La posible transferencia del brasileño Neymar del Barcelona al PSG francés es resultado de una trama en la que están involucrados dirigentes y representantes, entre ellos nuestro Gustavo Arribas, gran amigo de Macri. Cifras siderales, evasión impositiva y dinero turbio se combinan para que el socio futbolero de Messi cambie de camiseta.
Muchos jugadores del Fútbol Club Barcelona están seguros de haberlo convencido de seguir siendo azulgrana. Pero Neymar Jr. no dice palabra. No se manifiesta en las redes. Sonríe y hasta levanta un pulgar en fotos con sus compañeros en Nueva York, de pretemporada.
Sabe, o al menos presiente, que lo importante de su futuro no pasa demasiado por allí sino que al mismo tiempo, lejos, en París, se cocina desde hace ya muchos días otra historia que parece difícil de revertir, por lo que hay en juego y por quienes participan de esas reuniones.
Todo había nacido hacía muchos años. Ya en 2010, nada menos que Pinjas Zahavi, ex periodista, agente de futbolistas israelí y el tipo más influyente del mundo a la hora de concretar fichajes, había ya tratado de seducir al padre de Neymar para llevarlo al Chelsea, al mismo que le encontró comprador años antes en el magnate ruso Román Abramovich, muy amigo suyo. Y no parece que haya dado un mal resultado.
En aquel momento, Neymar jugaba en el Santos, era una figura emergente pero aún muy joven y quedaron en seguir en contacto y luego, no sólo su deslumbramiento por el Barça sino un paquete financiero que aún hace temblar jurídicamente al club catalán, desviaron el destino del crack, que además tuvo como rival justamente a su futuro equipo en la final del Mundial de Clubes de 2011 y luego ya ingresó para conformar el maravilloso Tridente sudamericano con Lionel Messi y Luis Suárez.
Pero si hubo un detonante a lo que desde hace rato perseguía Zahavi fue cuando otro de sus amigos, el multimillonario Nasser Al Khelaifi, representante de los intereses de Qatar en Francia, lo contactó para confiarle que ese país, ya con la sede del Mundial 2022 otorgada por la FIFA, había decidido apostar por Neymar como la gran estrella para ese torneo, teniendo en cuenta que ya Messi y Cristiano Ronaldo tendrán una edad avanzada.
Zahavi no es un iniciado. Sabe de los problemas económicos del Barcelona para sostener semejantes jugadores, que el Caso Neymar puede acarrear demasiados problemas jurídicos y de imagen por los sobreprecios pagados y también, que Qatar, a través del PSG, puede superar por mucho lo que los catalanes pueden pagar y afrontar sin problemas la cláusula de rescisión de 222 millones de euros para, a su vez, armar un paquete financiero total de otros 300 millones de euros apostando al futuro.
Zahavi no es otro que quien estuvo años asociado al grupo HAZ de representación de futbolistas y que, por ejemplo, intervino en el fichaje de Carlos Tévez al Corinthians, proveniente de Boca Juniors, por el que se pagó 24 millones de dólares aunque nunca fueron claros los papeles.
HAZ significaban las tres iniciales de los apellidos Hidalgo, Arribas y Zahavi. Fernando Hidalgo, a principios del siglo XXI, se había quedado con la representación de muchos de los jugadores que manejó en los años 90 el todopoderoso Gustavo Mascardi, con quien se enfrentó. Arribas no es otro que el actual titular de la AFI (ex SIDE) argentina, íntimo amigo del presidente Mauricio Macri, y que intenta desenredarse de un fabuloso lío por supuestas coimas en el caso Odebrecht.
Para más datos. Zahavi intervino en el pase de David Beckham al Real Madrid y tuvo que ver con el rubio jugador-modelo en su mejor etapa, con un aditamento: a punto de cerrarse la campaña electoral en el Barcelona en 2003, el candidato Joan Laporta era superado en intención de voto por el reconocido publicista Luis Bassat, a quien se atacaba por todos lados. En uno de los últimos debates televisados, un candidato sin opciones le requirió que dijera públicamente su segundo apellido, de origen judío. Ni así alcanzaba. Entonces, se apeló a anunciar, el último día hábil antes de la votación, que Beckham había sido fichado por el Barcelona siempre y cuando ganara Laporta.
Eso no fue todo: el Manchester United llegó a anunciar en su web oficial este fichaje, con el que, lógicamente, Laporta acabó imponiéndose, aunque pocos días más tarde…el Real Madrid anunciaba el fichaje del inglés por el que durante todo el verano, el presidente del club blanco, Florentino Pérez, había dicho que “never, never, never” cuando le preguntaban si le interesaba para su equipo.
¿Cómo pudo suceder esto? Hubo una triangulación: a La porta le sirvió este anuncio oficial del Manchester United, al Real Madrid, también por una cuestión de imagen (acabó “quitándole” una estrella al Barcelona) y al club inglés, también porque quería desprenderse del arquero turco Rustu Recber, y éste apareció firmando con el Barcelona.
Zahavi es capaz de esto y de muchísimo más y entonces no fue nada casual que este fin de semana estuviera reunido en París, en un lujoso hotel de la zona 3, tomando champagne y fumando puros de sobremesa, con el director deportivo del PSG, Antelo Henrique y con Neymar padre.
De hecho Antelo Henrique iba a viajar a Nueva York para charlar con el jugador brasileño pero lo detuvieron en París esta reunión y otra en la zona 8, en el hotel Royal Monceau con los representantes del chileno Alexis Sánchez, delantero del Arsenal, para tratar de contratarlo también y seducir aún más al entorno de Neymar.
¿Cuál es el principal escollo de la operación de Neymar al PSG? Además del intento de sus compañeros y cuerpo técnico en Nueva York, la forma de eludir el club parisino al Fair Play financiero que ya puso en marcha la UEFA y que castiga severamente cuando los clubes se pasan del techo de la suma “entradas-salidas”.
En este sentido, el paquete de 300 millones de euros sería la consecuencia de un entramado en el que el club poco tendría que ver para no exponerse a una dura sanción: la cesión de los derechos del cien por ciento de la imagen a Neymar, y la participación de distintos sponsors, que van desde Nike, siempre ligada al fútbol brasileño (desde los tiempos de Sandro Rosell, quien purga algunos negociados ahora mismo en la cárcel en Cataluña), como la propia organización del Mundial 2022.
Mientras todo esto pasa, Neymar no se pronuncia. O se muestra enigmático y pensativo en las fotos propias en las redes sociales (emoticones incluídos) o sonríe, siempre sonríe, ante sus compañeros.
Pero parece que muchas cosas pasan por otro lado, bastante lejos de Nueva York y de la pelota o la camiseta, sino por lujosos hoteles con gente fumando puros, tomando champagne y con maletines de cuero.
Ellos juegan otro partido.