Un libreto de campaña que se siguió a la hora de manejar los resultados y tratar de condicionar las tapas de los diarios del día después. Todo muy raro en el manejo del escrutinio y, como siempre, todo se promete derivar a la justicia.

“La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica porque destruye los cerebros”
Noam Chomsky

Ser o parecer? En el mundo amarillo formateado por Jaime Durán Barba alcanza con instalar “la sensación de” para sumar puntos frente a la opinión pública. Ese libreto fue llevado al extremo durante la campaña previa a las PASO cuando el consultor ecuatoriano le dictó al elenco macrista que polarizar con Cristina Fernández era la cuestión. Polarizar y machacar, delante de cualquier micrófono, que “el cambio” es lo opuesto a “la corrupción”. Así forjó los cimientos del discurso de Cambiemos, mientras los medios hegemónicos llenaban tapas con las causas judiciales que enfrentan los k. De este modo, se consolidó una campaña floja de ideas pero repleta de afirmaciones morales y cheques a futuro.

La estrategia de instalar “la sensación de” tocó en las PASO un punto muy sensible para el sistema democrático si, como lo denunció CFK y saltó a la vista, se manipularon deliberadamente los datos de la elección en la provincia de Buenos Aires y Santa Fe para que los argentinos se vayan a dormir pensando que Cambiemos había ganado en todos los distritos y que Cristina había sido derrotada. Pasando la película en cámara lenta, se advierte que ni María Eugenia Vidal ni ningún otro candidato bonaerense dijo “ganamos” arriba del escenario al cierre de la jornada electoral.  “Yo sé que a lo mejor vivís en un barrio donde las obras no llegaron a tu calle o simplemente tuviste un año duro, pero vamos a seguir caminando, escuchándote”, prometió la gobernadora en tono triunfalista y sin abandonar el uso de la segunda persona. Mauricio Macri no le escatimó protagonismo, incluso cuando la verdadera topadora de las PASO fue la explosiva Elisa Carrió, la bomba de tiempo que se compró el PRO.

Con los datos del tercer cordón cajoneados, Macri también pudo tener su festejo sin sombras. Se dio el gusto de continuar atacando a CFK y a sus votantes, al tiempo que comentaba que está harto de la confrontación que él mismo fogonea. “Sería bueno escuchar una agenda a futuro por parte del sector que ella representa. No creemos que esta confrontación permanente ayude en nada”, afirmó el presidente e invitó a los opositores a que “se permitan pensar por un instante que por ahí están equivocados”. Finalmente, confesó: “No puede ser que todo lo que propongamos crean que está mal. Muchas veces me frustro”.

En ese marco, el objetivo: instalar “la sensación de” haber ganado ampliamente se logró. Y de paso también se evitó esa tapa tan temida, la de Cristina Fernández ganadora y la de María Eugenia Vidal como la gran perdedora de la jornada. No se puede negar que la sincronización a la hora de montar escenarios político/mediáticos es el fuerte de Cambiemos. Lo cierto es que, a la luz de los resultados, la gobernadora, quien se cargó al hombro la campaña,  quedó bastante mal parada, ya que más de seis bonaerenses votaron a un opositor en el distrito que ella gobierna, el más populoso del país. Ese resultado, el real, con Cristina ganadora o empatando obliga a reconsiderar el liderazgo de la ex presidenta quien, sin recursos económicos y sin el aparato pejotista, conserva un piso inamovible.

Una vez que se apagaron las luces y en el búnker de Cambiemos en Costa Salguero no quedaron ni los globos, un nuevo resultado comenzó a insinuarse. Alrededor de la una de la mañana comenzaron a llegar el Correo los telegramas de La Matanza con una diferencia abrumadora a favor de Cristina. Pero a medida que se fue achicando la distancia entre Unidad Ciudadana y Cambiemos los telegramas comenzaron a llegar cada veinte minutos. Ya eran casi las 2.30 am. A eso de las 3, plena madrugada, el sistema ya no funcionaba y le ordenan a unos 80 empleados a retirarse. Media hora más tarde les dicen lo mismo a otros y poco antes de las 4 am ya no quedaba casi nadie.

Cuando Cristina ya había acortado la diferencias con Esteban Bullrich, “a las cuatro de la mañana nos dijeron que nos vayamos, que no nos necesitaban más”, aseguró en diálogo con Radio Cooperativa Federico Lemos, uno de los empleados del Correo encargado de registrar datos del escrutinio. A esa hora, CFK aseguraba haber ganado la elección en la provincia de Buenos Aires por escaso margen. “Hemos ganado”, afirmó a las 4 am CFK en el búnker de Unidad Ciudadana, pidió disculpas por el “bochorno” del escrutinio a cuentagotas y lo calificó de “papelón internacional”.

Al mismo tiempo, el secretario de Asuntos Políticos, Adrián Pérez, descartaba problemas en la carga de datos y anunciaba que al ser “una elección muy pareja”, el resultado “lo definirá la justicia en el escrutinio definitivo”. El conteo, sugestivamente, se detuvo cuando los contendientes quedaron cabeza a cabeza, con una leve supremacía a favor de Cambiemos que dejó la puerta abierta a la duda sobre el resultado final y en estado de latencia el titular que se quiere evitar, el del triunfo de CFK.


“Hoy se va a conocer hasta donde se cargue, que yo calculo que será del 95 por ciento. El resto irá al escrutinio definitivo efectuado por la Justicia en las 48 horas” posteriores al cierre del comicio, indicó Pérez. Cristina, en cambio, fue el nudo al denunciar que “esto que vivimos hoy fue montar un show para salir en prime time. Es una ofensa a la democracia”.

Volviendo a las sensaciones, mientras más demore el resultado, más incertidumbre habrá entre los electores que presenciaron cómo se dosificaron los datos y cómo se interrumpió el escrutinio cuando uno de los contrincantes estaba contra las cuerdas. Ante este panorama, es probable que Cambiemos cuestione el conteo manual y vuelva a la carga con el voto electrónico, cuando la pregunta es qué pasó con el 5% de los votos que falta contar en la provincia de Buenos Aires. También, es probable que el aparato político/mediático ya tenga lista o en elaboración una tapa que tape el resultado final de las PASO.