El presidente de Rusia, Vladimir Putin pronunció está madrugada explicando el carácter de la “operación militar especial” en Ucrania. Aquí lo reproducimos completo.

Para Estados Unidos y sus aliados, esta es la llamada política de contención de Rusia, de evidentes dividendos geopolíticos. Y para nuestro país esto es en última instancia una cuestión de vida o muerte, una cuestión de nuestro futuro histórico como pueblo. Y esto no es una exageración, es cierto. Esta es una amenaza real no solo para nuestros intereses, sino también para la existencia misma de nuestro Estado, para su soberanía. Esta es la línea roja de la que se ha hablado muchas veces. La han cruzado.

En este sentido, sobre la situación en el Donbás, vemos que las fuerzas que perpetraron un golpe de Estado en Ucrania en 2014 tomaron el poder y lo mantienen con la ayuda de procedimientos electorales decorativos, renunciaron finalmente a la solución pacífica del conflicto. Durante ocho años, interminablemente largos ocho años, hemos hecho todo lo posible para resolver la situación por medios pacíficos y políticos. Todo ha sido en vano.

Como dije en mi mensaje anterior, no se puede mirar lo que está pasando allí sin compasión. Era simplemente imposible soportar todo esto. Era necesario detener de inmediato esta pesadilla: el genocidio contra los millones de personas que viven allí, que solo confían en Rusia, que cifran sus esperanzas solo en nosotros. Estas aspiraciones, sentimientos, el dolor de la gente fueron para nosotros el motivo principal para tomar la decisión de reconocer las repúblicas populares del Donbás.

Creo que es importante enfatizar más. Los principales países de la OTAN, para lograr sus propios objetivos, apoyan en todo a los nacionalistas extremistas y neonazis en Ucrania, quienes, a su vez, nunca perdonarán a los residentes de Crimea y Sebastopol por su libre elección: la reunificación con Rusia.

Ellos, por supuesto, irán contra Crimea, al igual que en el Donbás, con una guerra, para matar, como las bandas de nacionalistas ucranianos, cómplices de Hitler, mataron a personas indefensas durante la Gran Guerra Patria. Declaran abiertamente que reclaman una serie de otros territorios rusos.

Todo el curso de los acontecimientos y el análisis de la información muestran que el choque de Rusia con estas fuerzas es inevitable. Es solo cuestión de tiempo: se están preparando, están esperando el momento adecuado. Ahora también aspiran a poseer armas nucleares. No lo permitiremos.

Como dije antes, después del colapso de la URSS, Rusia aceptó las nuevas realidades geopolíticas. Respetamos y seguiremos tratando con respeto a todos los países surgidos en el espacio postsoviético. Respetamos y seguiremos respetando su soberanía, y un ejemplo de ello es la asistencia que brindamos a Kazajistán, que enfrentó eventos trágicos que desafiaban a su condición de Estado e integridad. Pero Rusia no puede sentirse segura, desarrollarse, existir con una amenaza constante que emana del territorio de la Ucrania moderna.

Permítanme recordarles que en 2000-2005 rechazamos militarmente a los terroristas en el Cáucaso, defendimos la integridad de nuestro Estado, salvamos a Rusia. En 2014, apoyamos a los residentes de Crimea y Sebastopol. En 2015, las Fuerzas Armadas pusieron una barrera fiable a la penetración de terroristas de Siria en Rusia. No teníamos otra forma de protegernos.

Lo mismo está sucediendo ahora. No nos han dejado ninguna otra oportunidad para proteger a Rusia, a nuestra gente, excepto la que nos veremos obligados a usar hoy. Las circunstancias nos obligan a tomar medidas decisivas e inmediatas. Las repúblicas populares del Donbás dirigieron a Rusia una solicitud de ayuda.

En relación con ello, de conformidad con el Artículo 51 de la Parte 7 de la Carta de la ONU, con la sanción del Consejo de la Federación de Rusia y en cumplimiento de los tratados de amistad y asistencia mutua ratificados por la Asamblea Federal el 22 de febrero de este año con la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, he decidido llevar a cabo una operación militar especial.

Su objetivo es proteger a las personas que han sido objeto de intimidación y genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años. Y para ello lucharemos por la desmilitarización y desnazificación de Ucrania, así como por llevar ante la justicia a quienes cometieron numerosos y sangrientos crímenes contra civiles, incluidos ciudadanos de la Federación Rusa.

Nuestros planes no incluyen la ocupación de territorios ucranianos. No vamos a imponer nada a nadie por la fuerza. Al mismo tiempo, oímos que recientemente en Occidente se pronuncian cada vez más palabras acerca de que los documentos firmados por el régimen totalitario soviético que consolidan los resultados de la Segunda Guerra Mundial ya no deberían cumplirse. Bueno, ¿cuál es la respuesta a esto?

Los resultados de la Segunda Guerra Mundial, así como los sacrificios realizados por nuestro pueblo en aras de la victoria sobre el nazismo, son sagrados. Pero esto no se contradice con los elevados valores de los derechos humanos y las libertades, basados ​​en las realidades que se crearon hoy durante las décadas de la posguerra. Tampoco anula el derecho de las naciones a la autodeterminación, consagrado en el Artículo 1 de la Carta de la ONU.

