No todo es rebeldía en la vida del fiscal. Hubo que insistir pero finalmente se decidió a decir sus verdades. Un hombre sencillo y tierno que, a diferencia de sus acusados, no se arrepiente de nada.

El fiscal que tiene en vilo al país y a Morales Solá nos recibió en lo que parece ser su casa en un semipiso en la Recoleta. Un ambiente amplio, con el piso oculto por una montaña de expedientes y las paredes cubiertas de fotos de la ex presidenta en poses no siempre decentes. Un poster del Papa Francisco con la leyenda: “Arrepiéntete y evita el castigo del Señor”. Se para ante él y se sonríe. No quiere fotos y cuando intento grabarlo me retiene la mano. “Mi vida es un quilombo de grabaciones, basta de eso”. Igual me las arreglo para dejar prendido el celular en un bolsillo del jean.

 -¿Qué se siente ser declarado en rebeldía?

-Es un orgullo, como una medalla. ¿Quiénes cambian la historia? ¿Los obedientes, los que a la primera cita salen corriendo a presentarse? ¿San Martín no se rebeló ante los españoles y liberó América? ¿Maradona no se rebeló contra el árbitro y le hizo el gol con la mano a los ingleses? Este es un mundo de ovejas, pero yo no soy parte del rebaño. Alejo, hacé lo que quieras de acá no pienso moverme, mi Uber está programado para llegar  solo  hasta Comodoro Py. Aparte no soy rebelde sin causa, ni rebelde con causa. Soy rebelde para que no haya causa. (Se ríe un rato largo, trato de sonreír para no dejarlo solo, pero el fiscal está en su mundo).

-Hábleme de D’Alessio

-No me puedo enojar con Marcelo que es un ser de luz. Espero que él me perdone que lo haya tratado de enfermo, y estoy seguro que lo va a hacer porque es el espía más buena onda que conocí en mi vida. Porque como fiscal uno se cruza con cada ejemplar. (me habla de Stiusso pero aclara que es off the record, “es de Ríver”, me dice). Pero Marcelo es distinto. Como si fuera de la familia. Me hizo conocer tanta gente y nunca aceptaba que le pagara un café.

-¿Cómo está su relación con el juez Bonadio?

-No voy a hablar de mi vida privada.

Digo, en términos procesales

-Estamos en el proceso de conocernos y no voy a decir nada más.

-¿Es verdad que es amigo de Di Zeo?

-Cómo es la gente, cuanto prejuicio. ¿Viste (de pronto me tutea) que tenés amigos para hablar de una cosa y otros para hablar de otras? Con Rafa compartimos la pasión por el rock nacional. Es fan del Flaco. Una de sus grandes frustraciones es no haber encontrado cómo hacer que la barra haga un cantito con Muchacha, ojos de papel. No pudo pasar del “No corras más, gallina”.

-Extraña estar en los medios…

-La verdad que sí. Me alivia un poco que me visiten Joaquín y Luisito. Jugamos a la entrevista. No es lo mismo pero ayuda a que duela menos esta ausencia.

-¿Y ahora cómo sigue?

-A Alejo lo voy a seguir teniendo bien lejos (se ríe). Como a vos.

Me estrecha la mano, se limpia la suya en el pantalón  y cierra la puerta.

¿Querés recibir las novedades semanales de Socompa?