El próximo sábado, el escenario de Vinilo va a ser testigo de una experiencia rara, como encendida, un solo de bandoneón dedicado a la música brasilera. Ramiro Boero logra algo que se parece tanto al tango como a la alegría solo brasilera.
Un bandoneón que se le anima en solitario a Gismonti, a Antonio Carlos Jobim o a Cartola. En su último disco, Acontece, Ramiro Boero busca cómo unir un instrumento tradicionalmente ligado al tango con una serie de composiciones que aparentemente le son ajenas. El resultado es sorprendente y, aunque respeta las distancias, las achica y las relee.
-¿Por qué la música brasilera? ¿Cómo se lleva el bandoneón con los ritmos brasileros?
-La música y la cultura brasileña son parte de mi vida, cuando tenía seis años mi familia emigró a Curitiba, al sur de Brasil. Pasé toda mi infancia en ese país y, al volver, esa época de mi vida quedó marcada a fuego. Si bien no soy un estudioso de esa música, me acompaña siempre.El bandoneón es un instrumento muy ligado a la música argentina, tanto al tango como al folklore, pero a la vez, es un instrumento de posibilidades inmensas, con el cual se puede tocar cualquier género, no solo tango o música de Brasil.
-Se suele asociar al bandoneón con la melancolía y a la música brasilera con la alegría. ¿Es esto así? ¿Fue un problema al pensar el disco?
-Si hablamos en términos generales, sí. Pero eso responde más a la idiosincrasia de cada región. El tango es una música melancólica y nostálgica, al revés que el común de la música brasileña. El tango es más introspectivo, la música brasileña tiende a ser más rítmica. Pero eso no quiere decir que toda la música brasileña sea así. Y creo que el disco va en la búsqueda de eso, de la música brasileña más nostálgica, con más saudade.
-¿Cuál fue el criterio de selección de los temas? ¿Quedó material afuera?
La idea fue hacer un disco que incluya compositores clásicos como Luiz Gonzaga, Cartola o Jobim y algunos contemporáneos, como el caso de Renato Motha que es un compositor de Minas Gerais fabuloso. La música brasileña, así como la argentina, es muy amplia y diversa, con lo cual hace que siempre queden cosas afuera.
-¿Hay algún parentesco entre el bandoneón y la sanfona?
Si bien ambos instrumentos son de fuelle, y lengüetas, el mecanismo y la técnica son completamente diferentes. En la sanfona el abrir y cerrar es igual en cuanto a la afinación, permitiendo un sostén rítmico que es muy difícil lograr en el bandoneón.
–El recital no va a ser solo de bandoneón como el disco. ¿Cómo va a cambiar?
-El concierto del próximo sábado en Café Vinilo va hacer a solo de bandoneón, cómo en el disco, luego sumaré a Pablo Motta en contrabajo y Cristian Asato en piano para hacer algunos tangos en formato trío.
-¿Se puede decir que su estilo está más cerca de Saluzzi que de Piazzolla?
-Si bien Saluzzi es un gran referente, creo que el material de Acontece está más ligado a los solos de Piazzolla y a su forma de tocar el bandoneón en el tango. El disco en si es una mirada tanguera del repertorio brasileño. Todavía no tengo muy en claro si el disco es un disco de tango o de música brasileña, y no busco ni me hago problema en rotularlo. Es música y nada más.
-¿Cuál será el eje del próximo disco? ¿Ya está trabajando en eso?
-Sí, el próximo disco será la concreción de un proyecto soñado. Mi propia orquesta típica, la formación icónica tanguera por excelencia. La orquesta hizo su primera presentación en el pasado Festival de Tango de Buenos Aires y tanto mis colegas como yo quedamos muy entusiasmados. A fin de año nos encerraremos en algún estudio a grabar el primer disco de la Ramiro Boero Orquesta.