Los resortes y las alarmas del Instituto Malbrán fueron de los primeros en saltar cuando llegó la noticia del COVID-19. Un documental dialoga con trabajadores, técnicos y científicos, recorre los pasillos y laboratorios del viejo y hermoso edificio, para echar más y mejor luz sobre lo mucho que se hizo allí desde los primeros días. Se estrena el sábado 1° de mayo a las 21.30 por Canal Encuentro.

En los primeros segundos se ve ascender mediante la toma desde un dron lo que parece una torre cilíndrica de Medioevo con estrechas ventanas ojivales. O un minarete. O un inmenso tanque de agua urbano con fondo de bloques de edificios. Hasta que se lee con cierta imponencia: Instituto Malbrán. Inmediatamente se suceden las sabidas imágenes –que serán históricas por lo menos por un buen tiempo- de la noticia del surgimiento de la pandemia. E inmediatamente voces de científic@s y laburant@s del instituto. Emerge de movida la contradicción presunta entre “este era el único lugar” que podía hacerse cargo de los desafíos que vendrían y el “Nunca pensé que sería capaz de hacerlo” o “No recuerdo haber vivido una situación así en mis treinta años de trabajo acá adentro”. Situación histórica, desafiante, agobiante.

Entonces se lee el título del documental, que avanza a buen ritmo: Héroes Silencios@s y su primer capítulo: “La primera alarma”.

Las imágenes del documental generan ganas de conocer un lugar que uno ya debería haber conocido y mucho: el viejo y hermoso edificio construido entre 1904 y 1916, su enorme porte, las columnas y escaleras anchas, mármoles, molduras, los techos de vitrales, los antiguos retratos y bustos de aquellos que mucho antes de la posverdad llamábamos “sabios”. Van desfilando presentaciones de técnicas y científicas. Una de ellas cuenta que en diciembre de 2020, luego enero, cuanto saltaron en el mundo las primeras noticias del COVID-19, el instituto –una de cuyas funciones centrales es la vigilancia y el dar alertas epidemiológicas- la estaba peleando contra el sarampión, el dengue, problemitas que la gestión de gobierno macrista había descuidado, tanto como había desfinanciado al Malbrán (el comentario es del que escribe, no del documental).

Ardieron los uasaps del personal. Sabían en el Malbrán de anteriores virus provenientes de China o el sudeste asiático. Inmediatamente se hicieron las exploraciones, análisis en murciélagos, cruces de datos, comunicaciones con la OMS y la Fundación Gates. Viaje a Ginebra para reunirse con los expertos del mundo, ya alarmados. E inmediatas reuniones al regreso, con autoridades nacionales, científicos, otros organismos relacionados con la ciencia y la salud.

Luego vino la espera de lo inexorable: los primeros contagios en Argentina. “Hasta que aparece”, dice una de las testimoniantes. Detectado el virus en 24 horas por la gente del Malbrán. Y otra entrevistada dice: “Se siente mucha presión”. Y otra: “Era un universo de incertidumbre. Cada día levantarse y no saber con qué escenario de trabajo y anímico te ibas a encontrar”.

Así que a enfocarse en el trabajo, con todo. Solo que con faltante de elementos, escasez de reactivos por ejemplo. Y fueron cayendo y creciendo los positivos, resaltados en flúo, invadiendo las enormes páginas de un registro. El 7 de marzo de 2020, la primera muerte. Gente que ya había dejado el Malbrán volvió para aportar “a los compañeros”. Otros fueron re convocados. Ana Campo dice “Sentía que tenía que volver al laboratorio”. Se quiebra y termina la frase: “No podía hacer otra cosa”.

Lo que sigue da alguna fobia: la entrada a los laboratorios que necesitan el máximo de protocolos de seguridad, los trajes espaciales con máscaras y respiradores, el encierro, el cultivo de virus y la obtención de muestras progresivamente mayores para probar desarrollos. Entender al maldito bicho para darle combate. Pruebas y ensayos y aprendizajes y a no contaminarse.

Este primer capítulo – de los cuatro de la miniserie documental – que pudo ver el que escribe finaliza con el anuncio presidencial del aislamiento obligatorio, que ya suena tan lejano. Dan ganas de ver los siguientes. Agradeciendo al Malbrán y al equipo que realizó el documental. No panfletario ni épico, sí emotivo, todo dicho con un tono sosegado.

Idea original del documental (y una de los guionistas): Mariana Cecchini, nieta de médicos. Dirección de Agustín Vidal. El primer capítulo podrá verse –cuándo no- en la que acaso fue y sigue siendo la mejor creación comunicacional del kirchnerismo, Canal Encuentro. Socompa sugiere verlo este sábado 1°, a las 21.30 hs.

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