Una nueva nota de la serie de la investigadora Carola Ochoa sobre los rugbiers víctimas del terrorismo de Estado. Hoy recordamos a Guillermo Adilio Rodríguez, militante sanjuanino de la JP y UOCRA, rugbier de Águilas Doradas (hoy Caucete Rugby Club) de Caucete, San Juan. Fusilado por la Triple A el 12 de abril de 1975 en Campana, Buenos Aires.

Entre viñedos y el calor sanjuanino, Guillermo Adilio Rodríguez creció junto a sus padres, pertenecientes a la clase trabajadora. Su madre era enfermera oriunda de Bermejo. Se llamaba Estela Fernández. Su padre fue Don José Ignacio Rodriguez y se dedicaba a las labores rurales.

Guillermo aprendió el oficio de carpintero y se recibió de Maestro Mayor de Obras. Desde adolescente tuvo muchos amigos y sólo fue cuestión de tiempo que uno de ellos lo invitara a jugar al rugby. Ese amigo no era otro que Facundo “El Conejo” Luna, emblemático militante peronista sanjuanino, fallecido hace unos años.

Guillermo fue parte de una camada de los jóvenes rugbiers provenientes de familias trabajadoras de la década del 60 en una de las zonas más rurales de San Juan. Con sus amigos de toda la vida fue parte del mítico equipo de rugby “Las Aguilas Doradas” dándole muchas satisfacciones a Caucete en sus presentaciones deportivas a nivel provincial. El club habia sido creado a principios de 1961, en medio de un descampado rodeado de casas humildes de adobe con techos de caña y barro. El deporte lo fortaleció en lo físico pero principalmente en lo mental para no rendirse ante las batallas de la vida.

Su militancia y asesinato

Guillermo estaba casado con Ángela Castillo. Ángela tuvo una niñez muy dura, y cuando sus padres se separaron ella tuvo que salir a trabajar con sólo 8 años. Posteriormente seria adoptada por una familia de origen judío de apellido Lew. En ese contexto conoció a Guillermo.

Guillermo salía de jugar al rugby con sus compañeros de Águilas Doradas y pasaba a visitarla lleno de barro, de raspones y golpes. Se amaron profundamente.

Guillermo tenía 24 y ella 23 años, cuando emigraron de San Juan para radicarse en Buenos Aires.  Tenían tres chicos – José de 4 años, Eva de 1 año y 8 meses, y Facundo Martin, de solo 15 días – cuando el maestro mayor de obras que trabajaba en la construcción del puente Zárate Brazo Largo, para la empresa Techint, no regresó a casa. Su esposa notó la demora, pero no supo lo que había ocurrido hasta que lo escuchó por radio.

Guillermo fue fusilado por la Triple A en Campana el 12 de abril de 1975 y era militante de la Juventud Peronista y de la UOCRA.

Se habló de un convoy con cargamento de mercaderías que el grupo de militantes quiso detener para llevarlo a las poblaciones vulnerables de Campana, Zarate y Escobar. Ángela dejó a sus dos chicos mayores en manos de un vecino. Horas más tarde llegó la requisa policial al domicilio de la familia. Se llevaron a la mujer y a su bebé de 15 días, Martincito.  Les robaron todo lo que poseían.

Angela fue encapuchada, picaneada, torturada a pesar de que no era militante, por lo que la liberaron malherida. Ella les dijo a sus hijos que papá había fallecido en un accidente. Lo hizo para protegerlos y alejarlos de toda posibilidad de secuestros por parte de la patota peronista de ultraderecha.

Los Rodríguez viajaron a San Juan, a la casa de la abuela materna en el pueblo El Médano, situado en la localidad sanjuanina de Rawson. Allí los niños estudiaron y crecieron lejos de toda amenaza.

Muchos años después los hijos de Guillermo supieron la verdad.

La Masacre del Rio Luján

Nuestro rugbier de Águilas Doradas, Guillermo Rodríguez, Carlos Alberto Tuda, Carlos Fernando Lagrutta, Luis Bocco y Carlos Pablo Molinas fueron asesinados por fuerzas policiales en la madrugada del 12 de abril de 1975, en la Ciudad de Campana, sobre el paraje de Río Luján. Los cinco eran militantes peronistas, miembros de Montoneros.

Fueron encerrados y asesinados a quemarropa por una patota parapolicial, con la asistencia implícita de fuerzas militares.

Todos ellos se encontraban recuperando un convoy de alimentos y cereales que iban a ser distribuidos en las villas y barrios humildes de Campana, Zárate y Escobar, acompañando y apoyando el paro de Villa Constitución por los obreros detenidos y asesinados en la represión del 20 de marzo de ese año.

Estos hechos se llevaron a cabo como  repudio  a la represión generalizada y a la destitución del programa político del Peronismo y sentaron un claro precedente del terrorismo de estado que tendría lugar a partir del golpe de 1976, en el que miembros civiles de organizaciones, sindicatos y partidos políticos, por su condición de opositores civiles al régimen fueron fusilados, desaparecidos y asesinados a mansalva por miembros de las entonces fuerzas armadas y de seguridad, sin ninguna clase de garantías, enjuiciamiento civil u orden judicial.

La CNU y la Triple A volvían a ganar terreno a costa de fusilamientos y sangre joven derramada. A escasos meses del golpe cívico-militar de marzo de 1976 que daría lugar a la más sangrienta dictadura que vivió el país y con el terrorismo de estado que comenzaba a mostrar las uñas a través de la Triple A peronista, el hecho fue difundido a la sociedad como un “enfrentamiento” entre la policía y un grupo de “subversivos”, en ese entonces.

Los restos de Guillermo

El EAAF tenía la orden de exhumar los restos de Guillermo Rodríguez que se encontraban en el Cementerio de 9 de Julio, y determinar si éstos pertenecían a él y la causa de su muerte.“Los resultados de la exhumación han sido más que contundentes”, dijo José Rodríguez, hijo de Guillermo, y agregó: “Hay vestigios de herida de bala en uno de los brazos y dos impactos en la cara, uno de los sobrevivientes declaró que escuchó los disparos de gracia”.

El hijo mayor de Guillermo señaló que con los resultados se confirma lo dicho por su madre al día siguiente de la tragedia, “quien reconoce el cuerpo de mi padre y de los otros compañeros, ametrallados, algo que después relata en la Justicia”.

Guillermo Rodríguez fue sepultado en el Cementerio de Campana y después de varios años sus restos fueron trasladados a suelo sanjuanino para que descansara en la tierra que lo vio nacer, en su querido Caucete natal, allí donde con su pasión por la ovalada fue muy feliz.

Homenaje

Tuvo lugar en abril de 2019 el homenaje a Guillermo y a sus compañeros víctimas de la Masacre del Rio Luján. Organismos de Derechos Humanos realizaron un homenaje por la Masacre de Río Luján, a 44 años del hecho. Se recordó a Guillermo y a los demás compañeros.

El acto se realizó el sábado 20 de abril de 2019, en Ruta 4 (ingreso a Cardales) a 600 metros de Panamericana,

Estuvieron presentes organizaciones de Derechos Humanos, Sobrevivientes y ex detenidos, junto a sindicatos y organizaciones de Escobar, Capilla del Señor, Cardales, Campana, José C. Paz-San Miguel, Pilar y Zona Norte de la Provincia de Buenos Aires.

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