¿Qué sabemos sobre Carlos Marighella? ¿Fue apenas un “foquista”? ¿Su historia se limita al enfrentamiento contra la dictadura brasilera? ¿Se reduce su obra a un pequeño manual de guerrilla urbana? Un libro y una crítica que buscan responder a estas y otras preguntas.

“Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo separada de las luchas anteriores, la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada, cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas.”

(Rodolfo Walsh)

El libro “Marighella, el guerrillero que incendió el Mundo” (Companhia das Letras, 2012) del periodista brasilero Mário Magalhães, celebra en estos días su décima reimpresión, y nos trae una renovada y completa versión sobre la vida de Carlos Marighella, un protagonista fundamental de las luchas del siglo XX en Brasil, sobre cuyo nombre pesa un injusto manto de invisibilidad, reduccionismo y tergiversación, tejido por una cierta “historiografía oficial de izquierda”.

¿Qué sabemos sobre Marighella? ¿Fue apenas un “foquista”? ¿Su historia se limita al enfrentamiento contra la dictadura brasilera? ¿Se reduce su obra a un pequeño manual de guerrilla urbana?

Este libro de más de 700 páginas, constituye una rigurosa investigación histórica, que demandó a su autor nueve años de trabajo. Doscientas cincuenta y seis entrevistas realizadas; seiscientos títulos componen su bibliografia; y treinta y dos archivos públicos y privados fueron consultados.

Décima edición del libro de Mário Magalhães.

Nacido en Salvador de Bahía en 1911, de una hija de esclavos sudaneses y un inmigrante italiano, Carlos Marighella se inició en la militancia estudiantil y a los veintiún años ya conoció la cárcel. Al ser liberado se incorporó al PCB que lo trasladó a Rio.

Carlos Prestes, el legendario dirigente comunista y Capitán del Ejército, encabezó la Columna Prestes desde 1924 a 1927, compuesta por más de 1500 guerrilleros, siendo algunos militares rebeldes y una mayoría de trabajadores pobres del campo. Sus principales reivindicaciones eran contra la llamada “republica vieja”, la exigencia del voto secreto, educación pública gratuita y obligatoria, y acabar con la miseria y las injusticias en Brasil. Marcharon 25 mil kilómetros por todo el país y rompiendo todos los cercos del Ejército, llegaron a Bolivia. Prestes pasó a Buenos Aires, desde donde se organizó su salida hacia la URSS. En 1935, la Internacional Comunista, convencida por la dirección del PCB de que una insurrección era inminente, decidió enviar a Prestes nuevamente para Brasil, acompañado de Olga Benario, dirigente comunista alemana que sería su guardaespaldas. Fracasada la insurrección, se desató una terrible cacería con participación de varios agentes de la Gestapo, que acabó con Prestes y Olga Benario detenidos. Como ella era alemana, el gobierno de Vargas decidió enviarla deportada directamente a las manos del nazismo, sin importar que estaba embarazada. Olga Benario dio a luz a su hija Anita Leocadia Prestes Benario, y murió en la cámara de gas del campo de exterminio de Bernburg, en la Pascua de 1942.

De los cientos de comunistas detenidos en aquella cacería represiva de 1935/36, uno fue Carlos Marighella, quien al ser liberado permaneció en la clandestinidad hasta que fué nuevamente preso en 1939, cuando fue torturado por semanas y estuvo en los presidios de la isla de Fernando de Noronha y la Ilha Grande hasta 1945. Al salir fue elegido Diputado Federal Constituyente, junto a otros 14 diputados comunistas, entre ellos Jorge Amado, pero sus mandatos fueron abolidos en 1948 por la nueva proscripción del Partido.

Volvió a la clandestinidad y participó desde una casa segura, de la dirección de la victoriosa Huelga de los 300 Mil, que sacudió a la dictadura. Luego de eso fue enviado a China, donde estuvo durante 1953 y 1954. Algunos sostuvieron que debido a su prestigio em ascenso tras el triunfo de la huelga, el viaje a China fue para alejarlo por temor a que quisiera disputar la dirección del Partido.

Durante la gestión de Joao Goulart, el PCB recuperó la legalidad y dio su apoyo al gobierno, presionando por reformas progresivas. La derecha y la Embajada yanqui comenzaron a preparar el golpe, pero Goulart se mantuvo confiado en sus militares leales y la direccion del PCB se subordinó a Goulart.

A pesar de contar con una centena de oficiales comunistas pertenecientes a las FFAA, incluído Francisco Teixeira (comandante de la Tercera Zona Aérea, con Base en Rio de Janeiro) y dos directores de la División de Fusileros Navales, el plan de resistir al golpe bombardeando con aviones la caravana de tanques y tomando por asalto las gobernaciones golpistas, finalmente quedó en la nada. Joao Goulart decidió evitar el derramamento de sangre y el PCB quedó preso de su apoyo al gobierno. Marighella participo de las acciones em Rio y movilizó a todo el Partido, la CGT convoco a una huelga general, los Centros de Estudiantes se plegaron y hubo represión y enfrentamientos armados em varias ciudades, pero el Golpe estaba consumado. Goulart marchó al exilio y el PCB nuevamente a la clandestinidad.

