Esta semana se cumplieron 50 años de la salida de “All thing must past”, el disco triple que consagró a a George Harrison como solista. Aprovechando la ocasión, recuperamos la llamada “entrevista perdida con George Harrison”, realizada en 1991 por el periodista Vic Garbarini.

Corría 1991 el periodista Vic Garbarini había intentado por más de diez años entrevistar al único miembro de Los Beatles que le faltaba: George Harrison La oportunidad llegó cuando el ex Beatle estaba haciendo la promoción de su disco “George Harrison Live in Japan”, grabado durante su gira aquel año con Eric Clapton.

Aunque pequeños fragmentos de la charla tuvieron tiempo de aparecer publicados, el famoso terremoto que sacudió Los Ángeles en 1994 convirtió el departamento de Garbarini en un caos y extravió la preciada cinta.

Cuenta el periodista: “A comienzos del año 2001 y coincidiendo con la salida del último libro dedicado a Los Beatles, Antología, la grabación de aquella conversación llegó misteriosamente a caer en mis manos”.

La charla completa fue traducida por la edición hispana de la revista Guitarra Total en marzo del 2001, al tiempo que se publicaba la reedición del disco clásico de George Harrison de 1971, “Todas las cosas deben morir”.

Con la muerte de Harrison, la lectura de aquella entrevista resulta reveladora, como relata Garbarini: “George se explayó en forma natural y hasta con cierto punto de candidez sobre los sentimientos acerca de sus tres compañeros músicos en Los Beatles y del estrellato. Se mostró ingenioso y con una mirada llena de frescura. Su ánimo no varió al tocar temas delicados o dolorosos. A cada situación negativa le tocaba el lado positivo y de aprendizaje”.

Reproducimos aquí algunas de las preguntas de Garbarini hechas a Harrison y sus respuestas:

 -Fuiste a estudiar con Ravi Shankar música tradicional india Al volver, tu estilo era mucho más “elástico”, pero sin perder precisión…

-Por supuesto, porque todo lo que oyes te influye y acaba resurgiendo en tu música en un momento u otro. Creo que la música hindú influyó en mi forma de poner los puntos de inflexión Y algunas de las cosas que toco tienen una sonoridad parecida a la de la música india.

-¿Cuando volviste de la India copiaste intencionalmente algunas de las técnicas aprendidas durante el viaje?

-Cuando volví estábamos preparando Sargent Pepers y no me enteraba de nada porque me hallaba inmerso en mi propio mundo. Así que no me senté a aplicar ningún estilo en particular a las canciones del disco; pero si escuchas “Lucy en el Cielo de Diamantes” verás que la guitarra dobla la parte vocal de John, lo cual es una técnica que se usa mucho en la música del Indostán.

 -A ese respecto, Paul me dijo que intentaste hacer algo parecido en “Hey Jude” y no te dejó.

-Bueno, eso ya no importa. No recuerdo lo que pasó con esa canción en concreto, pero el caso es que se ha dicho tanto sobre nuestros desacuerdos y hace tanto tiempo de aquello, que ya no creo que tenga demasiada importancia.

-En los momentos difíciles, ¿Paul intentaba que la banda se mantuviera unida, o le preocupaba que todo estuviera bajo su control?

-Bueno, Paul tenía un lado de dictador, pero muchas veces era en beneficio de la canción. El arreglador George Martin también lo era a veces; pero se han disculpado por eso muchas veces a lo largo de los años.

-Sin embargo, la cosa llegó a importunarte tanto al grado que dejaste al grupo durante un tiempo mientras grababas “Déjalo Ser”, ¿verdad?

-En aquel momento, Paul había perdido la capacidad de ver más allá de su propio ego. Estaba en una racha creativa formidable, pero que sólo le permitía verse a él. En su mente, todo lo que había a su alrededor estaba allí para acompañarle en su triunfo. No le importaba herir los egos o los sentimientos ajenos. Dicho esto, cuando llegaba el momento de prestarle atención a una canción mía, si llegaba ese momento, Paul se mostraba muy entregado y creativo en sus aportaciones. La excelente parte de piano de “Guitarra vas a llorar” es suya y cuando la toco en vivo le pido al pianista que la reproduzca nota por nota. Si escuchas el bajo de “Algo”, uno ve lo que es capaz de dar Paul a una canción.

 -¿Cuán difícil es meter alguna canció en una obra repleta de temas compuestos por los dos mejores compositores en la historia del rock?

-Sinceramente, de no haber sido por John y por Paul, yo jamás hubiera pensado en componer. Al menos, no hasta mucho tiempo después. Ellos no paraban de escribir temas de gran calidad en su gran mayoría, y yo pensé: “Si ellos pueden, yo tendré que intentarlo”. Pero tienes razón, no era fácil en esos días lograr grandes cuotas de entusiasmo por mis temas. Estábamos grabando y siempre era lo mismo: Lennon/McCartney, Lennon/McCartney. Y yo decía: “¿Podríamos ahora hacer alguna de las mías? Cuando grabamos por primera vez “Guitarra vas a llorar”, al principio sólo era yo con la guitarra acústica y la voz, versión que a nadie le interesó. Bueno, tal vez a Ringo un poco, pero a nadie más. Aquella noche, al llegar a mi casa, estaba frustrado, pues no se trataba de un mal tema después de todo. Al día siguiente, coincidió que volví a Londres con Clapton en el coche y de pronto le dije: “¿Por qué no vienes a tocar mi tema en el estudio?”. Se negó, pensando que podía molestar a los demás.

-¿Estaba prohibido llevar gente al estudio?

-No es que estuviese formalmente prohibido, pero nadie lo había hecho antes. Teníamos gente que tocaba el oboe o las cuerdas, pero nadie de renombre. Así que Eric tenía sus dudas, pero yo me decidí, puesto que era mi canción, y lo llevé.

-¿Creó eso más tensión entre los demás?

-Lo mismo que cuando estábamos grabando “Get back”. Billy Preston llegó a nuestra oficina y yo lo metí al estudio, le pedí que tocara el piano eléctrico. Debido a su presencia, el resto de los muchachos del grupo dejaron de hacerla un poco al tonto y se concentraron. Eso ocurrió también con Clapton.

-¿Qué hay de John?

-Como la mayoría de las canciones de Los Beatles, los temas de John eran escritos en el estudio. Todos estábamos ahí dando ideas. Especialmente John y Paul. John tenía muy buen olfato para el sentimiento, pero era muy malo dando una estructura sólida a los temas. Te decía: “Esta canción va más o menos así”. Y después, al volverlo a tocar, te preguntaba: “¿Cómo iba?”. Su percepción del ritmo era bastante abstracta también.

 -Como muchos de los artistas de blues…

-Exacto Y a veces hacía cosas realmente interesantes y no las repetía. En más de una ocasión me encontré intentando recordar la idea original y aprenderla para poder mostrársela a la siguiente vez que preguntara cómo iba.

-Para terminar, ¿algún recuerdo amargo de última hora?

-No, esas cosas ya no me pasan Me conduce una luz cósmica y la naturaleza me acompaña.

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