Robert Allen Zimmerman nació el 24 de mayo de 1941 en Duluth, Minnesota. Su música y sus letras marcaron épocas y se ensamblaron con todo tipo de historias. La que sigue es una de ellas.

Invierno de 1965, Washington D.C. La noche cae nevada pero nada de eso parece ser cierto en esa habitación del hotel Roger Smith, de avenida Pennsylvania y la calle 18. Nada de eso le parece cierto al pibe de 24 años que garabatea una letra sobre las hojas de carta que gentilmente ofrece el hotel a sus huéspedes. La habitación está casi a oscuras y no hace falta otra luz que la que ilumina, tenue, esas hojas sobre las que las palabras, esas letras manuscritas, avanzan y retroceden, con dificultad. El pibe que intenta escribir se llama Robert Allen Zimmerman y, aunque se sabe destinado por su segundo nombre – cuyo origen en el deseo de sus padres desconoce pero que él ha resignificado Ginsberg -, todavía no sabe que, con otro nombre que ha elegido en honor a otro poeta, se imprimirá a fuego en la historia. Y en un momento escribe, esa noche, esa primera vez: How does it feel/ To be on your own / with not direction home/ Like a complete unknown/ Like a rolling stone? Un rato después, remarcará un verso, para que se repita en esa canción que cantará como un aullido: How does it feel?

Otoño (con frío de invierno) de 1977, La Plata. Hace un frío y un miedo de cagarse esa noche, a la intemperie. El frío y el miedo lo calan hasta los huesos al pibe de 21 años que después de vagar horas a contramano por las calles de una ciudad que ya no es suya encontró refugio en el intersticio que dejan el banco de cemento y la pared del fondo de una parada de colectivos a metros de la Facultad de Medicina. El pibe – que en sus sueños ha querido ser poeta, revolucionario, antropólogo y escritor – sabe que ya no le queda nada. Se le ha caído la última casa segura y ya no tiene contacto con los pocos compañeros que (quizás) le queden. Sólo tiene una 11.25 en la cintura (entre el culo y la espalda) con apenas cinco balas. Decide que, llegado el caso, sólo disparará cuatro contra los otros. Y en medio de todo eso se acuna masticando para adentro un verso que lo interroga: How does it feel?

Junio de 2014. El manuscrito de Like a rolling stone, de Bob Dylan (aquel pibe de 24 años), se vendió por 1.400.000 euros en una subasta de Sotheby’s. Para el otro pibe, que sobrevivió a esa noche, esa canción no tiene precio.