váyanse a la mierda”. Los enfermos mentales no son estadísticamente más propensos que los demás a matar, y de todos modos ustedes no juntan dinero para el tratamiento de enfermos mentales. Además, estos tiroteos en masa son perpetrados con frecuencia por hombres blancos jóvenes, inhabilitados, a la Dylann. Timothy McVeigh. Adam Lanza. Devin Kelly. James Holmes. ¿Necesito continuar? Ellos son ustedes ¿Y en cuanto a tus oraciones? Verbosidad vacía si no estás dispuesto a cambiar nada. El único Dios al que estás rezando es al NRA y sus arcas sin fin (más de 200 millones de dólares en los últimos 20 años, de acuerdo con Politifact).
Tus oraciones no están salvando a estos niños. Tu dios les dio a los humanos la capacidad de razonar, ¿por qué no usas eso? ¿Dónde están tus contra argumentos? ¿Por qué no puedes responder inteligentemente a las discusiones sobre el control de armas? Vivo en el sur, tengo amigos que poseen armas de fuego, por lo que el tema aparece con frecuencia. Pero cuando le pregunto a muchos propietarios de armas me preguntan “¿Por qué necesitas tener un AR-15 o AK-47?” O “¿Por qué ni siquiera hablas sobre el control de armas cuando los niños se están muriendo?” O “¿Qué está mal en entrenar a la gente que registra armas?” “Generalmente recibo respuestas como esta que obtuve esta mañana:” Claro que es horrible, pero también lo es el aborto; también lo son los abusadores de niños. “¿Eh? Esto es una manera de evitar el tema, como lo es hablar de enfermedad mental. Hablar de musulmanes es una desviación. Hablar de la Segunda Enmienda es una desviación.
No hay una razón válida para evitar todas las formas de control de armas. Para estas personas, que dicen que es algo malo: Que se vayan a la mierda. ¿Cuándo se preocuparon por nuestros prójimos? ¿Cuándo los evangélicos, los llamados cristianos, decidieron que los diez mandamientos eran meras pautas? ¿Cuándo decidimos que nuestros juguetes eran más importantes que nuestros niños? ¡Me enorgullece ser una liberal de corazón sangrante, si eso significa que las vidas de las personas me importan! Si estás herido en una banquina, te ayudaría porque eso es lo que me enseñaron a hacer, como estadounidense, como ser humano y como criatura de dios. Comparemos esto con lo que me respondió una mujer a mi comentario sobre las armas, “Vete a dispararte a ti mismo”, y luego, “una bala se ocupará de todos tus argumentos” ¿Y si ella pusiera toda su energía en salvar a los niños, dónde estaríamos ahora?
Aquí hay un ejercicio. Toma tus pistolas amadas y ponlas sobre la mesa. Probablemente ni siquiera le pongas el seguro, ya que no crees en ningún control. Llama a tus hijos a la sala, diablos, sin duda también son anti-armas. Y luego explícales que sus vidas importan menos que su derecho a tener esas armas. Que protegerás tus armas mucho más orgullosamente de lo que los protegerás a ellos. Que hiciste tu elección, y los niños perdieron. Y dales una o cinco a cada uno para que puedan protegerse. Porque ahí es donde estamos.