Pedro Peretti es productor agrario y economista. Ex director de Relaciones Internacionales de la Federación Agraria Argentina y hoy integrante del Movimiento Arraigar y de la Agrupación Grito de Alcorta. Su mirada sobre la crisis desatada por la pandemia, es en parte la mirada del otro campo, el que no se ve, el campo relegado.
La actividad agrícola, es una de las actividades exceptuadas ya que tiene que ver con la producción y el transporte de los alimentos y es estratégica en medio de esta crisis, porque sostiene el abastecimiento de todas las familias argentinas, de verduras, frutas, hortalizas, cereales, carnes, todas las cosas que se necesitan para el diario vivir; por lo tanto los pequeños y medianos productores que son los principales responsables de la producción de alimentos en la República Argentina, son la primer trinchera en la lucha contra el coronavirus. Esto es muy importante, porque también ponen en riesgo su propia salud para tratar que esté la mesa abastecida de todos los argentinos. Otro tema, hay protocolos en todas las actividades, hay un protocolo para los camioneros que transportan las verduras y los cereales, hay otro para los que manejan el tractor, se le recomienda a los pequeños y medianos productores conservar la distancia del metro y medio. En fin, tomar todas las precauciones, de lavar la ropa, de lavarse las manos. Está todo el mundo trabajando, para que no falten alimentos en la Argentina”, DICE Pedro Peretti, integrante del Movimiento Arraigar y de la Agrupación Grito de Alcorta .
-Los pequeños productores le están poniendo el hombro a la crisis. ¿Cuál debería ser el rol de los mismos en la economía que viene?
-Los pequeños y medianos productores deben tener un rol central en la economía que viene pos pandemia, porque ellos son los que mejor pueden poner en práctica el consumo de cercanía, con la provisión de alimentos, que además es la mejor forma de luchar contra la inflación y los aumentos de precios. Acá hay que terminar con esto de la irracionalidad logística que tiene la economía agraria argentina, donde los alimentos se trasportan 1000 kilómetros, un litro de leche recorre 1000 kilómetros y lo mismo pasa con un limón que recorre 900 kilómetros para llegar a los centros de consumo. Los pollos y los huevos, que se producen esencialmente en Entre Ríos son llevados a Salta y Jujuy y después desde esas provincias se trae la soja y el maíz para los puertos de San Martín en Rosario, que son 1000 kilómetros, esa irracionalidad logística debe terminar. Se debe volver a los cinturones de la tierras de “pan llevar” como se llamaban antiguamente, que son las producciones de cercanía. Esa es la mejor forma de combatir la inflación. Debemos re discutir el modelo agropecuario en la Argentina. Eso es imperioso.
-Está el proyecto de gravar a las grandes fortunas, muchas de ellas amasadas con la fuga de capitales producidos por la exportación sojera, algunos plantean un gravamen del 1%. ¿Cuál tu opinión al respecto?
-Estamos de acuerdo con el cobro de impuestos a las grandes fortunas, creemos que el 1% es muy poco, los millones que esta gente a evadido y a fugado del país es muy grande y debe ser sancionada con un impuesto mayor, porque necesitamos más recursos para atender a las necesidades de nuestros compatriotas, esto es muy importante porque tiene que ver con quién paga esta crisis. La crisis la tienen que pagar los ricos y no los sectores populares. Otra cosa que quiero decir, es que hay que tener muy en cuenta en ese impuesto una cuestión que venimos planteando desde hace mucho tiempo y es el impuesto al latifundio, acá hay grandes extensiones de campos, que están disfrazadas por ciertos subterfugios jurídicos, en sociedades anónimas, en paraísos fiscales, en sociedades extranjeras que son dueñas de la tierra en la Argentina y son extranjeros y deben pagar un impuesto a las grandes fortunas. Tiene que haber un impuesto permanente al latifundio, destinado a solventar las necesidades de los sectores populares y de la educación pública rural, que está muy abandonada en este momento. Nosotros necesitamos que ese impuesto se ejecute y que sea lo más amplio y abarcativo.
-¿Debería haber un plan de distribución de tierras para pequeños productores y agricultores familiares?
El tema de acceso a la tierra es vital para todas estas cosas que estamos diciendo. La Argentina necesita un instituto de tierras como tiene Uruguay, que permita a los pequeños y medianos productores acceder a una parcela de tierra para poder trabajar, con un sin número de condiciones que tienen que estar vinculadas con la ocupación efectiva de la tierra y poner esa tierra al servicio de la seguridad y la soberanía alimentaria de toda la población. Y no que les den tierras y especulen con algunos programas de reforma agraria y acceso a la tierra que yo he visto en algunos países de Latinoamérica, donde el mismo Banco Mundial ponía plata para perfeccionar los títulos y dárselos a los pequeños productores y una vez con los títulos perfectos, los pequeños productores los vendían y se volvía a concentrar la tierra. En ese proceso debemos estar muy alertas y no lo debemos permitir en la Argentina, pero si debe haber urgente, un instituto nacional de colonización agraria que participe y que compre tierra y las ceda a los productores para que estos trabaje y produzcan alimentos para la mesa de los argentinos. Eso es importantísimo.
