Macri anunciará lo que se supone una buena noticia: un paquete millonario de crédito para jubilados, pensionados y perceptores de la AUH. Lo que no pone el círculo rojo buscará que lo pongan los que menos tienen. Aunque signifique seguir endeudándolos.Durante los últimos dos años, al compás de la malaria económica y de la pérdida de poder adquisitivo de enormes sectores de la población, la Anses entregó unos 6 millones 300 mil créditos por un total de 120 mil millones de pesos. Algo así como el 4 por ciento del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Según los datos oficiales, en diciembre último, unos 3 millones de adultos mayores y madres jóvenes registraban deudas con el organismo. En su inmensa mayoría perceptores de la Pensión Universal por Adulto Mayor (PUAM) y de la Asignación Universal por Hijo (AUH), además de jubilados que cobran haberes cercanos a la mínima.

El desastre económico de la segunda mitad de 2018 disparó ese endeudamiento. Es lógico. Se trata de personas que tienen vedado el crédito bancario. Solo en el primer trimestre de este año, el organismo otorgó unos 600 mil nuevos créditos, muchos de los cuales tienen plazos de 12 meses y todavía no fueron cancelados. Sobre ese escenario de fondo, el gobierno propiciará que lo que menos tienen se endeuden aún más. En la urgencia por mostrar algún número en verde, intentará que jubilados, pensionados y quienes perciben la AUH carguen con el costo de mover algunos decimales el amperímetro de una economía en plena recesión. El capitalismo, según Cambiemos: los que menos tienen más ponen.

Al igual que en 2017, el calendario crediticio irá pari passu con el calendario electoral. En los despachos oficiales se ilusionan con que, adicionalmente, la movida arrimará algún voto despistado en las elecciones de octubre. Perversidad por partida doble.

Tras provocar un feroz endeudamiento público, que orilla los 7 mil 500 dólares por argentino, y de multiplicar la cantidad de pobres y desocupados, Macri agregará al actual e inútil sufrimiento productivo y social más sufrimiento. Lo dicho: lo pagarán los más humildes. La gracia oficial permitirá que lo paguen en largas cuotas. Eso sí, lo harán a tasas usurarias del orden del 50 por ciento anual movidos por la necesidad de adquirir lo básico, pagar lo impostergable o enfrentar lo imprevisto.

Por este carril, Dujovne procurará inyectar unos 15 mil millones de pesos mensuales que se volcarían al consumo masivo. El gobierno querrá presentarlo como un beneficio. ¿El argumento? Que se trata de individuos que no califican para el mercado financiero y que si lo hacen deberían pagar tasas cercanas al 150 por ciento anual. La que les exigen los bancos, que ya concretan enormes ganancias por el diferencial entre lo que cobran del BCRA por las Leliq y lo que pagan a los ahorristas por los plazos fijos que capturan.

Solo algunos datos más. Hacia fines de 2018, casi cinco de cada diez beneficiarios de la PUAM estaban endeudados con la Anses por un total de 1.400 millones de pesos. Unas 49 mil personas que tomaron créditos entre junio de 2017 y diciembre del año pasado. La suma representa un 80 por ciento más que lo que cobran mensualmente los 110 mil perceptores de la PUAM, según un estudio del Centro de Economía Política Argentina (Cepa).

Va de suyo que son créditos que registran una altísima tasa de recupero. La morosidad es casi nula. Las cuotas se descuentan de los haberes. Para multiplicar el efecto de la medida con la que el gobierno intentará darle un algo de oxígeno a la demanda, la Anses duplicará el monto prestable a los jubilados, que pasaría de 80 a 160 mil pesos. Lo mismo con los pensionados. En el caso de un jubilado, para acceder deberá percibir un haber superior al mínimo, o sumar una pensión por viudez. Si ya tiene deuda, no importa. Habrá posibilidad de refinanciar lo que se debe.

En el gobierno se entusiasman. La razón es sencilla. La fórmula de ajuste previsional estipula cuatro aumentos anuales que alcanzan al salario familiar, a las pensiones no contributivas y a la AUH. Con estos incrementos, los beneficiarios teóricos de los créditos tendrán más espacio para seguir tomando deuda. Tampoco será un problema la edad. Podrán acceder quienes tengan hasta 90 años.

El esquema, en definitiva, es la extensión del programa Créditos Argenta, que inició el kirchnerismo apuntando a los hogares que carecen de capacidad de ahorro y vuelcan la totalidad de los créditos a consumos orientados a satisfacer necesidades muy básicas. Para ir tirando, que le dicen. En el caso de la PUAM, actualmente se puede acceder a un crédito de entre 5 y 35 mil pesos, con una posibilidad de financiación en 24 ó 36 cuotas. El Costo Financiero Total efectivo anual de esos créditos ronda el 50 por ciento y se incrementa al compás del aumento de la tasa de política monetaria; las famosas Letras de Liquidez (LELIQ).

En síntesis: el gobierno reeditará la receta de 2017 para estimular el consumo en la previa de las elecciones. Si lo consigue, hacia mediados de este año, algunos cálculos señalan que se habrán endeudado o habrán acrecentado sus deudas con la Anses seis de cada diez titulares de AUH, cuatro de cada diez beneficiarios de pensiones no contributivas y otros tantos beneficiarios de la PUAM. Otro logro de Cambiemos. Tras la reforma previsional que modificó a la baja las jubilaciones y la AUH, el Gobierno anunciará que la solución para los hogares pobres es seguir endeudándose. Aunque el respiro de hoy sea el agobio de mañana.

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