De cómo, según el inoportuno Argañaraz, la clonación de la oveja Dolly, ocurrida hace exactamente 25 años, no sólo fue un gran paso para la ciencia sino una bendición para el mantenimiento del sistema.

Dígame Cecchini, ¿usted sabe qué pasó un 22 de febrero?, me encara Argañaraz apenas se sienta en la silla vacía frente a la mesa del café donde estoy intentado leer el diario sin que nadie me interrumpa.

No, no sé, Argañaraz, le contesto, lo único que sé es que hoy no esperaba verlo.

(Creo haber contado más de una vez que a Argañaraz lo trato de usted para mantener las distancias y no confundirme con él).

Bueno, me dice, pero estoy acá. Y ya que estamos, ¿sabe o no sabe?

¿Qué es esto, la sección Un día como hoy?

Podría ser, me contesta, pero no. Hoy, 22 de febrero es un día histórico para el sistema.

La situación ya no tiene remedio, de modo que dejo el diario sobre la mesa, me trago la bronca junto con lo que queda de mi café y le pregunto:

¿Y por qué?

Porque, empieza a decir y enseguida me doy cuenta que está recitando algo que se aprendió de memoria, probablemente de Wikipedia. Porque, repite, un 22 de febrero de 1997, un equipo de científicos británicos que trabajaba bajo la dirección de Ian Wilmut en el Instituto Roslin, cerca de Edimburgo, anunció el nacimiento, siete meses antes, del primer mamífero clonado, una oveja a la que bautizaron con el nombre de Dolly.

Ajá, le digo y no digo más, esperando que la elocuencia de mi silencio lo desanime. Pero no lo desanima, sino todo lo contrario.

¿Entiende?, me pregunta y sigue cada vez más entusiasmado. La clonación, Cecchini, la clonación puede definirse como el proceso por el que se consiguen, de forma asexual, copias idénticas de un organismo, célula o molécula ya desarrollado.

Déjese de joder, Argañaraz, lo interrumpo, ahora se dedica a citar lo que lee en Wikipedia.

No importa de dónde sea la cita, Cecchini, me contesta impertérrito, lo que importa es lo que uno le quiere hacer decir.

¿Y qué carajo le quiere hacer decir, Argañaraz?, le pregunto, ya entregado.

¿No entiende?, me contesta, la clonación de la primera oveja es un hecho histórico. Para la ciencia y para el sistema.

Para la ciencia vaya y pase, le digo, pero no entiendo lo del sistema.

Está lento hoy, Cecchini, me dice. No la pesca. Ovejas, ovejas… clones de mansas ovejas es todo lo que el sistema necesita para que nadie se oponga a su manera de funcionar.

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