A poco del Golpe de Estado de 1964 fue baleado a quemarropa y detenido en un cine de Rio, y según declararon los testigos se enfrentó a golpes con sus captores gritando consignas contra la dictadura. Fue tan grande el escándalo, que fue liberado a los pocos meses. A partir de ahí, comienza el surgimiento de la Acción Libertadora Nacional (ALN), la principal organización armada de Brasil. Junto a Marighella, los dos principales dirigentes serán Joaquim Cámara Ferreira, viejo dirigente del PCB paulista con quien Marighella compartió prisión en la década del 40 y Zilda Xavier Pereyra, mujer de absoluta confianza de Marighella y cuya familia fue el eje inicial de la ALN en Rio.

Foto de prontuario en 1939.

Las primeras acciones de la ALN fueron asaltos a bancos, trenes y empresas, con el objetivo de recaudar dinero y armamento liviano. Desde los primeros robos, se preocuparon por explicar sus objetivos, hacer propaganda y reivindicar las acciones. Mas tarde siguieron algunas acciones de propaganda armada, como atentados contra objetivos ligados a la dictadura y al imperialismo norteamericano, cuya expulsión del territorio brasilero se convirtió en un eje programático que popularizo mucho a la ALN. Con algo más de organización, en 1968 llevaron adelante la ejecución de Charles Chandler, un militar yanqui, ex teniente en Vietnam dedicado a entrenar y asesorar a militares brasileros. Al poco tiempo un atentado contra la Cámara de Comercio Americana Brasilera, el robo de una tonelada de dinamita, el ataque a um cuartel del Ejército em São Paulo, la instalación de Radio Libertadora y cientos de acciones de sabotaje, expropiaciones y ajusticiamientos.

En 1969, la ALN junto al MR8, en una acción conjunta secuestraron al Embajador de los Estados Unidos en Brasil, Charles Elbrick, que fue canjeado por 15 militantes presos que partieron a Cuba a realizar entrenamiento militar. De los quince liberados, años mas tarde dos serían diputados en democracia y uno Jefe de la Casa Civil con Lula, José Dirceu.

Tal vez por haber sostenido la disputa interna contra el burocratismo partidario, Marighella quiso curarse en salud de esos males e imprimió a la ALN un estilo muy autónomo, donde cada grupo podía decidir acciones sin consultas ni aprobaciones verticalistas, fiel a la consigna “la acción hace la vanguardia”.  Mas tarde, esa autonomía de movimientos traería consecuencias graves.

También se preocuparon mucho por mantener las formas brasileras, fieles a aquello de que la revolución seria internacional por su contenido pero nacional por sus formas. Esto produjo incluso algunos roces con la dirigencia cubana, que fueron saldados directamente con Fidel, Raúl y Piñeiro Losada (Barbarroja, jefe de la Inteligencia cubana).

Marighella siempre fue claro respecto del carácter rural que tendría la guerra en Brasil, y sobre el hecho de que la guerrilla urbana era solo una primera fase de fogueo de los militantes, recaudación de dinero, propaganda y reclutamiento.

En junio de 1969, a poco del Cordobazo, Marighella terminó de escribir las 51 páginas dactilografiadas del Minimanual del Guerrillero Urbano, que se transformó en su pasaporte al Mundo (era su séptimo libro publicado). El Minimanual fue impreso y distribuido por la Tricontinental y tomado como material de lectura obligatoria por muchas importantes organizaciones armadas en todo el Mundo.

Cuando el gobierno de Cuba le hizo llegar la convocatoria para la formación de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) al PCB, el CC dirigido por Carlos Prestes declinó el convite, coherente con su alineación con el PCUS post XX Congreso y su política de coexistencia pacífica. Marighella, enterado de la iniciativa, movió sus contactos y logró ser invitado.

El 31 de julio de 1967, con delegados de veintidós países y bajo la presidencia honoraria del Che (cuyo paradero era un misterio para casi todos), los setecientos participantes del encuentro revivieron la excitación de la fundación de la Internacional Comunista de 1919. “Si los bolcheviques habían hecho la Revolución Rusa a pesar de varios partidos socialdemócratas europeos, los cubanos y argelinos habían triunfado al margen de los partidos comunistas subordinados al Kremlin. La sensación era la de estar fundando una Internacional Guerrillera”.

Marighella estuvo en Cuba algunos meses y cerró acuerdos para entrenamiento militar de varios contingentes, con un total de más de 250 militantes, y con una logística que incluyó París, Praga y Buenos Aires. Por esos días, Granma, Juventud Rebelde, Radio Habana y la revista Pensamiento Crítico, difundieron declaraciones y reportajes suyos.

