Una historia a lo Paulo Coelho, mucho edulcorante y una multitud de seguidores en las redes fueron suficiente mérito para que se le diera a Elvira Sastre uno de los premios literarios más importantes en lengua española. Hoy el mundo virtual parece estar decidiendo qué se va a leer en el mundo real.

Seix Barral -perteneciente al grupo Planeta- es una de las editoriales más prestigiosas de España. Luce un catálogo contundente de nuevos y viejos talentos. Nombres como Eduardo Mendoza, Rosa Montero, Elvira Lindo, Siri Hustvedt, Paul Auster, Caballero Bonald, Elena Poniatowska, Erri De Luca, Enrique Vila-Matas, Carson McCullers, Juan José Millás, Fernando Aramburu, Clara Usón, Don DeLillo o Antonio Muñoz Molina, sin perder nunca de vista voces recientes y exquisitas como las de Paulina Flores (Qué vergüenza), Iván Repila (El aliado) o María Sánchez, que pronto presenta Tierra de mujeres.

Su premio Biblioteca Breve ha publicado a autores tan trascendentes como Luis Goytisolo, Juan Marsé, Juan Benet, Rosa Regàs, Jorge Volpi o Luisa Castro, desde su primera edición en 1958 hasta estos últimos años, donde se ha reconocido a narradores poderosos como Ricardo Menéndez Salmón o Agustín Fernández Mallo. Sin embargo, la elección de 2019 ha resultado chocante dentro del sector literario porque rompe la tónica de la editorial -apostar por la calidad- para rendirse a exigencias económiaso y a las potenciales ventas, amén de a la captación de un público adolescente y mitómano.

La poeta Elvira Sastre ha escrito su primera novela, Días sin ti, y ha resultado premiada con el Biblioteca Breve, dotado con 30.000 euros. Ya el perfil de la autora resulta sospechoso: justo al lado de su presentación se alude siempre a su repercusión en redes sociales, como si ese dato fuese influyente a la hora de estimar su valor literario. 130.000 seguidores en Twitter, 334.000 en Facebook y 280.000 en Instagram.

Su caso demuestra que el nuevo modelo ha girado el curso lógico de la edición literaria: ya no es necesario crear una obra sólida y conclusa y presentarse, con cierto temor, ante el oráculo de la editorial para que te aclare si ve o no potencialidad en tu firma. Ahora es la editorial la que llega a acudir a un autor virgen de publicaciones para avalarlo en su primera vez. Así le sucedió a Elvira Sastre: no se planteaba la publicación cuando Lapsus Calami se interesó por su trabajo. “Me vieron por Twitter y contactaron conmigo”, contó a este periódico. Sastre se creó un blog con 15 años y, más tarde, al apoyarlo en Facebook y Twitter, sus visitas se dispararon. El “100%” de su notoriedad, dice, se lo debe a las redes sociales: “Si no, ni lectores ni editores me hubiesen encontrado, o, más bien, ni hubiesen sabido que me buscaban”.

Los sellos pequeños e independientes fueron los primeros en fijarse en los autores virales, y ahora las grandes editoriales, a fuerza de chequera, se esfuerzan en ficharlos. Otro ejemplo: el cantautor Luis Ramiro, que publicó con Frida el exitoso Te odio que nunca quise a nadie y después fue captado por Random House. O Defreds, que empezó también con Frida con Casi sin querer -después publicó con Espasa Historias de un náufrago hipocondríaco-. Belén López Celada, directora editorial de Planeta, reconoció en su momento que los seguidores de un autor suponen “un dato que nos interesa, que siempre miramos y que resulta muy positivo si se tiene”, pero aclaró que “no por ello dejamos de apoyar a escritores que tal vez están empezando, pero traen una obra tan interesante que sabemos que puede generar una red de comentarios favorables”.

Luis Goytisolo

Elvira Sastre es el exponente máximo de la literatura ‘follow’: su poesía escueta y vacua arrasa en redes sociales. No hay mucha enjundia en sus versos, pero sí gran efectismo: “Hay quien deja huella y hay quien marca el camino”, “Quizá se trate de encontrar a quien te sigue mirando cuando tú cierras los ojos” o “Perdóname si no abro la puerta. Este dolor, lo único que tengo, es lo que me recuerda que sigo viva”. Ideas sencillas y edulcoradas, pequeñas imágenes románticas en cápsulas, perfectas para compartir y  consumir rápido.

La novela premiada

Tras la publicación de Cuarenta y tres maneras de soltarse el peloBaluarteYa nadie baila y La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida -en esa edición quien se rindió fue Visor-, llega Días sin ti, su primera novela, que saldrá a la venta el 5 de marzo: se trata de una historia entretejida entre una abuela (Dora) y un nieto (Gael). Ella fue maestra en la República, él es artista contemporáneo. “Recrea vínculos y pasiones, arte y vocación, el peso del pasado y la importancia de la memoria, con una prosa envolvente e inspiradora, a pesar de la crónica de una ruptura”, reza la nota de prensa.

Aquí algunos extractos de la novela: “Todo viaje de ida tiene una vuelta, todos los abrazos terminan despegándose, los aviones aterrizan, los frigoríficos se vacían, no sé…, las canciones acaban, y no por ello dejan de ser lo que son (…) De eso se trata: no de esquivar esos agujeros, sino de saber dónde se encuentran y seguir tu camino sin miedo a caer en ellos, es decir, aprender a vivir con los finales sin renunciar a otros principios”.

La voz de Dora, la abuela, se expresa así ante el desengaño amoroso de su nieto: “Es posible que ese amor termine, que esa emoción abandone tu cuerpo, que el tiempo deje de mecerte en sus olas benévolas (…) es posible que el mundo se detenga contigo corriendo dentro y será entonces, en ese momento de oscuridad absoluta, cuando debas abrir las manos y recuperar todo eso, la belleza que el universo te dio una vez y sigue dentro de ti, todo lo hermoso que late dentro de tu alma”, escribe.

“Tendrás que volver a todo eso, mi vida, tendrás que hacerlo por ti, tendrás que sacarlo de dentro y ponerlo en tus manos y por todo tu cuerpo, y dejar que tu propia luz te abrace, y conocerte otra vez, y darte otra oportunidad…”. Es decir, un desgarro emocional que invita a la superación, de corte Paulocoelhiano. Una apuesta que baja el sobresaliente nivel de una editorial de peso como Seix Barral y que responde más a una estrategia comercial que a un golpe sobre la mesa en pos de la literatura, como nos tenía acostumbrados: hoy el target es un público más joven, con una capacidad lectora más pobre y que compra libros impulsados por el núbil fenómeno fan.

 

Fuente: El Español