En medio de ensayos eternos y ajustes de última hora, “La diva del Buena Vista Social Club” o “La novia del feeling” hace una pausa para compartir su pasión por la música, sus recuerdos, las ganas de cantar siempre intactas.

Omara Portuondo nació el 29 de octubre de 1930 en La Habana, Cuba. Cantante de son y boleros, a sus 88 años mantiene intacta la potencia y la profundidad de su voz. Lleva la música en la sangre desde siempre; no es casualidad que hoy viva y sienta la música como lo hacía en la infancia de su casa, cuando compartía interpretaciones de Veinte años con sus padres.

Conocida como “La diva del Buena Vista Social Club” o “La novia del feeling”, el 19 de abril próximo la artista inicia “Omara es Cuba–El Último Beso Tour”, una gira que la llevará a presentarse en más de treinta escenarios de Estados Unidos, Holanda, Hungría, Singapur, Corea del Sur y Polonia. Dirá presente, también, en Canadá, España, Austria, Suiza, Rusia, Grecia, Francia, Reino Unido, Turquía, Bélgica y Finlandia.

Omara Portuondo comenzó su carrera junto a su hermana Haydée como bailarina en el Cabaré Tropicana de La Habana, en 1950. En 1953 se unió al Cuarteto Las d’ Aida, famoso grupo de cantantes cubanas, formado por Elena Burke, Moraima Secada y las hermanas Omara y Haydée Portuondo, y fundado y dirigido por la pianista Aida Diestro en 1952.

Con más de siete décadas de carrera, es una de las figuras más representativas del cancionero popular cubano. Su último material, Omara siempre, le valió dos nominaciones de los Premios Grammy. Antes recibió el Premio Nacional de Música (2006) y fue galardonada con un Latin Grammy al Mejor Álbum Tropical Contemporáneo en 2009, por su disco Gracias. Su discografía abarca más de treinta títulos y ha grabado con grandes artistas internacionales.

En su voz inconfundible están las notas de Adiós, Llanto de Luna, Noche Cubana, La Tierra del Son, Canción de un Festival, Veinte Años, Dos Gardenias, Lágrimas Negras, Es lo que me queda por vivir, Son de la Madrugada, Guitarra en Son Mayor, Drume Negrita, y tantas…

Son días de mucho trabajo para ella. Jornadas de ensayos eternos, grabaciones, videoclips, documentales. A pesar de ello, esta mujer de manos fuertes, tan elocuentes como su rostro, hace una pausa y cuenta cómo se encuentra hoy, a pasos de comenzar su última gran aventura por los escenarios del mundo.

-Omara, ¿cómo supo que quería dedicar su vida al arte?

-Lo supe desde muy chiquita. En mi casa se escuchaba mucha música y desde muy pronto el arte estaba en mi sangre. Con muy pocos años ya seguía a María Teresa Vera, Benny More, al Trío Matamoros, Sindo Garay, Aretha Franklin, Edith Piaf, y a Ella Fitzgerald, entre otros.

-Además de la música sonando alrededor, ¿qué recuerdos tiene de su infancia?

-Tengo los mejores recuerdos de mi infancia, del cariño de mi familia y de mi hermana. Aún hoy siento que Haydée sigue siendo una niña, una jovencita de quince años. Es lo bello de la vida… Los recuerdos me los llevo a todos lados, están en mi corazón, ¡aunque sigo siendo una niña de espíritu muy alegre!

-¿Influyó la historia de amor de sus padres en el contenido social y comprometido de su arte?

-Inevitablemente la realidad de mis padres estuvo presente en nuestra realidad como familia. Mi madre era una mujer de herencia española nacida en La Habana. Mi padre era de Santiago, hijo de un militar español y una esclava. El de mis padres fue un amor imposible, pero ganó su lucha y sobrevivió el amor. No hay ninguna duda de que aquello forma parte de mi existencia.

-¿Qué es lo más grato y qué lo más duro que le tocó vivir con la música?

-Creo que hacer lo que uno ama es lo más gratificante del mundo; la posibilidad de despertarse cada día y poder interpretar temas de diferentes autores y compositores que llenan el alma. En todos estos años de carrera he podido disfrutar de tantas cosas… Disfrutar de la belleza de una sonrisa, de un abrazo, de un reencuentro, de conocer a tantos músicos y artistas, muchos de los cuales hoy son mi familia, la gran familia musical que llevo en el corazón. Por otro lado, lo más duro y lo más difícil está y estuvo ligado a estar lejos de la familia cuando tocan largas giras de conciertos.

