Se cumplieron ayer 80 años de la partida De vito Dumas para su vuelta al mundo en solitario a bordo del Lehg II.

“Voy en esta época materialista, a realizar una empresa romántica para ejemplo de la juventud”

Vito Dumas.

 

Ayer se cumplieron 80 años de la zarpada del navegante argentino Vito Dumas para su vuelta al Mundo en solitario. La Ruta Imposible elegida por Dumas, era llamada así por los numerosos hundimientos producidos, en sucesivos intentos de navegantes que pagaron con sus vidas la osadía.

La ruta consiste en navegar siempre de Oeste a Este pasando por el Sur de los Tres Cabos. Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, Cabo Leewin en Oceanía y Cabo de Hornos en Sudamérica.

Además de las enormes distancias, la mayor dificultad es la meteorología, ya que los vientos predominantes en esa latitud 40 grados Sur son del Oeste y Sudoeste, pero con intensidades muy fuertes, a veces huracanadas, tanto que la ruta también es llamada Los 40 Bramadores.

El plan de viaje tenía previstas tres escalas, Cape Town en Sudáfrica al otro lado del Atlántico, Nicholson en Nueva Zelanda luego de atravesar el Índico y Valparaíso en Chile tras cruzar el Pacífico y justo antes del desafío final, pasar el mítico Cabo de Hornos, verdadero cementerio de barcos y marinos.

El momento elegido para el viaje, es exactamente en la mitad de la Segunda Guerra Mundial, lo que estimuló la actitud humanista de Dumas frente a la tragedia humana.

El barco elegido, el Lehg II, era un pequeño velero de madera, de 9,55mts de eslora, sin radio ni motor, que si bien ya existían, eran muy costosos y poco prácticos. Tampoco había heladera y el método de posicionamiento era con las estrellas.

El plan se cumplió a la perfección, el tramo más largo fue de 101 días, la comida y el agua alcanzaron justas, y Dumas sorprendió al Mundo con la exactitud de sus cálculos astronómicos, que le permitieron arribar a los puertos planeados en las fechas previstas. En todas las escalas fue recibido con honores y pudo reparar su barco y descansar para seguir viaje.

Vito Dumas venció a los tres océanos, él solo con su pequeño velero. Con la proa del Lehg II abrió literalmente una ruta hasta entonces imposible, y que actualmente es transitada por las principales competencias de la vela oceánica internacional, como la Volvo Ocean RACE y la Vendeé Globe.

Luego de más de un año, regresó victorioso a Buenos Aires, donde fue aguardado por una multitud popular que colmó el Puerto. La prensa de la época lo llamó “héroe popular” y habló del “apoteótico recibimiento”. Y es que durante ese año, los diarios y las radios fueron informando de los detalles del viaje, y Dumas se había transformado en un ídolo popular comparable a José María Gatica.

Pero como lo bueno dura poco, su condición de ídolo popular le valió el malestar del ambiente  náutico local, en esa época muy elitista, que osciló entre el respeto y la envidia, entre la ayuda y la difamación.

Y en eso llegó Perón…

No podemos afirmar que Dumas fuera peronista, pero sí que colaboró  activamente con las políticas de estímulo al deporte, implementadas entre el ’45 y el ’55, encabezando los intentos por popularizar la práctica de la vela. Y eso sí le terminó de granjear el odio de las clases altas que hegemonizaban el deporte en esa época. Si bien hubo honrosas excepciones, una gran parte del ambiente náutico se dedicó a denostarlo y hasta sostener que no sabía nada y que su viaje había salido bien de pura casualidad. Llegaron a tejer el mito de que era “mufa” y que no había que decir su nombre a bordo de un barco, costumbre que duró hasta hace pocos años. Casualidad o no, la dictadura prohibía los nombres de Perón y Evita, y la “burguesía náutica” hacía lo propio con el nombre de Vito.

Tras el Golpe del ’55 las cosas empeoraron y murió en 1965 prácticamente en el olvido. Y el rescate de su figura es una tarea pendiente.

Durante el segundo gobierno de Cristina, se creó en la Casa Rosada una Galería de Ídolos Populares, en la que Vito Dumas se encuentra injustamente ausente.

La vela es el segundo deporte que más medallas olímpicas ha aportado al país y los intentos por popularizar su práctica continúan hasta hoy. Los navegantes de todo el Mundo, conocen, respetan y admiran a Dumas como el mayor navegante solitario de la historia.

Y paradójicamente, contra todo intento de silenciar su nombre, en cualquier rincón del planeta donde haya un puerto y algunos barcos, cuando uno dice que es argentino, antes que Maradona o Messi, el nombre que surge es Vito Dumas.

“Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece, así, como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas” Rodolfo Walsh.

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