Las revoluciones, las luchas obreras, la resistencia a las dictaduras han tenido canciones que se han transformado en símbolos que las trascienden pero que siempre están guardadas en la memoria y en las gargantas de los pueblos.

Una canción puede ser más que una canción cuando tiene sentido y trasciende su época. Muchas veces han acompañado luchas, movimientos sociales, guerras, revoluciones. Pueden renovar su sentido y su razón de ser cuando se las escucha en otro momento y en otro contexto, pero siempre están asociadas en el inconsciente a ese otro episodio.

En el año 1974, la canción Grándola Vila Morena, de José Afonso, sirvió de contraseña para dar inicio a la Revolución de los Claveles en Portugal y desde entonces es símbolo de resistencia en ese país. Las radios hicieron sonar esa canción a la medianoche del 25 de Abril como contraseña de que comenzaba el derrocamiento del dictador Salazar.

La Guerra Civil Española fue cantada en el frente republicano modificando viejas canciones folklóricas y adecuando letras a cada sector republicano. Anarquistas, comunistas y socialistas las coreaban con diferentes estrofas y con esas coplas llegaron a nuestros días como testimonio del coraje de aquellos que lucharon por defender la República Española.

We shall overcome, la canción que popularizara Pete Seeger, dejó de ser una canción de góspel para convertirse el Himno por los Derechos Civiles en Estados Unidos. En nuestro país, en su versión en español, cantada por Jairo y traducida por María Elena Walsh como “Venceremos”, estuvo vinculada a la campaña presidencial de Raúl Alfonsín y así muchos la recuerdan

El gobierno del chileno Salvador Allende y la Unidad Popular que llevó al triunfo su “vía pacífica al socialismo” fue acompañada de una extensa banda sonora compuesta por todos los integrantes del movimiento de la Nueva Canción Chilena, pero El pueblo unido jamás será vencido de Sergio Ortega y el grupo Quilapayún recordará para siempre ese momento.

La vuelta a la democracia en Argentina, llegó acompañada de muchas canciones de resistencia, algunas de ellas compuestas sobre melodías conocidas en ese momento como la de un aviso publicitario de la dictadura que decía “Bobby mi buen amigo..”. El ingenio popular lo convirtió en “Milicos muy mal paridos que es lo que han hecho con los desaparecidos…” y con esa letra se la canta aún hoy.

Podríamos extendernos en ejemplos de canciones que han acompañado luchas y movimientos sociales. Algunas creadas para esos momentos y otras que incidentalmente los acompañaron. Cuentan que el Che, en la selva boliviana cantaba la Zamba para no morir de Hamlet Lima Quintana. Tal vez sea un mito o sea realidad, pero en aquellos que escucharon la historia, esa zamba va asociada en el inconsciente  a la imagen de Ernesto Guevara.

Por eso, muchas de estas canciones renuevan su palabra cuando se las vuelve a oír, porque ya han demostrado su valor y su coraje. “Canto que ha sido valiente siempre será canción nueva”, escribió Víctor Jara en una de sus últimas canciones casi como legado. Aquí están, siguen siendo, no nos dejan. Aquellos que nos conmovimos con los movimientos sociales del Siglo XX y por qué no de lo que va del XXI, no podemos hablar de aquellas luchas sin recordar estas canciones y viceversa: Cada vez que hablamos de la lucha cantamos una canción como consigna.