El periodista, militante y diputado provincial santafesino Carlos del Frade dice que la solución de la tragedia narco en Rosario atraviesa la política, la economía y el lavado de dinero. Además del problema de corrupción estructural, recuerda que la intervención militar en Colombia, México y Brasil terminó en genocidios.

Agustín Mina y Martín Massad. Agencia Paco Urondo.

A partir del tiroteo al supermercado Único en Rosario, se comenzó a hablar de algo que pasa hace mucho con el narcotráfico y la inseguridad en la ciudad. ¿Cómo ves esta situación vos?

-Estamos hablando de dos de los principales negocios del capitalismo: narcotráfico y armas. Ninguno es un problema militar sino económico, es un negocio, y para cortar el negocio hay que cortar la circulación del dinero. Contra esta situación, no hay patrulleros ni drones, hay que cortar el lavado de dinero y eso es una decisión política que deben tomar los distintos gobiernos tanto municipales, provinciales como nacionales. Es muy difícil hacerlo, porque ese dinero se lava en los bancos oficiales de la Argentina. Después ese dinero va a empresas que cotizan en los grandes partidos políticos que manejan al país desde hace tanto tiempo.

Por otro lado, la dimensión del problema en Rosario es que hay grupos, bandas narco-policiales que han tomado algunos barrios en determinados momentos del día generando zonas liberadas que terminan con la muerte de muchas chicas y chicos de esos lugares. La recuperación de esos barrios no debe hacerla ninguna institución militar sino la política. De otra manera, estamos yendo hacia la receta que imponen los Estados Unidos que expresan la “Doctrina de Seguridad Continental” donde se hablaba de la figura del narco-terrorista. Cabe destacar que, bajo esa excusa, se impuso al ejército en México produciendo 300 mil víctimas y, cada vez, más narcotráfico, en Colombia 800 mil víctimas, en Brasil 40 mil víctimas, es decir, genocidio y más narcotráfico. Por lo tanto, creo que es necesaria una salida política, eliminar la corrupción de las fuerzas de seguridad –tanto en la calle como en el sistema penitenciario– e incluso hacer algo distinto, si hay un comisario corrupto no suplantarlo por otro comisario, sino por personal civil que tenga que ver con la ciudad de Rosario.

-¿Qué rol juega la justicia en todo esto?

-En estos últimos años, la justicia federal fue cómplice, por lo que no se puede contar con ellos para resolver estos problemas. Esto trae aparejada una gran dificultad porque estos delitos de los que estamos hablando son delitos federales. Pero, por otro lado, la justicia provincial ha hecho cosas muy interesantes, pusieron presos, por primera vez, a la banda de “Los monos” y al líder narco Esteban Lindor Alvarado. Eso fue muy importante, así que, indispensablemente, cualquier mejora en la justicia federal va a ayudar, pero no va a resolver el problema porque durante muchos años fue cómplice. Lo que sí tiene que hacer el Gobierno Nacional es cuidar los puertos privados porque entra y sale cualquier cosa por ahí y resolver el problema de las armas. En Rosario es más fácil encontrar armas que trabajo estable. Resolver esa situación, es responsabilidad del Gobierno Nacional.

-¿Qué opinas de los dichos del Ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, que sostuvo que “los narcos ganaron” en Rosario?

-Tengo un gran respeto por Aníbal Fernández y sus dichos me llamaron muchísimo la atención y me dieron mucha bronca. La verdad es que es para rechazarlos y decirle que, si ganaron los narcos, ándate, porque sos Ministro de Seguridad y estás admitiendo un fracaso enorme, pero como creo en la inteligencia de Aníbal, estoy convencido de algo peor. Creo que está abonando el territorio para hacer desembarcar la idea yankee de poner al ejército. Eso es abominable y me da bronca que se piense así. Si es eso, me preocupa mucho más. Yo sé que Aníbal es un tipo muy inteligente y lo que dijo es muy doloroso porque no es verdad. Todos los días la gente en Rosario sale a trabajar, a pesar de que tenga miedo o angustia, las persianas de los comercios se abren porque la cultura obrera y la memoria trabajadora hace que la gente siga yendo para adelante en la ciudad. Por eso, vamos a terminar ganando porque, entre otras cosas, no hay carteles sino bandas narco-policiales barriales, si se eliminan los nichos de corrupción de la Policía, vamos a tener una ciudad más tranquila.

-En la misma sintonía que Aníbal Fernández, el Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, sostuvo que se podría aplicar el modelo que Bukele está implementando en El Salvador para resolver el problema de inseguridad que está viviendo Rosario ¿cuál es tu opinión al respecto?

-Es una barbaridad. Si ellos se definen por el nazismo que sean nazis, yo no quiero eso. Hay que salir al cruce de estas cuestiones demagógicas. Recordemos que El Salvador es un país arrasado y saqueado hace décadas, donde la solución de matar gente siempre es la primera para concentrar las riquezas en pocas manos y vendan los recursos naturales a precios internacionales. Este es el problema histórico de El Salvador. Nuestro país aún tiene una cuota de resistencia enorme para defender lo propio y sus riquezas. Si Berni dice eso, allá él, es un problema de su concepción política.

-En estos días, el Gobierno Nacional resolvió enviar cámaras de reconocimiento facial y otras tecnologías con el objetivo de combatir el narcotráfico ¿crees que esto puede solucionar el problema?

-Estas cuestiones tecnológicas le resuelven un problema a las empresas que le venden esta tecnología al Estado. Algo pueden llegar a ayudar, pero, insisto, la recuperación de los barrios pasa por la política. No discuto que esta tecnología pueda ayudar a identificar quién anda por la calle, pero la recuperación profunda de los barrios se da por la política para que haya democracia.

Las bandas narco-policiales que imponen relaciones económicas, laborales y culturales, a partir de fiestas que hacen para captar pibes, ese es el problema. Hay que terminar con estos gobiernos de facto, como alguna vez dijo la justicia provincial refiriéndose a lo que pasa en Rosario de 2007 en adelante, ese es un trabajo político. Lo que no se quiere asumir es que hay cobardía política para enfrentar los ciclos de corrupción de la Policía.

Del Frade: “No se quiere asumir que hay cobardía política para enfrentar la corrupción de la policía”.

-El intendente de Rosario, Pablo Javkin, ¿entiende que la solución es política o hace la vista gorda?

-Hay de todo en Javkin. En primer lugar, considero que es un tipo honesto y desesperado pero que también está jugando políticamente. Lo de recibir a Larreta el otro día, la verdad es que no lo entiendo. Sí entiendo y comparto, cuando circunscribe todos los hechos de violencia a ciertos barrios. Eso me parece interesante para parar la pelota sobre todo lo que se está hablando. Pero, al mismo tiempo, es responsable de la reducción del presupuesto destinado a la Secretaría de la Juventud para generar políticas que lleguen a las pibas y pibes de los barrios.

-¿Qué pensaste cuando viste la cobertura que realizó el Grupo América donde aparece un periodista junto a Amalia Granata usando chalecos antibalas?

Me parece que se pasan de grotescos porque en ese mismo barrio donde ocurrió la balacera, mientras ellos utilizaban chalecos antibalas, las personas estaban sentadas tomando mate. Se notó mucho. La verdad, un grotesco.