Pero lo más importante de aquel viaje, fue el acuerdo con los cubanos de formar un foco rural en el nordeste de Brasil y más adelante otro en el sudoeste, cerca de la frontera con Bolivia. Marighella se convertía así, en el hombre de confianza de Cuba para dirigir la lucha armada en Brasil y apoyar los movimientos del Che en Bolivia.

Si algo faltaba para romper con el PCB, inspirado en la crítica de Fidel a los partidos tradicionales, Marighella envió una carta de renuncia a la Comisión Ejecutiva, alegando las profundas diferencias sobre cómo enfrentar a la dictadura. Los tiempos habían cambiado, y el Comité Central dirigido por Carlos Prestes le respondió con una expulsión suya y de seis dirigentes más, cuyos nombres civiles fueron publicados en la siguiente edición de Voz Operaria, junto a la explicación de que eran partidarios de la lucha armada. Esa actitud terminó de sacudir la estructura partidaria, y produjo la deserción de casi diez mil militantes, muchos de los cuales acompañaron a Marighella.

Tras la formación de la Olas y con el regreso de los primeros contingentes de Cuba, se sucedieron cientos de acciones y un crecimiento de la organización en varios frentes de masas, especialmente el estudiantil. También se sumaron muchos militantes comunistas desencantados con la vieja dirección burocrática e impulsados por el antimperialismo de la ALN y la consigna de “crear dos, tres, muchos Vietnam”.

Diputado en la década de los 40.

Después del secuestro del embajador yanqui, la Embajada de Estados Unidos se implicó en forma directa en la cacería y colaboró con información, logística y dinero para que la DOPS (Departamento de Orden Política e Social) aniquilara a la guerrilla urbana y el Ejército impidiera el desarrollo de los focos rurales.

Para la ALN, el segundo semestre de 1969 se centró en dos objetivos, parar la sangría en las ciudades y reforzar el foco rural del nordeste. Las caídas se sucedían diariamente y la dificultad para trasladar grupos numerosos de una punta a la otra del país, terminó de complicar las cosas. Algunos de los militantes que regresaron de Cuba, lograron llegar al nordeste, pero otros debieron reemplazar a los caídos en las ciudades

Entrampado en ese dilema mortal, tratando de salvar a los compañeros de las ciudades sin lograr enviarlos al nordeste, el 4 de noviembre de 1969 a la noche, Marighella cayó asesinado a tiros en una emboscada del DOPS en São Paulo. Tenía 57 años. Como varios dirigentes de la época, había jurado que no caería vivo y que no dejaría que volvieran a torturarlo. Tenía en su poder dos pastillas de cianuro, pero no fueron necesarias.

El destino de la ALN estaba sellado, las caídas se sucedieron, con muchos militantes muertos en la tortura y algunos pocos sobrevivientes, el salvajismo de los represores brasileros fue altísimo. En 2013 la Comisión de la Verdad le rindió un homenaje que incluyo una Amnistía Post Mortem.

La ALN tuvo una gran inserción de masas en varios gremios importantes, como Ferroviarios, Metalúrgicos, Portuarios y otros, lo que le permitió dirigir varias huelgas y algunas movilizaciones contra la dictadura. También una fuerte presencia en la lucha estudiantil y la incorporación de varios dirigentes de las Ligas Campesinas. Varios militares dados de baja por los golpistas integraron sus filas y hasta viajaron a Cuba. Un numeroso grupo de frailes dominicanos se sumó a la ALN, entre los que estaba Frei Betto. Y un buen número de empresarios e intelectuales formaron parte de su red de apoyo. Artistas como Caetano Veloso, Gilberto Gil y Tom Zé, expresaban abiertamente su simpatía por Marighella. Jean Luc Godard, Lucchino Visconti y Joan Miró fueron algunos de los extranjeros que colaboraron con donaciones. Jean Paul Sartre publicó en la revista Temps Modernes, varios escritos de Marighella. Y “es un revolucionario de gran lucidez” dijo de él, Fidel Castro.

Una vida intensa y ejemplar, donde se cruzan en un sincretismo complejo, la poesía, la amistad, el candomblé, la solidaridad y el profundo compromiso con la historia.

En diciembre de 1979, todavía en plena dictadura, los restos de Marighella fueron trasladados a Salvador, donde cientos de viejos camaradas lo despidieron. El arquitecto Oscar Niemeyer diseñó una lápida con un brazo erguido, cinco balas en el pecho y la inscripción “No tuve tiempo para tener miedo”.

El poeta y escritor Jorge Amado, dijo: “Atravesaste la  interminable noche de la mentira y del miedo, de la sinrazón y de la infamia, y desembarcas en la aurora de Bahía traído en manos de amor y de amistad. Aquí estas y todos te reconocen como fuiste y serás para siempre: incorruptible brasilero, un joven bahiano de risa jovial y corazón ardiente. Aquí estás entre tus amigos y entre los que son tu carne y tu sangre”.

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