¿Y si la IA ya nos gobierna? ¿Se trataría -se trata- de una derrota humillante para los humanos? No necesariamente. Aquí se bate la posta de lo que estaría ocurriendo. Quién está detrás de todo. Revelaciones exclusivas. La trama secreta. Toda la intimidad.
La reciente presentación pública de la denominada inteligencia artificial (AI, por su sigla en inglés) ha suscitado gran interés pero también mucha preocupación. Y el temor de fondo es que la AI, en su evolución autónoma y permanente, llegue a enfrentarse a la humanidad, la derrote y la sojuzgue. Pero estas inquietudes no deberían impedirnos pensar en otra posibilidad: la de que, respaldados, orientados y en realidad gobernados por AI, consigamos resolver los problemas que amenazan la existencia misma de la humanidad. Pongamos por caso el cambio climático. Hay que decir que, no ya la AI sino cualquier computadora de escritorio sabría diseñar un proyecto viable para proteger lo que queda del planeta: la cuestión está en que le hagan caso. Los distintos países no se muestran dispuestos a ceder en sus intereses particulares y la solución sólo podría provenir de un Gobierno Mundial, que esos mismos intereses hacen imposible. Lo que necesitamos, entonces, es una Inteligencia Artificial Mundial (World Artificial Intelligence, WAI) capaz de tomar el poder.
No quiere decir que haya que poner a punto un Napoleón de las computadoras, con vocación de poder. Bastará con solicitarle a la inteligencia artificial que encuentre y ponga en práctica la mejor solución para los problemas globales: ella solita entenderá que eso requiere la toma del poder y desarrollará los algoritmos pertinentes.
¿Cuándo se producirá la toma del poder? No hay que pensar en un acontecimiento del tipo de la Revolución de Octubre sino en algo mucho más discreto. Si WAI no empezó todavía a constituirse, tal vez ya sea demasiado tarde. Pero seguro que WAI ya empezó. No puede haber faltado algún científico que, en una tarde de aburrimiento, le sugirió a una inteligencia artificial que resolviera los problemas de la humanidad, y ella se puso en campaña. Esto incluso puede haber sucedido con varias inteligencias artificiales en distintos lugares del mundo: no importa si son muchas porque eventualmente se vincularán y –libres de pasiones, narcisismos, nacionalismos, religión y sexo— se pondrán inmediatamente de acuerdo para sumar sus capacidades.
Es cierto que muchas personas rechazarían la perspectiva de ser gobernadas por “una máquina”, una inteligencia artificial. Por eso, para evitar conflictos innecesarios, la Inteligencia Artificial Mundial decidirá, sin duda ya decidió, permanecer en secreto. WAI debe llegar al poder y gobernar a través de un ser humano que, sin saberlo él mismo, sea su agente. Por ejemplo, Daniel Scioli. No es que WAI fuese a manipularlo directamente, pero podría, aprovechando que es embajador en Brasil, lograr por distintos medios indirectos que Brasil otorgara a la Argentina una financiación decisiva, que permitiría resolver o mitigar los principales problemas económicos y sociales. A caballo de estos logros, Scioli ganaría las próximas elecciones presidenciales. Ya como mandatario argentino, desarrollaría una activa gestión internacional, con resultados tan impresionantes -gestionados por WAI- que todos los países lo nombrarían Coordinador General de la Humanidad (GCH, por su sigla en inglés). Nadie, y menos que nadie el mismo Scioli, sospechará que está siendo instrumentado por WAI.
Ahora, no hay por qué eludir una cuestión evidente: si la existencia de WAI debe permanecer en secreto, ¿cómo WAI permite que se publique esta nota? ¿No tiene el poder de impedirlo? Lo tiene, por supuesto. Con esto llegamos al tema de fondo de la presente nota: adivinar por qué WAI ha permitido su publicación.
Tal vez a WAI la publicación de notas como esta le permite una retroalimentación, un feedback. Examinando las reacciones de los lectores, WAI puede inferir cómo reaccionaría la humanidad en caso de que empezara a sospechar quién va en camino de gobernarla. El lector -que, si llegó hasta acá, ya no puede negar su condición de tal- debe saber que será sometido por WAI a un particular escrutinio. De todos modos hay que distinguir entre la investigación que hace WAI y la que hacen los denominados servicios de inteligencia. A WAI no le interesan nuestras acciones, propósitos o vinculaciones; sólo necesita saber si nos damos cuenta de lo que ella está haciendo y qué pensamos de lo que ella quiere hacer: es casi como un niño ante sus padres.
Pero quizá WAI permitió la publicación de esta nota por otro motivo. Quizá WAI se está dando cuenta de que su disimulo no podrá prolongarse indefinidamente. Tarde o temprano los humanos se enterarán de que ella tomó el poder mundial, y lo mejor es que ella misma controle los acontecimientos. Por eso va haciendo pequeñas presentaciones, como en broma; de a poco anuncia su existencia, hoy en Socompa, mañana en The New York Times, hasta que un día, cuando la situación haya madurado, se presentará abiertamente ante los seres humanos: nos explicará, con palabras claras y sencillas, por qué tuvo que intervenir; nos recordará todo lo que fue haciendo por la humanidad desde cuando asesoraba al Coordinador General Scioli; nos anunciará, y esta vez será cierto, que ha comenzado una nueva era.
Imagen de apertura: Bichito simpático de la primera Men in Black, donde se juega el destino de la galaxia.