-¿Qué significa para usted que, después de tantos años, la sigan llamando “La Diva del Buena Vista Social Club” y “La Novia del Feeling”?

-La verdad es que me siento muy halagada, a la vez que supone mucha responsabilidad. Me hace muy feliz… ¡Creo que soy la novia más larga de la historia! Bromas aparte, para mí es un honor, porque muchas veces nos dicen que somos los embajadores musicales de Cuba y eso se lleva con mucho orgullo y respeto porque se trata de mi cultura y mi país.

-Sobre el Cuarteto dAida, ¿cuánto la acompaña la complicidad de “las amigas” en su camino?

-Es una época a la que le tengo un cariño muy grande; cada momento de mi carrera lo llevo en lo más profundo de mi corazón. Compartir escenario con amigos es un regalo de la vida, y ese fue el caso de las D’ Aida.

-Si tuviera que elegir una canción, propia, ajena, de cualquier época, ¿cuál sería esa canción?

Veinte años… Me la enseñaron a cantar mis padres y me trae recuerdos muy agradables… La interpreté una infinidad de veces y aun así cantarla me sigue emocionando mucho. Creo que la emoción pasa por los recuerdos personales que me trae; además de lo que me genera su bella melodía. Otra canción, La era está pariendo un corazón, de Silvio Rodríguez, un gran amigo.

-¿Y una canción suya, por la que sienta un amor especial?

Duerme tu Ariel, una canción de nana que canté en alemán en el Festival de Música de Dresden en el año ’70. También la interpreté en castellano en otros festivales. Nunca la grabé en estudio por lo que no hay archivo de esta canción. Mi hijo (Ariel) se la sabe de memoria.

-¿Cómo se renuevan las ganas de cantar con el paso de los años?

-La respuesta reside en hacer lo que uno ama. Además, uno siempre puede dar una relectura a las canciones, interpretarlas de modos diferentes, explorar emociones nuevas… Sentir el calor del público también renueva las ganas de cantar. Y aunque parezca mentira, ¡aún hoy siento nervios antes de salir a los escenarios! Realmente, la música y mi familia son el motor de mi vida. Quiero dejar claro que “Omara es Cuba–El Último Beso Tour” no es una despedida, pero sí un último beso a una gran gira mundial. Seguiré activa porque es lo que mi corazón me pide.

-¿Qué recuerda de los tiempos de la Revolución Cubana? ¿Influyó en sus interpretaciones?

-En el ’59 estábamos de gira por Estados Unidos con el Cuarteto d’ Aida. Un mes después de la Revolución, decidimos por nuestra voluntad regresar a Cuba. La Revolución me empujó a seguir siendo como soy y a seguir cantando como lo hago. Mi forma de interpretar la han marcado los movimientos del feeling, que fundaron José Antonio Méndez, César Portillo de la Luz, y la nueva trova.

-¿Se encontró alguna vez con Fidel Castro? ¿Lo oyó cantar?

-He visto a Fidel en muchas ocasiones; tuve la oportunidad de verlo más de una vez en los primeros años de la Revolución. Los encuentros fueron muy cariñosos, pero nunca me cantó, alguna vez le pasé el micrófono para cantar una estrofa pero no era una persona que cantara. Fue una persona siempre muy preocupada por los artistas y la cultura cubana.

-¿Cómo ve la lucha de las mujeres en distintos países del mundo?

-Hace tiempo fui invitada a formar parte de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), donde buscamos romper con el machismo contra la mujer, darle trabajo e incorporarla a la sociedad. Tuve una colaboración en muchos aspectos a través del Ministerio de Cultura. También apoyé a Angela Davis en Cuba (activista política norteamericana) a través del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP); la apoyé mucho por la liberación de los afroamericanos en Estados Unidos. Hay que promover siempre la lucha de las mujeres y los niños. Me refiero a la liberación de la mujer en todos los sentidos, algo que he vivido en mi propia piel.

-Omara, dos últimas, ¿qué es la música para usted?

-Todo. La música es todo: alegría, emoción, sentimientos. Con ella nos comunicamos, sentimos y vivimos. ¿Quién no ha llorado, sonreído, abrazado y bailado al compás de un ritmo? La música está en el alma del ser humano.

¿Quién es Omara Portuondo?

-Es más fácil cuando te describen los demás, pero diría que Omara Portuondo es una mujer sencilla a la que le gusta la sencillez, la familia y la música.

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