Permítanme recordarles que ni durante la creación de la URSS, ni después de la Segunda Guerra Mundial, a las personas que viven en ciertos territorios que forman parte de la Ucrania moderna, nadie preguntó cómo quieren organizar sus vidas. Nuestra política se basa en la libertad, la libertad de elección de todos para determinar de forma independiente su propio futuro y el futuro de sus hijos. Y consideramos importante que este derecho, el derecho a elegir, pueda ser utilizado por todos los pueblos que viven en el territorio de la actual Ucrania, por cualquiera que lo desee.

En este sentido, hago un llamamiento a los ciudadanos de Ucrania. En 2014, Rusia se vio obligada a proteger a los habitantes de Crimea y Sebastopol de aquellos a quienes usted mismo llama “nazis”. Los residentes de Crimea y Sebastopol eligieron estar con su patria histórica, con Rusia, y lo apoyamos. Repito, simplemente no podíamos hacer otra cosa.

Los acontecimientos de hoy no están relacionados con el deseo de dañar los intereses de Ucrania y del pueblo ucraniano. Tienen que ver con la protección de la propia Rusia de aquellos que tomaron a Ucrania como rehén y tratan de usarla contra nuestro país y su gente.

Reitero, nuestras acciones son en defensa propia contra las amenazas que se nos están creando y en prevención de un desastre aún mayor que el que está ocurriendo hoy. Por difícil que sea, les pido que comprendan esto y llamo a la cooperación para pasar cuanto antes esta trágica página y avanzar juntos, para no permitir que nadie se inmiscuya en nuestros asuntos, en nuestras relaciones, para construirlas por nuestra cuenta, de modo que cree las condiciones necesarias para superar todos los problemas y, pese a la existencia de fronteras estatales, nos fortalezca desde adentro como un todo. Yo creo en esto, en que este es nuestro futuro.

También debo hacer un llamamiento a los miembros de las fuerzas armadas de Ucrania.

¡Queridos camaradas! Sus padres, abuelos, bisabuelos no lucharon contra los nazis ni defendieron nuestra patria común para que los neonazis de hoy tomaran el poder en Ucrania. Habéis jurado de lealtad al pueblo ucraniano, y no a la junta antipopular que está saqueando a Ucrania y, con ello, burlándose de su pueblo.

No obedezcáis sus órdenes criminales. Os insto a deponer de inmediato las armas inmediatamente e irse a casa. Me explico: todos los militares de ejército ucraniano que cumplan con esta exigencia podrán abandonar libremente la zona de combate y regresar con sus familias.

Una vez más, enfatizo con insistencia: toda la responsabilidad por un posible derramamiento de sangre recaerá enteramente en la conciencia del régimen que gobierna en el territorio de Ucrania.

Ahora algunas palabras importantes, muy importantes para aquellos que puedan verse tentados a intervenir en los acontecimientos en curso. Quien intente ponernos obstáculo, y más aún crear amenazas para nuestro país, para nuestro pueblo, debe saber que la respuesta de Rusia será inmediata y acarreará consecuencias que nunca han experimentado en su historia. Estamos listos para cualquier desarrollo de los acontecimientos. Se han adoptado todas las decisiones necesarias al respecto. Espero que me escuchen.

Queridos ciudadanos de Rusia, el bienestar, la existencia misma de Estados y pueblos enteros, su éxito y viabilidad siempre tienen su origen en el poderoso sistema de raíces de su cultura y valores, experiencia y tradiciones de sus antepasados ​​y, por supuesto, dependen directamente de la capacidad de adaptarse rápidamente a una vida en constante cambio, en la cohesión de la sociedad, en su disposición a consolidarse, a reunir todas las fuerzas para avanzar.

Siempre se necesitan fuerzas, siempre, pero la fuerza puede ser de diferente calidad. En el corazón de la política del “imperio de la mentira”, del que hablé al comienzo de mi mensaje, se encuentra principalmente la fuerza bruta y directa. En tales casos, decimos: “Si hay fuerza para qué usar la inteligencia”.

Pero nosotros sabemos que la verdadera fuerza está en la justicia y la verdad, que está de nuestro lado. Y si esto es así, entonces es difícil no estar de acuerdo con el hecho de que la fuerza y ​​​​la disposición para luchar son la base de la independencia y la soberanía, son la base necesaria sobre la cual uno puede edificar de manera confiable su futuro, construir su hogar, su familia, su patria.

¡Queridos compatriotas!

Estoy seguro de que los soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas rusa, leales a su país, cumplirán su deber con profesionalidad y valentía. No tengo ninguna duda de que todos los niveles de gobierno, los especialistas responsables de la estabilidad de nuestra economía, el sistema financiero, la esfera social, los jefes de nuestras empresas y todos los negocios rusos actuarán de manera coordinada y eficiente. Cuento con una posición patriótica consolidada de todos los partidos parlamentarios y fuerzas sociales.

En última instancia, como siempre ha sido en la historia, el destino de Rusia está en las manos confiables de nuestro pueblo multinacional. Y esto significa que las decisiones tomadas se implementarán, que los objetivos establecidos se lograrán y que la seguridad de nuestra Patria está confiablemente garantizada.

Creo en vuestro apoyo, en esa fuerza invencible que nos da nuestro amor a la Patria.

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