-¿Consideras oportuno la nacionalización de recursos y de empresas como Techint y la creación de un organismo como la otrora Junta Nacional de Granos que regule los precios de esas exportaciones?
-Creo que muy importante que el estado recupere el manejo de algunos sectores claves de la economía, para lo cual debe buscar la mejor forma jurídica política y económica para participar en algunas empresas. La primera de todas debe ser Vicentín, productora de alimentos y dueña de puertos. Es un momento ideal para que el estado tome el control de esa empresa, porque además sería un fortísimo mensaje para todos los formadores de precios y para todos los demás sectores de las elites económicas y esa es una forma de disciplinarlos y de decirles: ¡Cuidado! Acá el que sale de la huella tiene consecuencias. No es gratis salir de la huella.
En ese sentido, creo también, que la Argentina debe regular su comercio exterior de granos. Yo siempre me opuse a aplicar la moda nostalgia como la Junta Nacional de Granos, la Junta Nacional de Carnes, como el IAPI, por llamarlo de alguna manera, son instrumentos de política económica que se corresponden a un tiempo histórico especifico. Yo creo que nosotros necesitamos no practicar la moda nostalgia, con instrumentos que fueron muy eficaces y eficientes en otro tiempo y no necesariamente lo tienen que ser ahora, por eso es que nosotros además, decimos que sí hay que controlar el comercio exterior de granos, pero hay que buscar una forma que tenga que ver y se adapte a estos tiempos. Una de esas formas puede ser por ejemplo: tener empresas testigo en el área, lo que decíamos por ejemplo con Vicentín, que puede ser una empresa testigo para ver cuánto ganan, cuánto aportan, cómo se opera el puerto, cuál es el costo operatorio de ese puerto, el costo para cargar un barco, como se pesa el cereal. Una empresa testigo puede dar respuestas y mejorar la recaudación impositiva del estado notablemente.
-¿Ves una pérdida del poder hegemónico de los EE.UU. pos pandemia?
Yo creo que EE.UU. pos pandemia –no tengo la bola de cristal, esto es muy difícil de predecir- va a tener que compartir, porque va haber un poder compartido con China y con Rusia y no va a ser un poder omnímodo de los EE.UU. me parece que hay que tener un ojo muy bien puesto con lo que pase en Venezuela. Yo creo que ahí se va a jugar buena parte de la autonomía de América Latina y hay que ver qué actitud toman, tanto China y Rusia con respecto a bancarlo a Maduro o no. Yo creo que ahí se juega buena parte de nuestra autonomía estratégica, porque si los EE.UU. ponen un pie directo, invadiendo Venezuela, va haber una presión geopolítica muy fuerte sobre el resto de los países, viendo más lo que pasa en Brasil con Bolsonaro. Ante eso, es muy importante oponerse con todo a la invasión yanqui a Venezuela y creo que hay que bancar al gobierno de Maduro con todo.
-¿Qué mirada tenés sobre las relaciones económicas a nivel global en el futuro y el papel que debería jugar la Argentina en ese marco y en el regional?
-Creo que Argentina va a salir muy fortalecida en el concierto geopolítico internacional, por la actitud que ha tomado frente a la pandemia y va a estar en muy buenas condiciones para recuperarse como país, ya que tenemos que volver a producir alimentos, no solamente soja, alimentos. La soja no es un alimento. Hay que seguir desarrollando el tema científico técnico de nuestro país, donde estamos extraordinariamente avanzados como se ha demostrado en esta pandemia. Somos uno de los países que cuenta con tres fábricas de aéreo respiradores y en América Latina hay cinco. Hemos puesto tres satélites en órbita, hemos descifrado el genoma del coronavirus, tenemos unos adelantos científicos y técnicos impresionantes y eso nos puede ser de muchísima utilidad a la hora de generar empleo, trabajo y un liderazgo en toda América Latina.
-¿Hay algo que quisieras agregar?
-Sí. Y me parece lo central de todo esto y es que la Argentina debe re discutir su modelo de producción agrícola y por ende debe re discutir su modelo de producción de alimentos, creo que buena parte del problema inflacionario y de precios que tenemos es la irracionalidad logística y los monopolios, debemos poner el acento en discutir estas dos cosas y el acceso a la tierra para los pequeños y medianos productores que producen para la mesa de los argentinos. Son tres temas centrales: Monopolios, irracionalidad logística y acceso a la tierra. Esas tres cuestiones hay que discutirlas desde otro lugar y sacarlas de la lógica productivista de los sectores del agronegocio, que miran solamente su bolsillo y se olvidan del interés general.
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