Se acabó lo que se daba
De pronto, los mundos que parecían felices se desmoronan. En este cuento un chico entre el asombro y la resignación, mientras aprende a comprender que su vida no es una isla, que lo que sucede a su alrededor lo toca demasiado de cerca. Me caí de la bici. Me raspé la pierna cuando rodé por la vereda. Muy vistosas las lajas esas pero cuando te caes son una porquería. Le puede pasar a cualquiera, ya sé, pero papá no lo entiende así. Me duele la rodilla todavía. Llegué a casa rengueando, pero no me dijo nada, ni me miró....
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